Es ingeniero en sistemas y se dedicó a emprender en la industria del software. Fue uno de los fundadores de Paganza, una aplicación de pagos móviles que surgió en 2012 y que este año tuvo una transformación. Marcelo Lanfranconi en diálogo con La Mañana, repasó su experiencia en el mundo del emprendedurismo y brindó consejos para aquellos uruguayos que quieren volcarse a esa actividad.
¿Cómo empezó su carrera de emprendedor?
Cuando me recibí yo estaba trabajando en una empresa de software y participaba en “Un techo para mi país”, donde me había involucrado unos años antes. Si bien no fue un emprendimiento mío, fue parte de mi carrera de emprendedor, porque empecé como voluntario y luego me fui a vivir a Lima, Perú, a implementar Techo allá. Ahí nació en mi vida el concepto de emprendimiento.
Años después volví para acá, estuve a cargo de Uruguay y Argentina en la misma organización e hice un emprendimiento propio: Paganza. Lo cofundamos con Leo Vernazza, con quien teníamos amistad desde esa empresa de software en la que había trabajado y él también estuvo involucrado en Techo, entonces nos conocíamos muy bien y ambos teníamos ganas de emprender.
¿Cómo surgió Paganza? ¿Qué identificaron que hacía falta para crear esa aplicación?
En 2012 intercambiamos distintas ideas con Leo. Él tenía muy presente la problemática del pago de facturas: no había una solución muy cómoda ni completa en Uruguay para pagarlas. Él también tenía en carpeta el nombre, porque la filosofía de Paganza nació de resolver la cobranza desde el punto de vista del que paga. Es una solución para ambas partes, es decir, el que necesita cobrar y el que tiene que pagar, pero se enfoca principalmente en este último. Era algo que los dos veíamos como una dificultad propia y eso nos ayudó a encontrar esta solución.
¿Cómo analiza el ecosistema emprendedor uruguayo? ¿Está bien encaminado? ¿Hay oportunidades reales para emprender en Uruguay?
Sí, seguro. Paganza es fruto de un ecosistema que quizás en ese momento estaba más en formación, había varias instituciones que hacía años que estaban trabajando, como Ingenio y la Universidad ORT. Yo hice la carrera allí y siento que como parte de mi formación siempre recibí esta propuesta de la universidad de emprender.
Después, la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) en nuestro caso ejerció un rol fundamental, aplicamos a los fondos de apoyo a emprendedores y eso nos permitió desarrollar una pieza que fue clave en Paganza, que es el lector de código de barras. En ese entonces había dispositivos móviles, pero no existía el avance tecnológico que hay ahora, por lo que había un desafío técnico importante a resolver.
Ese ecosistema fue fundamental, así como el financiamiento, el apoyo, y también las mentorías, o sea, hay muchas personas que participan donando su tiempo. También fue muy importante para nosotros poder trabajar en Sinergia, donde estábamos en contacto con un montón de emprendedores, y el sentido de colaboración de los mismos nos posibilitó sortear algunos momentos difíciles.
¿Cuál es el vínculo entre la industria del software y el emprendedurismo? ¿Se puede explotar aún más?
La industria del software ocupa una buena parte en el sector emprendedor por varias razones. Primero, no hay desempleo, por lo cual siempre tenés un colchón y una base que es importante para poder arriesgar.
Por otro lado, el ingeniero en software, el programador, tiene la característica de que él mismo puede producir, entonces, es el propio emprendedor el que puede echar mano al producto y eso es una facilidad. Se está dando que muchos emprendimientos están vinculados al software, además de la tendencia mundial de una revolución en la industria, donde se necesitan cada vez más.
Además, no se precisa una inversión muy grande como quizás sucede en otras industrias en las que se requiere un capital importante para locación, terreno, generar una fábrica, maquinaria, etcétera.
Todo eso hace que en el software sea más fácil emprender y por eso quizás Uruguay se puede destacar en este tema, porque en soluciones de software en internet la clave no es la locación, no importa tanto dónde estés ubicado.
¿Ve oportunidades de eficiencia en el sistema bancario en relación a la tecnología?
Creo que eso está evolucionando mucho en este último período. Partimos de un sistema financiero y de pagos muy atrasado. Hace poco el Banco Central del Uruguay (BCU) emitió una hoja de ruta a partir de un diagnóstico que hizo en los últimos meses con todos los actores del sistema y ese informe es concluyente de que el sistema de pagos uruguayo tiene mucho por mejorar, no solamente con respecto al primer mundo, sino a los países de la región.
En Paganza empezamos un emprendimiento en México que no prosperó, pero es un país que tiene un sistema de pagos mucho más moderno y avanzado que el nuestro. Entiendo que una de las prioridades del BCU es modernizar el sistema y en eso está trabajando; tiene que mejorar para que el sector fintech tenga una infraestructura acorde que les permita despegar a esos emprendimientos.
¿Qué considera que tiene que tener un emprendedor?
Es fundamental la capacidad de caer permanentemente y que eso no te haga bajar los brazos; los emprendedores deben tener esa capacidad o humildad de poder tener malas noticias, aprender de ellas y reinventarse. Por otro lado, esto requiere un esfuerzo importante y aprender cosas nuevas en forma constante. Eso implica estar en las últimas tendencias, no solamente tecnológicas, sino también de liderar equipos.
¿Qué consejos le podría dar a alguien que quiere emprender en el país?
El primero es que vale la pena el aprendizaje, aunque uno debe ser consciente de que las probabilidades de lograr los objetivos o tener cierto grado de éxito son bajas. En el peor de los casos, aprendés mucho, pero la gran mayoría no llega a cumplir lo que esperaba. Lo segundo es que es fundamental tener un equipo sólido técnica y humanamente.
Todo eso ha sido la clave para que Paganza llegue a ser lo que es. Nosotros hoy estamos procesando 30 millones de pesos cada día; eso significa que hay un montón de clientes que decidieron confiar en una empresa que tiene menos de 10 años, que logró tener la aprobación del BCU. Vamos a terminar el año con 50.000 usuarios que muestran esa solidez y cuyas reseñas son muy buenas.
Hasta ahora Paganza fue una solución de pago de facturas. Con la aplicación que lanzamos este mes, la transformamos en una plataforma de pagos móviles. Eso implica también otro tipo de pagos cotidianos como enviar dinero a otras personas. El resultado ha sido gracias al equipo que logramos formar.
El emprendedor Francisco Ravecca dijo a La Mañana que “el uruguayo que emprende ya sabe que tiene que pensar en la región” dado el tamaño del mercado local. ¿Coincide con esa visión?
Sí, coincido con eso como regla general y, de hecho, nosotros lo intentamos, pero finalmente lo terminamos enfocando en el mercado local porque vimos que es importante hacer las cosas bien en un lugar. O sea, en nuestro rubro la regulación es un factor importante, mientras que hay otros sectores que pueden exportar servicios de manera mucho más fácil.
En lo que respecta al sistema de pagos, nos encontramos con que intentar llevarlo a otro país implicaba un esfuerzo que no logramos concretar. Por otro lado, todavía hay mucho por evolucionar en pagos móviles en Uruguay.
Entonces, comparto la recomendación de Francisco en términos generales, pero nuestro caso quizás es la excepción, porque todavía los pagos móviles representan menos del 2% de lo que se mueve en el mercado de pagos minoristas, según un reporte del BCU. Por lo tanto, aún hay muchísimo por crecer en el mercado local.
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