Para inversores, responsables de políticas, empresas y hogares por igual, un interrogante importante es si regresaremos, y hasta qué punto, a los patrones de crecimiento prepandemia. Si bien existen muchas áreas de incertidumbre en la economía posrecuperación, algunas industrias parecen posicionadas para un período de crecimiento extraordinariamente rápido. Específicamente, en sectores con una combinación de posibilidades tecnológicas, capital disponible y una alta demanda de soluciones nuevas y creativas, las condiciones serán sumamente favorables para la inversión y la formación de nuevas empresas. Entre los amplios sectores con el mayor potencial de crecimiento, mis tres candidatos principales son la aplicación de tecnologías digitales en toda la economía, la ciencia biomédica (y sus aplicaciones en atención médica y otras áreas) y las tecnologías que se ocupan de los diferentes desafíos para la sustentabilidad, especialmente aquellos asociados con el cambio climático. Un crecimiento elevado en este contexto implica no solo un crecimiento por sectores, sino altos niveles de actividad e innovación empresarial, una plétora de nuevas empresas de rápido crecimiento y grandes ingresos de capital que generen tasas de retorno mayores de lo esperado.
Los responsables de las políticas parecen entender que una demanda deficiente tiene efectos negativos no solo en el empleo sino también en los incentivos para adoptar nuevas tecnologías. La mayoría de los gobiernos, por ende, están ansiosos por garantizar que la economía funcione a una alta intensidad sin vientos de frente del lado de la demanda que retrasen el crecimiento y el empleo. Frente a estos factores, existe una posibilidad razonable de que la tendencia negativa de 15 años en el crecimiento de la productividad agregada –y por lo tanto del crecimiento real general- se revierta. Se están implementando nuevas tecnologías poderosas de propósito general y la pandemia ha aumentado la adopción y el aprendizaje en sectores anteriormente rezagados. Esto es crucial, porque el crecimiento de la productividad a nivel agregado exige no solo una disponibilidad generalizada de las tecnologías necesarias, sino también su amplia difusión.
Michael Spence, profesor de la Universidad de Stanford y premio Nobel de economía, en Project Syndicate
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