El mundo está avanzando rápidamente hacia un dinero basado en la información y no en la credibilidad de un gobierno determinado. Por tanto, el nuevo dinero puede estar poniendo fin al largo periodo de hegemonía del dólar. Además, la crisis del covid-19 ha acelerado esta evolución al dar paso a una versión más digital de la globalización, con un mayor intercambio de datos, pero un menor movimiento de personas y bienes. El dólar logró su preeminencia originalmente en un contexto de fuerte demanda mundial por un activo profundo, líquido y seguro, lo que implica que la aparición de activos seguros alternativos podría acabar con la primacía del billete verde. En el pasado, cuando los metales preciosos eran la base de la emisión de moneda, los activos seguros alternativos eran dominantes. Incluso a finales del siglo XX, algunos comentaristas miraban con nostalgia a la época en la que podían pensar que una moneda tenía una garantía real. Pero ahora, pueden mirar hacia adelante. Con las monedas digitales, existe una garantía real bajo la forma de información generada por los participantes en una amplia variedad de comunidades superpuestas.
El 15 de agosto de 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon anunciaba en un discurso televisado que “cerraba la ventana del oro”. Al poner fin a la convertibilidad del dólar en oro, Nixon cortaba el vínculo milenario entre el dinero y los metales preciosos, marcando el comienzo de un nuevo mundo de monedas fiduciarias. Hasta la década de 1990, los gobiernos y los bancos centrales no aprendieron a gestionar eficazmente ese nuevo mundo. Ahora, sin embargo, estamos avanzando hacia otro nuevo orden monetario, basado en la información (que en sí misma es una especie de mercancía). Puede que aprendamos a gestionar el nuevo sistema más rápido de lo que lo hicimos tras el shock de Nixon. Pero el resultado –un mundo en el que el dólar ha sido derribado de su pedestal global– podría ser mucho más impactante.
Harold James, profesor de historia y política internacional de la Universidad de Princeton, en Project Syndicate
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