Al principio de la crisis, casi todos anticipaban una recuperación rápida en forma de V; esto se basaba en suponer que una breve interrupción de la economía sería suficiente, y que tras dos meses de amorosos cuidados y montones de dinero, retomaría donde había dejado. Era una idea atractiva. Pero ya estamos en julio, y la recuperación en forma de V es probablemente una fantasía. La economía pospandemia será casi con certeza anémica, no sólo en los países que no consiguieron controlar el virus (en concreto, Estados Unidos), sino también en los que se las apañaron bien. El Fondo Monetario Internacional prevé que a fines de 2021, la economía mundial apenas habrá crecido respecto de fines de 2019, y que las economías de Estados Unidos y Europa se habrán achicado alrededor del 4%.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, en Project Syndicate
Italia y Brasil podrían desencadenar una crisis global de deuda
Incluso antes de que la pandemia eligiera a Italia como su epicentro europeo, ese país tenía una excesiva relación deuda pública/PIB de 135%. A raíz de la pandemia, el FMI espera ahora que en 2020 la economía de Italia se contraiga en un asombroso 13% y que su déficit fiscal se amplíe a alrededor del 10% del PIB. Esto, a su vez, hará que la deuda pública del país se dispare hasta un insostenible 160 por ciento del PIB a finales de 2020. Como los inversores han empezado a evitar los bonos del gobierno italiano, lo único que mantiene a flote al país son las compras de bonos a gran escala por parte del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, hay límites políticos que acotan las posibilidades del BCE de seguir rescatando a un país en la escala en que lo está haciendo con Italia.
Brasil es otro país en el que pronto podríamos tener una crisis de deuda, que por su dimensión, podría desestabilizar los mercados financieros mundiales. En lo que va del año, el Real brasileño ha perdido alrededor del 25% de su valor, ya que tanto los inversores extranjeros como los residentes han perdido la confianza en la capacidad del país para controlar sus finanzas públicas. La relación entre la deuda pública y el PIB de Brasil puede llegar a superar el 100%, lo que sería inusualmente alto para una economía emergente. Con una contracción de alrededor del 10% del PIB en 2020, y un déficit fiscal que se puede disparar al 10% del PIB, este escenario es posible.
Desmond Lachman, del American Enterprise Institute, en The Hill
Como la regulación empresarial puede actuar como desincentivo a las contrataciones
Según el último informe anual del Banco de España, la proporción de empresas de menor tamaño ha aumentado en la última década y el porcentaje de empresas con menos de cinco trabajadores alcanzó el 78% el año pasado. ¿Por qué tantas empresas españolas parecen sufrir el síndrome de Peter Pan? Los expertos apuntan a diversos factores, aunque las trabas legales y la burocracia parecen llevarse buena parte de la culpa. La regulación construye un techo de cristal que muchos empresarios no se atreven a romper. Al superar los 50 empleados, o una determinada cifra de facturación o activos, la compañía asume automáticamente una mayor carga económica y administrativa.
Maria Cuesta, en ABC España
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