En el 30 aniversario de la firma del Tratado de Asunción, académicos y empresarios uruguayos coinciden en que el Mercosur necesita una flexibilización, aunque advierten que el país no puede caminar solo ni desentenderse de sus principales vecinos.
Este viernes se cumplen 30 años de la firma del Tratado de Asunción entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Uno de sus antecedentes fue la Declaración de Foz de Iguazú y, posteriormente, se cimentó este bloque con el Protocolo de Ouro Preto que, firmado en diciembre de 1994, estableció un arancel externo común y antes de iniciar el siglo XXI apuntó a la creación de una zona de libre de aranceles (exceptuando industria automotriz y azúcar) entre los países miembros.
A pesar de las críticas por la tardanza en la implementación total de la unión aduanera, este bloque es el ejemplo de la superación y cooperación entre países hermanos que en varios capítulos de la historia regional han tenido enfrentamientos y tensiones.
El mayor caso es la rivalidad geopolítica entre Argentina y Brasil, las potencias regionales de nuestro continente, quienes hasta mediados del siglo pasado aún planteaban escenarios de conflicto entre ellos pero que a partir de mediados de la década del 80 suscribieron más de 20 protocolos. Lo mismo pasó entre Argentina y Chile, que a partir de 1990 comenzaron a solucionar sus conflictos territoriales y posteriormente Santiago firmaría como Estado asociado al Mercosur.
El acercamiento a Uruguay se dio por una cuestión lógica producida por el acuerdo de los entonces presidentes de Argentina y Brasil, Raúl Alfonsín y José Sarney. A nivel de acuerdos bilaterales nuestro país tenía en vigor desde mediados de 1970 el Convenio Argentino Uruguayo de Cooperación Económica (CAUCE) y con Brasil el Protocolo de Expansión Comercial (PEC), permitiendo una mayor inserción de los productos industriales en dichos mercados.
La dificultad de emprender un camino en solitario en un mundo complejo
Consultado por La Mañana el doctor en Relaciones Internacionales, Enrique Martínez Larrechea, afirmó que no ve una demanda por parte de líderes gubernamentales o de empresarios de salir del Mercosur, aunque si por una cierta flexibilización.
El académico afirmó que esto tiene que ver con el estancamiento de la agenda de comercio exterior del bloque regional. “Tiene varias negociaciones abiertas, pero solo se han concretado unas pocas, por ejemplo, con Israel, Egipto y México. También se ha hecho un acuerdo de comercio preferencial con la India”, indicó.
Ante los desafíos que tuvo que enfrentar el bloque regional, Martínez dijo: “el empresario siente cierta insatisfacción con el desempeño de la agenda de relacionamiento externo del Mercosur. Pero no hay que olvidar que estos problemas no son solo del Mercosur”.
“Si uno mira para atrás en los últimos 25 años, el mundo comienza a sufrir sucesivas crisis financieras internacionales, por ejemplo, en el sudeste asiático o en México y finalmente esas crisis, muchas veces causadas por capitales especulativos, golpean a Brasil, que debe devaluar en el año 1999 y precipita las crisis del 2000 en Argentina y la 2001-2002 en Uruguay. La globalización ya se hace sentir, el Mercosur era un barco que navegaba por aguas muy turbulentas y la Organización Mundial de Comercio, que se establece al final de la ronda de Uruguay del GATT, que al final llevó a la creación de la OMC”, subrayó Martínez Larrechea. A la hora de hacer un balance, afirmó que “hay muchos elementos positivos y un legado que, básicamente, si uno lo ve en perspectiva histórica, es muy positivo”.
Respecto a la posibilidad de que Uruguay emprenda un camino en solitario a nivel comercial, Martínez Larrechea sostuvo que “es muy difícil” hacerlo desde la soledad del mercado internacional y, sobre todo, es difícil hacerlo cuando no se han hecho una serie de tareas previas. “Uruguay no tiene el dinamismo exportador y las reformas estructurales que ha hecho Chile. Estamos aún en proceso de tener una infraestructura adecuada y de limitar el costo de los fletes internos, como así propiciar mejores formas de integración, lo que involucra a todas las políticas públicas”, sostuvo.
La importancia del Mercosur para las empresas uruguayas
A pesar de la aparición de China como socio comercial más importante, la región tiene una gran relevancia para nuestras relaciones históricas, sociales y económicas. La Mañana consultó a tres empresas nacionales sobre sus exportaciones a los países vecinos.
La empresa Cristalpet, que fabrica plásticos, fue la principal empresa exportadora de manufacturas de origen industrial en el año 2020. Según el informe anual de exportaciones de bienes del Uruguay de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), las ventas externas fueron por más de US$ 81 millones. Actualmente emplea a 320 personas según el director general Álvaro Queijo, a quien también le consultamos sobre una posible flexibilización del Mercosur y la importancia de la mejora de la política exterior nacional y regional.
“Nuestra exportación es en mayoría a Brasil, aunque también tenemos ventas hacia Argentina y Chile. La flexibilización del Mercosur no nos afectaría para los negocios regionales porque el Mercosur como tal va a seguir existiendo”, sostuvo Queijo.
“Quizás podríamos generar mayores posibilidades con otros mercados, aunque en el caso nuestro el flete es un factor muy importante dentro de los precios y eso hace que sea difícil planear una exportación hacia Estados Unidos. Los fletes no nos permiten ir tan lejos. Si bien podemos tener alguna operación con Centroamérica, son muy puntuales”, advirtió.
“El flujo normal y de volumen lo tenemos con Brasil. Si Uruguay sale del Mercosur nos pegaría mucho, no creo que ocurra ese escenario sin un acuerdo intermedio ya que hay empresas y cadenas logísticas que están armadas para el Mercosur. Me da la impresión de que no es la intención ya que se busca lograr acuerdos bilaterales mediante una flexibilización que mantenga y mejore el bloque”, dijo Queijo.
Maltería Oriental, según su página web, ocupa 65 personas en forma directa y en forma indirecta genera más de 1500 puestos de trabajo, además de que siembra anualmente entre 50 y 60 mil hectáreas. Acorde al informe anual de exportación de bienes de la CIU, está situada actualmente en el puesto 27 del ranking de las mayores empresas exportadoras de Uruguay. El gerente industrial de Maltería Oriental, Martin Uhlig, habló de la importancia del comercio intra-Mercosur. “Nuestro mayor relacionamiento es con Brasil, ya que pertenecemos al segundo grupo cervecero de ese país. Casi toda nuestra exportación va hacia ese destino. De ocurrir una salida de Uruguay del Mercosur habría un impacto negativo ya que cambiarían las reglas de juego con Brasil. Esto generaría incertidumbre de cómo podrían ser los aranceles externos”, aseguró.
Sobre los mercados que deberían expandirse a nivel de política comercial, Uhlig afirmó: “China debería ser un destino que deberíamos reforzar, el cual ya viene avanzando y hay señales de que mejora ese canal exportador. Lo mismo con Estados Unidos”.
La producción de lácteos también representa un importante sector para nuestro país y la exportación de estos bienes mantiene su aumento y tiene destinos importantes como Argelia (30%) y Brasil (25%), que representan el destino de más de la mitad de nuestra producción. Luego lo siguen China (9%), Rusia (7%) y México (3%) acorde al informe anual de exportaciones de la CIU.
La empresa Estancias del Lago, situada en el departamento de Durazno emplea a más de 500 personas y es actualmente el segundo exportador de lácteos del país y el quinto exportador de leche en polvo entera de América del Sur. Consultado por el comercio regional y las posibilidades de mejorar la diplomacia económica, el gerente comercial de Estancias del Lago, Martin Berrutti, comentó que “es indispensable tener en cuenta que Brasil es el gran socio natural que el Uruguay tiene”.
“Para los lácteos ha sido un gran comprador desde hace mucho tiempo. Puntualmente, Estancias del Lago vende en forma bastante importante a grandes compañías brasileras, locales y multinacionales. En forma mensual representan entre 50 y 60% de la compra de nuestra producción y puede variar dependiendo de las temporadas ya que tiene épocas de alta demanda”, agregó. “Vemos de buena manera una flexibilización del Mercosur, en tanto los socios del Mercosur nos permitan generar acuerdos bilaterales sin que se genere un rompimiento del bloque”, afirmó Berrutti.
A nivel de aperturas de otros mercados, Berrutti sostuvo que la situación para la leche en polvo entera tiene hoy dos grandes mercados: Brasil y Argelia. “De forma incipiente también se comienza a vender volúmenes a China, que es el principal comprador a nivel mundial. Cada año compra entre 600 y 700 mil toneladas. Sería una muy buena noticia para los exportadores de lácteos de Uruguay si se pudieran tener varias puertas abiertas al mundo, cosa que hoy no sucede”, opinó.
“Lo que entendemos que Uruguay debería de hacer es negociar varios acuerdos de libre comercio, como lo ha hecho el gran exportador de lácteos, que es Nueva Zelanda. Nueva Zelanda apoyó al sector exportador brindándole la oportunidad de mercados, tiene TLC con China, con el sudeste asiático, con Corea del Sur, con Estados Unidos, con el grupo de países del Pacífico y con Canadá. Sería fantástico que Uruguay pudiera generar un trabajo similar a nivel de políticas de comercio exterior y brindarles soluciones a los exportadores para no estar en desventaja frente al principal productor mundial. Que, además, tienen altísimos niveles de eficiencia y de competitividad y la gran ventaja de la multiplicidad de acuerdos de libre comercio”, consideró Berrutti.
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