Después de la pandemia “el mundo va a ser más pobre”, alertó el doctor en Sociedad de la Información y del Conocimiento y expresidente del Banco Central del Uruguay, en entrevista con La Mañana. A la caída del crecimiento mundial, se le agregan los impactos que diversos rubros han sufrido debido a la llegada del nuevo coronavirus.
¿Cuál va a ser el impacto de la pandemia en la economía mundial?
Un primer punto que es importante destacar es que estamos en una gran incertidumbre sanitaria que se traslada a otros ámbitos, como la economía. Esta es una crisis bastante distinta de otras que hemos tenido, que fueron por problemas económicos o financieros.
Esta crisis afecta a uno de los factores de la producción, que es el trabajo. Esto hace que no se produzca y, a su vez, empieza a haber temores de la gente y eso comienza a afectar la demanda. La gente se retrae en su casa y concentra su consumo en muy pocos rubros: alimentos y medicamentos.
Tenemos una gran caída del crecimiento mundial. Todas las previsiones antes de esto decían que el mundo en su conjunto iba a crecer en torno al 3%, pero empujado básicamente por China, que es la gran locomotora, y Estados Unidos, que es la economía más grande del mundo, pero con tasas de crecimiento menores. Entonces, China, que pensábamos que iba a crecer al 5.5%-6% en el año 2020, pasará a crecer 1.2%-1.5%. Estados Unidos también va a declinar. En resumen, el mundo va a ser más pobre.
“Uruguay está haciendo muy bien las cosas en lo sanitario y en lo económico está haciendo lo que puede”
¿Qué pasa con Uruguay y la región?
Nuestro país es de los más ordenados en este sentido, pero en Argentina y Brasil, la caída del producto va a ser muy grande. No estamos hablando de una caída del 1%, sino del 6% o 7% en Argentina. En Brasil, sin duda va a estar por encima del 5.5% o el 6%. Son países grandes, cercanos a nosotros, por lo cual tenemos que estar muy atentos a lo que suceda en ellos.
Además de la caída global del nivel de actividad, ¿qué otros golpes sufrirán los países emergentes?
Van a tener un problema de commodities; algunos de ellos van a estar débiles, no todos. Los países que manejan petróleo, por ejemplo, están en una situación muy incómoda y difícil, porque no se ven posibilidades de que eso mejore, entonces los va a afectar mucho. Quizás los países emergentes que producen alimentos, como es el caso de Uruguay, van a ser, en ese aspecto, de los menos afectados.
Además, los movimientos de capitales van a verse restringidos en el mundo por un tiempo. O sea, tenemos que tener claro que, si cae el nivel de actividad en el mundo y si cae por el factor trabajo, no se puede recomponer, por tanto, lo que perdiste, lo perdiste.
¿Fueron acertadas las medidas que tomó Uruguay para mitigar la caída del empleo y de la economía en general?
Los países han tomado distintas medidas dependiendo de la espalda que tienen. Esto afecta el empleo, que es uno de los objetivos fundamentales que tiene toda política económica. Uruguay está haciendo muy bien las cosas en lo sanitario y en lo económico está haciendo lo que puede; heredó un problema de un 5% de déficit, lo que le deja menos margen para poder ser más fiscalmente expansivo. Si hubiéramos heredado un 2% de déficit, tendríamos mayor espacio para hacer otras cosas, pero 5% es una cifra muy importante.
¿Qué repercusiones va a tener la pandemia en el mundo, en una nueva o próxima normalidad?
Es imposible prever todas las repercusiones que va a tener. Los estudios que se están haciendo marcan algunas, a la luz de casos que podrían tener algún parecido con esto. Hay cosas que van a cambiar.
“Quizás los países emergentes que producen alimentos, como es el caso de Uruguay, van a ser de los menos afectados”
Lo primero es que ha vuelto la distancia. En los 90 la distancia estaba “muerta” gracias a los instrumentos que ya teníamos, a la tecnología. Pero hoy no podemos movernos. O sea, si tú quieres ir a Europa, no puedes. Entonces, la distancia ha vuelto a estar presente y eso va a tener muchas repercusiones. Va a afectar también algunos aspectos de la globalización, de la cadena de suministros. Es probable que uno de los efectos de esto sea que los centros de producción y de aprovisionamiento estén más cerca del consumidor final, y ese es un cambio muy importante.
Después, acá se pone a prueba la resiliencia de las personas, de las empresas y de los países, es decir, la capacidad de recibir un shock y salir del mismo, si se puede, de mejor forma. Las empresas tienen que medir el pensamiento estratégico y los costos. Muchas de estas cosas van a cambiar en la economía, por ejemplo, mucha gente va a terminar trabajando en la casa.
Sobre eso, el teletrabajo estaba en la agenda del gobierno, pero no era una prioridad. ¿La pandemia es una oportunidad para acortar los tiempos de su desarrollo, que a futuro iba a ser necesario?
Si bien este episodio es una gran desgracia, también es una gran oportunidad en ese aspecto. Esto nos acortó muchos años de pasos que ya teníamos que estar dando pero donde el motor no arrancaba.
¿Qué impactos tuvo a nivel económico el hecho de tener que evitar el contacto físico?
Estamos yendo hacia aspectos económicos más libres de contacto físico. Por ejemplo, a muchas personas ni se les hubiera ocurrido comprarle a un supermercado o a una farmacia por internet. Hoy lo están haciendo, entonces, el comercio digital pegó un salto enorme. Era algo que existía pero se usaba muy poquito; ahora la gran venta de los supermercados, las farmacias y muchos restoranes se da a través de los canales electrónicos.
Otro cambio se dio en la telemedicina, que se instaló y es fantástica, porque permite llegar a muchos lugares y tener opiniones de profesionales médicos muy competentes por vías digitales.
Todo lo que tiene que ver con automatización e inteligencia artificial también ha tenido un impacto. En ese sentido, las tecnologías se ponen a prueba en una escala muy grande. No hay que esperar a que esté todo robotizado para empezar a reentrenar a la gente a una nueva realidad de un nuevo mundo que ya nos está golpeando la puerta.
Asimismo, en la educación hubo efectos. Cuando la educación a distancia se hace bien y se puede complementar con aspectos presenciales cada tanto, es más difícil. Tenés que estudiar mucho más. De pronto además de dar clases abro un foro con una consigna, y los estudiantes tienen una semana para ir hablando en ese espacio, entonces tienen que leer sí o sí para entender qué está pasando y tienen que participar.
¿Qué sucede con la intervención del Estado en este contexto?
En esta situación, el Estado participa, interviene y ayuda mucho. Se han aprobado ayudas en distintos países y esto lleva a que el Estado tenga una presencia mucho mayor de la que tenía antes. O sea, es más probable que haya una mayor intervención del Estado en la economía.
Ahora, supongamos que el Estado salva a una empresa enorme, ¿qué papel juega ahí? Después de que pase esto, ¿el Estado será dueño parcial de la empresa o no? Esto es un cambio que va a llevar quizás unos años en reacomodarse y va a ser diferente en los distintos países, en función del tipo de intervención que el Estado tenga en el salvataje de la emergencia tanto sanitaria como económica y social.
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