Ubicada en una zona excepcional, Los Cerros de San Juan apuesta a la producción de vinos de calidad y ofrecer turismo acorde a una bodega que además de ser la más antigua del país en 2004 fue declarada Monumento Histórico.
En el kilómetro 123 de la ruta 21, a mitad de camino entre Colonia del Sacramento y Carmelo se encuentran los viñedos y bodega Los Cerros de San Juan, con más de 200 hectáreas de la bodega en actividad más antigua del país. Fundada en 1854 por la familia Lahusen, la bodega fue adquirida en 2019 por la familia argentina Planas que está reimpulsando la producción con el agregado de plantaciones de olivos y el turismo enológico de alta calidad.
“Cuando los Lahusen llegaron de Alemania compraron esas tierras y se dedicaron a la actividad ganadera, pero se dieron cuenta que la tierra era ideal para las vides y comenzaron a plantar, trajeron variedades alemanas y construyeron la bodega”, contó el gerente comercial de la empresa, Germán Guardado.
Pero no sólo la tierra, también la zona es ideal para la elaboración de vinos y la histórica pero vigente bodega conserva las condiciones ideales de humedad y temperatura para los vinos de alta gama.
Es una zona “pedregosa, rocosa, e ideal para plantar vides, además de tener la influencia del Río San Juan que está muy cerca de la desembocadura del Río de la Plata”. A su vez, “los desniveles del lugar” generan lo que se llama amplitud térmica “que es una característica que a las uvas les hace bien y consiste en calor de día y frío de noche, o dicho de otra forma, las temperaturas mínimas son alejadas de las temperaturas máximas”, observó. En el mundo, las regiones que tienen ese arco en las temperaturas son adecuadas para la actividad vinícola, por el contrario, “en las zonas cálidas o frías del mundo difícilmente se encuentren importantes productores de vinos”, porque la temperatura uniforme no ayuda.
Partiendo de una temperatura adecuada, ayudada por la presencia de los ríos San Juan y De la Plata, más la ondulación natural del lugar, todo eso, combinado dan a la bodega un toque particular con un importante potencial de calidad.
“Las variedades que maneja la bodega son muchas con varias uvas tintas y varias blancas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Tannat, Noir, Tempranillo, Sauvignon Blanc, la variedad es grande y hay alguna que es particular de los Cerros de San Juan que llegaron desde el origen alemán como el Gewürztraminer o Riesling. En Uruguay no somos los únicos pero son variedades bastante exóticas y poco comunes que están en Los Cerros y vienen con la historia de la bodega”, dijo Guardado.
El mercado local y la exportación
El objetivo actual de la bodega es “atender el mercado local y la exportación”. Para eso “estamos en una etapa de recuperación y reconstrucción del negocio, desde los vinos hasta los mercados” porque “la bodega venía bastante deprimida como empresa”.
Con ese fin es que hace un par de años Los Cerros de San Juan fueron adquiridos por capitales argentinos correspondientes al mismo grupo de Colonia Express. Con la adquisición de la bodega apuntan a recuperar todos los viñedos, darles todo el desarrollo posible y reconstruir la parte tecnológica incorporando los avances de última generación.
“La estrategia apunta a vinos de alta gama, o sea que son vinos de nivel medio hacia arriba, todos de VCP en botellas de 750cm cúbicos”.
Uruguay es un país en el que se puede invertir
Guardado valoró que “el esfuerzo es netamente privado, aunque por supuesto hay organismos públicos como la Intendencia de Colonia que tiene mucha predisposición y hay espíritu de colaboración y cooperación”.
En ese sentido destacó que Uruguay tiene las condiciones para que se instale este tipo de inversiones que son capaces de generar productos de calidad y mano de obra en los diferentes eslabones de la producción o el comercio. “Quien tiene buenas ideas y capacidad financiera encuentra en Uruguay un país donde hay cosas que valen la pena y las inversiones se justifican”, comentó.
El nuestro es un país con “credibilidad y buena imagen históricamente hablando, lo que hace que los empresarios argentinos o de otros países apuesten y confíen más allá de los gobiernos”.
Por otra parte y a pesar de su pequeñez Uruguay tiene una posición de destaque en el merado global de los vinos: “En el exterior estamos posicionados con una buena imagen de nuestros vinos, pero al lado de dos gigantes como Argentina y Chile, Uruguay todavía es bastante insignificante en el mercado mundial en términos cuantitativos, pero en términos cualitativos es diferente porque a dónde llegan los vinos uruguayos van ganando prestigio e imagen como vinos de alta calidad. Somos altamente competitivos, pero somos muy pequeños en términos de volumen”.
Turismo y aceite de oliva
En el mediano y largo plazo hay dos actividades que la bodega apunta a desarrollar, además de los vinos. Por un lado un emprendimiento de turismo enológico y por otro la producción de olivos.
“Lo que se viene es un emprendimiento turístico con hospedaje, algo de alta calidad para el turismo enológico” con “la idea es elaborar paquetes para el turismo local y traer turistas de Argentina”, anunció.
“Hoy se puede visitar la bodega y conocer el pueblo de San Juan, pero el año que viene tenderemos una posada u hotel para que la gente se pueda quedar además de las degustaciones, los almuerzos y poder probar los vinos”.
A su vez, el lugar es adecuado para un turismo de tranquilidad, con una bodega histórica y la conservación del pueblo San Juan original que incluye las casas de la época, una panadería y la bodega de piedra que fue declarada Monumento Histórico.
Pensando “en el largo plazo se plantaron miles de olivos para la futura producción de aceite. Es una inversión de diversificación siempre pensando en productos de alta gama” porque “Uruguay es muy apto para los olivos y es una industria que ahora no tiene grandes dimensiones, pero está en crecimiento con muchos emprendimientos, varios de ellos en el departamento de Colonia”.
Uruguay cuenta con mano de obra calificada
Los primeros viñedos instalados en Uruguay se remontan a 1870, desde entones Uruguay no ha dejado de enriquecerse adquiriendo experiencia y capacitación que hoy hace posible la existencia de “mano de obra apta y capacitada para trabajar en los viñedos y vinos finos, gente calificada, con dominio y con experiencia”, dijo el gerente comercial de Los Cerros de San Juan.
“En el caso de una bodega como la nuestra, se necesitan dos cualidades o condiciones: una es más operativa porque hay mucho trabajo de mano de obra artesanal que es en los propios viñedos cuidando las plantas, el riego y otras actividades que se hacen todo el año y tiene que ver con la planta en el campo”.
La segunda es “el trabajo en la bodega” para el cual “se necesita gente con cierto dominio y habilidades, pero también gente profesional, calificada, y me refiero a los enólogos que en Los Cerros son personal calificado, profesionales con carreras universitarios que están profesionalmente aptos para trabajar en productos que van a llegar a los mercados internacionales”.
Aunque “no soy un experto en el tema, entiendo que en Uruguay en general tenemos personal calificado para poder desarrollar vinos de alta calidad internacional”, opinó.
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