La confirmación del cierre de las plantas de Colonia y Las Piedras de la multinacional japonesa Yazaki, sumada a los anuncios de la cúpula del Pit-Cnt de insistir en la rebaja de la carga horaria sin afectar el salario de los trabajadores, generó inmediatas reacciones tanto a nivel político como empresarial. Con el agregado de la discusión política referente al déficit fiscal actual, desde La Mañana se consultó al respecto al contador y economista Juan Carlos Protasi.
Dado que los elevados costos de producción determinaron el retiro de la empresa Yazaki de Uruguay, ¿hay formas de resolver ese problema para que los empresarios actuales futuros no elijan otros países de la región?
Tengo de buena fuente –y es lo que ha trascendido en la prensa y demás– que el principal motivo de la salida de Yazaki es el costo laboral comparado con el de los vecinos. Creo que la conflictividad sindical es otro factor que también ha incidido, tuvieron muchos días de paro durante el año 2024, creo que más de 100 según vi en algún posteo en las redes. El costo laboral en dólares entre el año 2022 y 2024 creció más del 50%, o sea es un aumento muy importante. El costo laboral es unitario, o sea descontrae la productividad. Entonces, eso realmente es una suba para la empresa y no cualquier empresa puede soportar este aumento de costos.
También he escuchado, de gente experta, que tenían un subsidio del 10% sobre las ventas FOB [libre de abordo] y le pidieron al gobierno para aumentar ese porcentaje con devolución de impuestos indirectos. El Ministerio de Economía, tengo entendido, rechazó la petición. Entonces, también hay que pensar que las empresas, cuando buscan este tipo de subsidios, a veces hacen pedidos que no son atendibles. Pero como digo, el costo laboral unitario, que descontrae la productividad, aumentó un 50%, según los cálculos de productividad que resultan de las fuentes nacionales publicadas por el Banco Central y de los salarios en dólares. Creo que podría haber más empresas que van a tener este problema. De hecho, he escuchado que Isusa se plantea hacer un ajuste de sus costos laborales. Es un problema y no hay forma de resolverlo, salvo, digamos, dar más y más subsidios. Ahora, no sé si tiene sentido para Uruguay subsidiar una industria que no puede funcionar por sí misma. Acá hay un problema de fondo, que todos sabemos cuál es y no sé si el próximo gobierno lo va a encarar.
Teniendo en cuenta lo que usted manifiesta, la voluntad del Pit-Cnt de insistir en la reducción de la jornada laboral sin afectar la masa salarial no sería económicamente viable.
Creo que el planteo es irracional desde todo punto de vista. Evidentemente las empresas no pueden soportar un aumento del 25% de los costos laborales, porque si se reduce la jornada laboral de 8 a 6 horas tenemos un aumento que va a ser de 25, 30%, ¿y eso quién lo puede pagar? Con el aumento de costos que tiene el país, de un costo del Estado insoportable, con impuestos, ¿quién puede pagar esto? Me parece que es un planteo que no tiene sentido.
En estos días se manejaron diferentes versiones relacionadas con el déficit fiscal. Desde el gobierno actual dicen que alcanzó el techo previsto para el 2024, pero desde el gobierno entrante dicen que se manejaron las cifras con adelantos de impuestos de empresas públicas para no elevar los números. ¿Cómo se analiza esto desde el punto de vista económico?
Hubo una asignación de las utilidades de las empresas, un adelanto de las utilidades en un orden de 150 a 350 millones de dólares en términos reales, o sea que se duplicó entre julio del año 2023 a octubre del 2024, se multiplicó por dos veces y media. Esos aportes generalmente están relacionados a los dividendos que generan las utilidades de las empresas. Esos dividendos normalmente están en el orden de 200 millones, y acá se entregaron 600. Las empresas públicas venían con un promedio en los últimos meses de 400 millones de dólares de dividendos anuales y eso saltó a mil millones anuales en el mes de octubre, o sea, se multiplicó, más que se duplicó. No conozco realmente cómo es que pasó eso, pero el comunicado del gobierno escuetamente dice que se incrementaron los aportes que ya estaban previstos en la Rendición de Cuentas. Eso no puedo confirmarlo, pero lo que sí sé es que hubo un salto muy importante, y que equivale a más o menos medio punto de producto. O sea, que si esos aportes no hubieran adelantado las utilidades en el grado que se hicieron, probablemente el déficit sería más alto. No como se ha dicho, como ha trascendido en la prensa, que se habían adelantado impuestos y qué sé yo, eso no es así, pero sí que los aportes de las empresas públicas fue un equivalente de medio punto adicional de producto, en mi concepto.
Los números que se manejan, con un déficit fiscal que genera discusión y atentos a lo que ya se avisó por parte del gobierno entrante sobre la creación de nuevos ministerios, ¿pueden provocar la creación o aumento de impuestos?
La tendencia del Frente Amplio a aumentar el gasto público y los impuestos es bien notoria. Yo creo que el ministro designado ha dicho que se va a requerir una consolidación fiscal, y esa es una manera de decir ajuste fiscal –como se decía hace años y nadie quería escuchar–. Esa consolidación fiscal va a significar aumentar los impuestos o bajar los gastos. Con la tradición del Frente Amplio, que duplicó el gasto público cuando el producto creció mucho menos, yo creo que lo que podemos esperar es un aumento de los impuestos para cubrir esos gastos. Y aún más, diría que todos los ministros se están afilando para pedirle al presidente electo más y más y más plata. No sé quién le va a frenar ese pedido, pero creo que por muchos lados va a haber una presión grande para seguir aumentando el gasto, y obviamente para aumentar los impuestos, y asumir un costo político importante para el presidente Orsi. ¿Por qué digo que para él? Porque se comprometió en dos oportunidades en el momento del debate para el balotaje a que no íbamos a aumentar los impuestos. Creo que va a soportar un costo político que la ciudadanía tendrá que evaluar.
Se vuelve a hablar del IVA personalizado, ¿esto es aplicable sin que parte de la población pague un porcentaje superior al 22% actual, como va a ocurrir en Brasil?
No, a mí no me parece que la población, aunque baje la tasa al 20%, vaya a terminar pagando un porcentaje mayor al 22% porque a algunos sectores les devuelvan un poco, pero el resto sin duda va a pagar primero más porque subiría la tasa mínima, digamos, los rubros o los productos que están en el mercado. Los que están gravados con la tasa mínima van a pasar a gravar igual a los demás, y ahí va a haber un aumento de los impuestos.
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