El rumbo de las transformaciones en materia de inteligencia artificial es el resultado de la gobernanza creada ante su irrupción.
Uno de los temas que más impacto tiene en la economía es el avance de la inteligencia artificial (IA). Ya no hablamos de tecnología, sino directamente hacemos referencia a un tipo puntual de ella que define los últimos avances, genera disrupciones únicas en términos de productos y procesos, y provoca niveles de incertidumbre jamás vistos en términos de trabajo, normativa, ética y resultados económicos. 2024 será fundamental en los avances de la IA y en su regulación.
Revolución tecnológica y sus impactos reales
La IA ha transformado casi todos los aspectos de la vida humana y la actividad económica. Según algunas investigaciones de la consultora McKinsey, se estima que la IA podría agregar entre 2,6 y 4,4 billones de dólares anuales a la economía global. Son montos muy elevados, comparables al PIB de economías de relevancias. Hoy existen previsiones y análisis prospectivos de los más diversos, muchos muy auspiciosos, pero otros que plantean dificultades relevantes. Es común ver muchos debates centrados en el mercado de trabajo, pero los impactos y afectaciones son diversas y amplias.
Consenso sobre prioridades y criterios
La IA está afectando de forma nunca vista la actividad humana en todas sus dimensiones. Vivimos en un mundo con al menos 2.600 millones de personas aún alejadas de una computadora o red. Vivir hoy sin una conexión es una forma de aislamiento y marginalidad. En un artículo reciente publicado en Project Syndicate, Yolanda Botti-Lodovico y Vilas Dhar destacan que aprovechar la IA para lograr un futuro equitativo y centrado en el ser humano requiere nuevas maneras de realizar y transferir la innovación. Sin este acuerdo y sin las herramientas que lo materialicen, los efectos de los avances en materia de IA seguirán siendo terribles en términos de inequidad y agudización de problemas de exclusión y pobreza, empezando por los efectos en el mercado laboral, pero también en términos de producción, alimentación, educación, salud, acceso a bienes y servicios, entre muchos otros.
Mucho para avanzar desde la intervención estatal
Los avances en materia de IA estarán determinados por las orientaciones en innovación, ciencia y tecnología y por las políticas que se apliquen en la materia. Nos referimos a políticas en sentido amplio, en la medida en que tiene que ver con la regulación que determina los límites en materia de lo que se puede hacer o no con la IA, desde cómo se incentivan estos procesos fiscalmente, hasta cómo se invierte, tanto en intervenciones específicas para generar posibles invenciones y avances en investigación y desarrollo, como en la atracción de talentos e inversiones desde el exterior. Las definiciones que se den en todos estos planos tienen mucho que ver con la promoción y los límites que se fijen. Existen ejemplos de países de referencia, que van desde normas de regulación hasta proyectos públicos concretos como transporte, digitalización y energía.
Institucionalidad a nivel global público-privada y sociedad civil
Lo anterior está muy vinculado con la institucionalidad ya existente en torno a la IA. No son solo ámbitos a nivel multilateral y local, sino que ya existe hoy un conjunto de espacios propios de la IA con importantes acumulados en el tema. Su avance en todos los niveles de espacios institucionales muestra la relevancia e impacto que están teniendo. Entre estos podemos destacar al Grupo de Trabajo Nacional de Recursos de Investigación en Inteligencia Artificial, las metodologías y recomendaciones de trabajo por parte de la Unesco, el órgano Asesor de Gobernanza de IA de las Naciones Unidas y la Ley Europea de IA, entre muchos otros ejemplos que se podrían agregar. Una herramienta muy reciente, que vale la pena destacar, es el informe provisional Gobernar la IA para la humanidad. Este se instala como una referencia necesaria a nivel global para fortalecer la gobernanza internacional de la IA mediante la realización de siete funciones críticas. Entre estas funciones se encuentra la exploración del horizonte en busca de riesgos y el apoyo a la colaboración internacional en materia de datos, y la capacidad informática y el talento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como una metodología de rendición de cuentas que implica controlar y garantizar equidad en la implementación de desarrollos de IA. Pero el asunto no se agota en esto: ya existe hoy un conjunto de programas a nivel corporativo y empresarial trabajando en programas y códigos que refieren a la ética de la IA, así como organizaciones de la sociedad civil abocadas a esta gran temática.
La realidad es que más allá de miedos y dificultades, de lo avasallante de la IA para las economías del mundo y los desafíos que impone, ha venido de la mano de toda una institucionalidad y normativa que hoy ya está instalada y funcionando.
El verdadero impacto de la IA va de la mano de la realidad institucional que hoy funciona en torno al tema. Podrá ser la fachada de un laissez faire funcional a los grandes capitales o la posibilidad de cambiar realmente el rumbo de la humanidad.
TE PUEDE INTERESAR: