Es notable la inflexibilidad con que los bancos centrales están decididos a subir los tipos de interés. En nombre de controlar la inflación, están dispuestos a causar una recesión, o a agravarla si se produjera por sí sola. Además, reconocen abiertamente que sus políticas provocarán sufrimiento, aunque no dicen que la peor parte se la llevará la gente pobre y marginada (y en Estados Unidos, las personas de color), no sus amigos en Wall Street. Como muestra un nuevo informe del Instituto Roosevelt, del que soy coautor, cualquier beneficio derivado de la reducción adicional de la inflación como resultado de la subida de tipos de interés será mínimo, en comparación con lo que es previsible en cualquier caso. Ya hay indicios de que la inflación se está calmando.
El informe del Roosevelt también refuta el argumento de que la inflación actual se debe a un exceso de gasto durante la pandemia, y que para bajarla se necesita un largo período de alto desempleo. La inflación por demanda se da cuando la demanda agregada supera a la oferta agregada potencial. Pero en general, no es lo que ha sucedido. En vez de eso, la pandemia dio lugar a numerosas restricciones sectorialesde la oferta y a desplazamientos de la demanda que (en combinación con ajustes asimétricos) fueron los principales motores del aumento de precios. Tipos de interés más altos ¿aumentarán la oferta de semiconductores para los autos, o la de petróleo (como si de algún modo fueran a convencer a MBS de producir más)? ¿Reducirán el precio de los alimentos (salvo por provocar una caída mundial de los ingresos de tal magnitud que la gente tenga que ajustar sus dietas)? Claro que no. Por el contrario, subir los tipos de interés dificultará todavía más movilizar inversiones que puedan aliviar las restricciones de la oferta. Y como muestran el informe del Roosevelt y otro anterior que escribí con Anton Korinek para la Brookings Institution, hay muchas otras formas en que la subida de tasas puede agravar las presiones inflacionarias. Es más probable controlar esta inflación con políticas fiscales bien dirigidas y otras medidas más puntuales que con políticas monetarias indiscriminadas y potencialmente contraproducentes.
Joseph Stiglitz, Project Syndicate
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