India ocupa los primeros lugares en la economía mundial y sigue en crecimiento. En este proceso también se enfrenta a importantes desafíos asociados a la pobreza, el bienestar de la población y los temas ambientales en un contexto de urbanización creciente, pero con un peso muy relevante de los sectores rurales. India es el séptimo país más grande del mundo por superficie y el segundo más poblado, con 1350 millones de habitantes de los cuales unos 900 viven en el área rural. El desarrollo ha sido en muchos sectores, entre ellos el tecnológico y los servicios, pero en especial, en la agricultura pasó de ser un país que necesitaba ayuda alimentaria a convertirse en un exportador neto de alimentos.
Mahatma Gandhi National Rural Employment Guarantee Act (NREGA) es un programa que, si bien toma su nombre en 2009, se creó en 2005. Este busca garantizar una mayor seguridad de los medios de existencia en las áreas rurales del país, asegurando por lo menos 100 días y hasta 180 de empleo seguro y remunerado en cada año fiscal a cada hogar, cuyos miembros adultos se prestan a efectuar trabajos manuales no cualificados.
Implica una importante innovación como programa de empleo, atendiendo una realidad sumamente grande y compleja como es el territorio de India por su extensión y realidad a través de una combinación de aportes del gobierno central y región. Entre los aspectos más importantes de la ley, se destaca que existe la obligatoriedad de cumplir con la garantía de empleo. Se podría decir que esto implica un cambio de paradigma en el modelo de políticas de empleo ya que obliga a su cumplimiento por la jerarquía y tipo de norma que lo establece y lo regula, de forma que la misma norma respalda su efectividad.
Se establecen dos objetivos centrales y complementarios: por un lado, la reducción de la pobreza a través de la creación de empleo buscando mejorar el poder adquisitivo de hogares rurales vulnerables. Y, por otro lado, que las actividades de estos empleos sean para la creación de bienes y servicios públicos como infraestructura, carreteras, y otros recursos.
Existe un proceso claro del programa que implica el registro de las personas, la manifestación de la voluntad de trabajar, un plazo para el empleo y la fijación de un salario mínimo reglamentado junto un sistema que ayuda a la inclusión financiera.
Se otorga a personas pertenecientes a hogares pobres y en especial mujeres. El programa además es un factor altamente relevante para la detención del proceso de migración desde el campo a la ciudad.
El programa fue relevante durante la pandemia y se reforzó. En los hechos ha tenido mejoras en el salario mínimo reglamentado incluso por encima de la inflación y los resultados se valoraron como muy positivos, aunque con recursos insuficientes para cubrir la demanda por los puestos de trabajo.
Se trata de una política que construye una red de protección aportando seguridad económica a la población rural del país y que se puede aplicar a otras realidades hasta de forma más sencilla.
La postura de la OIT
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los programas públicos de empleo son muy relevantes, como así también la fijación de salarios mínimos. Al respecto, la institución destaca que en los últimos tiempos se ha vuelto a fomentar estos tipos de programas públicos de empleo para atender aquellas áreas donde existen mercados incompletos. Estos programas tienen como propósito “la generación de puestos de trabajo a corto plazo con la reducción de la pobreza y la creación o el desarrollo de infraestructuras y otros activos” muchas veces acompañados de iniciativas que tienen que ver con la economía verde (tales como los edificios públicos) o la puesta en marcha de proyectos de protección ambiental. El Programa Nacional de Garantía del Empleo Rural Mahatma Gandhi en India es uno de los ejemplos más destacados, junto con los Programas Ampliados de Obras Públicas en Sudáfrica o el Programa de Redes de Seguridad Productiva en Etiopía.
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