Uruguay asume una nueva modalidad de financiamiento ligado al cumplimiento de objetivos en la lucha contra el cambio climático. A primera vista, la adopción de medidas de desarrollo sustentable parece loable, pero una mirada más profunda advierte peligros y posibles efectos no deseables.
La semana pasada el Gobierno de Uruguay y el Banco Mundial (BM) anunciaron el acuerdo de un nuevo préstamo del organismo. El contrato es innovador en cuanto a la generación de mecanismos para contribuir en el plano medioambiental, ya que premiará el cumplimiento de objetivos climáticos. Para ello, se dispone un conjunto de condicionamientos y se debe cumplir con la reducción de gases efecto invernadero asociados a la actividad ganadera. En este sentido, es importante comprender la historia de los financiamientos para el desarrollo del BM, cuáles son las innovaciones de esta nueva propuesta y cómo se adapta a la realidad de Uruguay.
Préstamo atado a compromisos climáticos y Bono Verde
En el comunicado oficial se informa que se trata de un préstamo de 350 millones de dólares, a pagar a partir de 2028, que premiará el cumplimiento de objetivos climáticos asociados a la ganadería sostenible con una reducción de la tasa de interés. Se lo defiende como una oportunidad para diseñar un programa que genere una retroalimentación entre mejora de la conservación ambiental y productividad, por un lado, y rentabilidad ganadera, por el otro. El crédito es visto como un instrumento que se suma al Bono Soberano Indexado a Indicadores de Cambio Climático emitido en octubre de 2022.
Nuevos condicionamientos
Una de las mayores problemáticas que tiene el financiamiento para el desarrollo –en forma histórica, desde su surgimiento a mediados del siglo pasado, y que ha sido la constante de los últimos tiempos– es un conjunto de condicionamientos en términos de políticas macroeconómicas que en muchos casos han generado afectaciones en términos de la soberanía, ya que limitan los márgenes de maniobra de los Estados. De esta forma, se imponen modelos consolidados en determinadas etapas y con recetas algo generales.
Estos parámetros de crédito pueden presentarse como novedosos y diferentes, en el marco de las muchas crisis que se han vivido y la conflictiva realidad del mundo con sus consiguientes marchas, contramarchas y hasta cuestionamientos; pero en los hechos se ve el mismo tipo de trabajo, al que se suman los condicionamientos ambientales.
¿Son estos condicionamientos una oportunidad o un conjunto de trabas a los logros del Uruguay exportador agrointeligente? Que Uruguay es un país pequeño y en relación con su tamaño un gran productor de alimentos para el mundo no es una novedad, pero para que esto se logre se requiere de un conjunto de políticas muy importantes que tiendan a apoyar los procesos de acceso a mercados y de creación de bienes públicos asociados a la producción ganadera, las pasturas y la trazabilidad, entre otros. Cualquier compromiso que se asuma para un país como el nuestro, que busca entrar a través de su calidad, requiere de un estricto análisis de las condicionantes e impactos que pueda tener sobre la producción y cómo podría afectar en términos de poner a la vista debilidades por procesos que aún están inconclusos. Se requiere, además, medidas que acompañen y fortalezcan los propios procesos de mejora de la sostenibilidad en forma inclusiva.
Los compromisos verdes segregan, según su escala, a productores y a la industria. ¿Cuáles son las medidas para sostener a los más pequeños y a la producción nacional de menor tamaño? Alcanzar determinados estándares medioambientales tiene un costo y hay un efecto escala por las inversiones que requiere en términos de controles, registros y desarrollos tecnológicos alternativos. De esta forma, los productores más pequeños y las empresas frigoríficas nacionales pueden tener mayores barreras, tanto económicas como de otro tipo, para avanzar en este camino. Si no se plantea por parte de las autoridades un programa específico para acompañar estos procesos, puede surgir un nuevo elemento que apoye los procesos de concentración.
Potenciar activos, no socavarlos
Uruguay ha sido pionero en compromisos verdes y en el logro de sistemas intensivos que apoyan el medioambiente, basado en una rigurosa política pública y sistemas de regulación y control. Estos avances, hoy ya consolidados, han supuesto oportunidades para las exportaciones, lo que genera un ganar-ganar en términos de producción y ambiente, modelo deseable en el mundo agroexportador. Pero no alcanza con serlo, sino que además hay que parecerlo. Por eso es de imperiosa necesidad contar con dispositivos que salvaguarden estos logros, que entiendan la globalidad de la producción y la medición de emisiones en términos de producción, de ganados, pasturas y emisión-captura, sin que terminemos siendo rehenes de modelos mal definidos y que terminan atentando contra el propio sistema.
Estos anuncios y acuerdos no pueden partir solo de la firma. Deben estar respaldados por sólidas políticas públicas que atiendan los objetivos ambientales y, ante todo, los productivos, que son las que permiten la verdadera sostenibilidad de los procesos. Esto requiere claridad y dimensionamiento de los sistemas actuales, así como promoción de bienes públicos indispensables para seguir desarrollando el Uruguay agroexportador sostenible. La sola firma no garantiza este camino, por el contrario, puede ser un peso para el gran avance que nuestro país ha tenido.
¿Cómo funciona el nuevo mecanismo de financiamiento del BM ligado al cumplimiento de metas ambientales? https://www.bancomundial.org/es/news/factsheet/2023/11/17/como-funciona-el-nuevo-mecanismo-de-financiamiento-del-banco-mundial-ligado-al-cumplimiento-de-metas-ambientales
¿Por qué es importante? Se diseñó con el objetivo de incentivar a los países a alcanzar y mantener metas ambientales ambiciosas, centradas en la conservación de la naturaleza y la gestión del cambio climático.
¿Cómo funciona? Vincula las condiciones de financiamiento del BM al cumplimiento de una o más metas ambientales previamente acordadas con el país.
Uruguay, país pionero. Uruguay es el primer país del mundo en utilizarlo. En su caso, el mecanismo está ligado a un Préstamo para Políticas de Desarrollo (DPL, por sus siglas en inglés) de 350 millones de dólares, dirigido a apoyar políticas que promuevan un crecimiento económico sustentable y resiliente.
Emisiones de metano. La meta elegida es la reducción de la intensidad de emisiones de metano por cabeza de ganado.
Emisiones del sector ganadero. La reducción de la intensidad de metano es clave para el logro de los objetivos de mitigación del cambio climático en Uruguay. Las emisiones de metano provenientes de la producción de carne vacuna representan 48.6 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del país.
Pastoreo y conservación. La producción ganadera, el principal sector exportador del país con ingresos de 3.614 millones de dólares en 2021, se lleva a cabo principalmente en tierras no aptas para cultivos, donde se encuentran las pasturas naturales. La ganadería desempeña un papel esencial en la protección de estas pasturas, evitando su degradación y contribuyendo a conservar la biodiversidad y los suelos. Uruguay ya puso en práctica distintas iniciativas que demuestran que un buen manejo del pastoreo y la gestión adecuada de la carga animal por hectárea reduce las emisiones de metano.
Reducción progresiva. Los indicadores acordados entre Uruguay y el BM se han establecido para dos períodos. La meta en la reducción de intensidad de emisión de metano será de 33 por ciento o más entre 2028-2032, y de 36 por ciento o más entre 2033-2037.
Meta ambiciosa. Estas metas son uno por ciento más ambiciosas que los compromisos voluntarios climáticos (NDCs, por sus siglas en inglés) adoptados por Uruguay para reducir las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero en el marco del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Primera evaluación. A partir de 2028 se evaluará anualmente si el país cumple con las metas acordadas en materia de reducción de emisiones de metano.
Ahorro de 12.5 millones de dólares. Para Uruguay, esto podría significar una reducción de hasta 12.5 millones de dólares en los intereses del préstamo si logra una disminución verificable en las emisiones de metano del sector ganadero.
Apoyo de un millón de dólares. El BM; otorgará un millón de dólares al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para apoyarlo en la consecución de las metas de reducción de metano.
Monitoreo de metas. El monitoreo anual del cumplimiento de metas estará a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
Origen de los fondos. Los 12.5 millones de dólares destinados a la reducción de la tasa de interés de repago del Préstamo de Desarrollo de Políticas (DPL) provendrá del Fondo de Bienes Públicos Globales, el fondo del BM destinado a proyectos que apoyan el desarrollo de bienes públicos globales.
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