Uno de los mayores problemas que han tenido las economías del mundo en la postpandemia ha sido la inflación. La irrupción de covid y la necesidad de medidas de confinamiento obligaron a ejecutar políticas activas para incentivar la demanda que promovieron esta suba de precios. Al mismo tiempo se dio un conjunto de procesos –algunos de los cuales ya existían– que resultó una bomba de tiempo.
Las consecuencias de la inflación han sido devastadoras, pero también las medidas contractivas han tenido impacto en los niveles de crecimiento. A pesar de los esfuerzos, la inflación se mantiene persistente y recién en los últimos meses ha cedido algo. Existe una perspectiva alentadora, los últimos datos y proyecciones sobre precios podrían mostrar una mejor para el año que estamos por empezar. Sin embargo, existen niveles de incertidumbre y riesgos que pueden ser importantes.
Las proyecciones, si bien mejoran, no se puede decir que sean alentadoras. Según la Celac, por ejemplo, la inflación global sigue fuera de los márgenes deseables, aunque se haya desacelerado. Los mayores riesgos están a la vista de componentes fundamentales que son parte de la inflación conocida como subyacente, que implica eliminar los alimentos y las energías. Cuando se proyecta la inflación subyacente, los guarismos están por encima de las metas definidas, mostrando que es un problema persistente. Hay necesidad de analizar con algunos cuidados y más en profundidad.
Una realidad mundial con demasiada incertidumbre. La realidad geopolítica ha tenido tanto peso en las economías y se ha vuelto tan vertiginosa y compleja que lo único claro es que existen más niveles de incertidumbre. Se habla de muchas incógnitas en el horizonte.
La política de combate a la inflación está en tela de juicio. Muchos analistas, políticos y líderes empresariales, a pesar de las bajas en los últimos meses, mantienen dudas y siguen realizando cuestionamientos a las medidas que se vienen tomando para combatir la inflación.
Estamos ante la era de una nueva inflación. Existen nuevos fenómenos inflacionarios que traen de la mano la necesidad de cambiar el paradigma, desarrollar nuevos modelos y teorías a la vez que innovar en políticas públicas. Con la pandemia, el mundo y las políticas macroeconómicas tuvieron que reinventarse y atender una realidad completamente impensada, que fue incidir sobre una economía mundial totalmente paralizada. Esto generó no solo nuevas medidas, sino reacciones de los agentes en un mundo globalizado, que si bien tiene altos niveles de integración se viene caracterizando por una segmentación creciente, nuevos polos de poder y desafíos de todo tipo. Después de la pandemia, el mundo tuvo una rápida recuperación pero con niveles de fragilidad, vulnerabilidad, desigualdad. Rápidamente se pasó del crecimiento al casi estancamiento, enfrentando suba de precios, conflictos bélicos, ruptura en la cadena de suministros, crisis financieras, entre muchas otras realidades.
Las grandes economías están con problemas. En un artículo reciente en The Project Syndicate, Jim O’Neill destaca que existe en el mundo un “acalorado debate sobre las perspectivas de inflación, y algunos empresarios muy respetados y con mucha experiencia expresan dudas de que los bancos centrales tengan el problema bajo control”. Al respecto destaca cómo los últimos datos sobre precios al consumidor de la eurozona, Estados Unidos y el Reino Unido mantienen el problema mencionado de la inflación subyacente.
Afloje de las restricciones monetarias. El segundo semestre de 2023 se ha caracterizado por la baja en las restricciones vía suba de tasas de interés, que había tenido como consecuencia una afectación del crecimiento y desajustes que terminaron con los problemas financieros que estallaron en marzo pasado. Esto no ha sido una posición unánime, mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos, con la mejora en el crecimiento y los resultados de las tasas de inflación, viene marcando una posición de bajarlas. No se ha comportado de igual forma la Unión Europea. Por otro lado, China marca una deflación, con una baja en los precios al consumidor y hasta se habla de una transmisión de ella al resto del mundo vía exportaciones.
Tendencias de los precios mundiales de las materias primas. A pesar de los conflictos bélicos, con inflaciones cediendo más allá de ellos, los eventos climáticos y medidas de todo tipo que se ven en mercados específicos, viene cediendo el precio de las materias primas.
Los salarios si bien son importantes dejaron de ser los factores determinantes. Para la explicación de la inflación, los salarios fueron un factor determinante. Alcanza con revisar y analizar las principales teorías monetarias, en las que se resume el espiral de precios y salarios. Sin embargo, diversos estudios han mostrado que surgen nuevos factores de peso en la inflación, como los propios márgenes de ganancias. Además, si bien se viene dando un aumento de salarios en tendencia por encima de los precios al consumo, también se ha visto como una necesidad para recomponer equilibrios, habiendo otras batallas como la mejora en la productividad en tanto dimensiones fundamentales para avanzar en este terreno.
La batalla contra la inflación no termina, pero la realidad parece menos difícil que a inicios de 2023, sin embargo, no da para descansar, porque los desafíos e incógnitas son muchos y pueden surgir nuevos.
TE PUEDE INTERESAR: