Con la crisis provocada por el covid revierte la tendencia a la baja de la informalidad que se venia dando a nivel generalizado en los últimos tiempos. El impacto de la pandemia fue a todo nivel, pero en lo que hace a la actividad informal fue particularmente más grave. A su vez, en los países menos desarrollados, donde la informalidad es mayor, se intensificaron las consecuencias sanitarias y económicas adversas de la pandemia al tiempo que se debilita los efectos paliativos de las políticas.
Informalidad como fenómeno estructural
La informalidad es un fenómeno presente a nivel económico que contiene diversidad de situaciones a lo largo de los países. Según un reciente informe, denominado “La larga sombra de la informalidad: desafíos y políticas” publicado en mayo 2021 por el Banco Mundial, un 70% total del empleo y un tercio del PIB es informal a nivel de las economías emergentes y en desarrollo (EMED).
El fenómeno va de la mano con una menor capacidad de recaudación y por lo tanto de disponer de recursos públicos para llevar adelante políticas macro y generar inversiones a largo plazo. Según el BM en las economías que registran un alto grado de informalidad, los recursos públicos para combatir las recesiones profundas y apoyar la recuperación posterior son más limitados que en otras economías. En las EMED donde los niveles de informalidad son superiores a la media, los ingresos públicos representaron, en total, aproximadamente el 20 % del PIB, entre 5 y 12 puntos porcentuales por debajo del nivel de otras realidades.
Quienes son informales no están integrados al mercado formal de trabajo y esto los lleva a no acceso a la seguridad social y otros beneficios. En general existe un predominio de mujeres y jóvenes con bajos niveles de calificación.
Pandemia e informalidad
Existen muchas problemáticas que si bien son trasversales se agravan a nivel de los sectores de bajos recursos. La tendencia de la informalidad venía siendo a la baja y con el covid la revierte llevando a un alza que es mucho más alta en las economías más débiles.
La propia realidad del informal y sus limitaciones al acceso a las redes de seguridad social y la dificultad para atender el distanciamiento y las restricciones, hizo que fuera uno de los grupos de mayores riegos de contagio, de propagación de la enfermedad y con dificultades de acceso a los sistemas de salud. De esta forma, para el BM la alta tasa de informalidad atenta contra los esfuerzos políticos para frenar la propagación de la covid-19 e impulsar el crecimiento económico. Diversos estudios refuerzan estas ideas y destacan que la mayor informalidad fue un agravante de la pandemia. A modo de resumen o elementos a destacar:
- El covid afecta más al sector informal
- Los grupos de población más pobre dependen más de actividades informales
- En el sector informal pesan las actividades de servicios
- Los shocks de ingresos adversos son más difíciles de sobrellevar para trabajadores informales (menor ingreso, falta de seguridad social y sin cobertura de salud
- Las muchas o pocas medidas que se adoptaron cada economía para proteger a la población por los efectos de covid en sus actividades o empleos fueron canalizadas a través de los sistemas formales con lo cual quienes no pertenecían a este sistema no fueron alcanzados.
Medidas para combatir la informalidad en la era covid
Se necesitan más y diferentes medidas para apoyar a quienes viven en la informalidad, buscando generar intervenciones que teniendo efectos en lo inmediato tiendan a generar integración a la red de protección y contribuyendo a la posibilidad de mejorar ingresos.
Por una parte, en materia de recomendaciones para la definición de políticas el BM afirma al menos cinco elementos que se deben tener en consideración: 1. Enfoque integral ya que la informalidad es un reflejo de lo que sucede en el conjunto de la economía; 2. Mejoramiento de programas de educación y financiamiento como condiciones necesarias de integración; 3. Mejoramiento del clima de negocios para fomentar la inversión y la creación de empleo formal; 4. Disponer de normativa fiscal más sencilla; y 5. Diseñar programas a medida de cada realidad. En este marco de criterios es que Kose y Ohnsorge aportan recomendaciones a ser consideradas por las políticas económicas como: 1. Utilizar plataformas y tecnologías flexibles para llegar a los trabajadores informales; 2. Facilitar el acceso a la financiación a las empresas informales; 3. Mantener las trasferencias como programa para sostener una renta básica mientras la crisis económica es relevante o mientras los más rezagados puede volver a mecanismos de generación de ingresos; y 4. Fomentar la integración tecnológica.
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