Manuel Silveira tiene 26 años y estudió Negocios Internacionales. Después de recibirse decidió diversificar y optimizar el negocio familiar que tiene su área de acción en los departamentos de Colonia y Soriano y así nació la idea de crear AFINE Productos Lácteos.
Hace cerca de treinta años, Artigas Silveira, el padre de Manuel, fundó AS Agronegocios. Esta empresa comenzó con la agricultura y una planta de silos, y fue ampliando su accionar comprando campos y trabajándolos, con estaciones de servicio, empresas de transporte, entre otros. Manuel es el menor de los tres hermanos Silveira y decidió trabajar a tiempo completo en el grupo familiar cuando terminó la facultad en 2017.
“En ese entonces vi que había muchas oportunidades de diferentes cosas para que el grupo económico fuera mejor, más grande y más fuerte, y eso me gustó mucho. Yo estaba estudiando negocios internacionales, me gusta la parte de dirección de empresas, entonces vi tremenda oportunidad y me vine”, comenzó relatando.
Mejor, más grande y más fuerte
“Cuando estaba en el último año de facultad empecé a pensar que era lo que podía aportar al grupo para lograr ese objetivo de mejor, más grande y más fuerte, y ahí me surgieron grandes ideas analizando todo en profundidad, y armé un plan de cuatro puntos a llevar a cabo”.
El primer punto consistía en “eliminar las empresas ancla, cuya facturación anual no justificaba toda la inversión y los costos de coordinación para que funcionaran”, aseguró Silveira. “El segundo era convertir pasivos en activos, ahí había de todo un poco, infraestructura, maquinaria, casas antiguas y una fábrica de quesos. El tercero era potenciar y mejorar las empresas que mejor beneficio neto tenían y expandirlas, y el cuarto era la diversificación”.
La fábrica de quesos entraba en dos de los puntos, el segundo y el cuarto. Entonces encontraron dos posibilidades, alquilarla y que alguien la hiciera funcionar, o ponerla a funcionar ellos mismos. Optaron por reflotarla. “Me empezó a entusiasmar mucho la idea de hacerla funcionar, y de meterme en algo de lo que no sabía nada. Tenía que aprender todo desde cero”.
Si bien comenzaron la producción en sí misma en 2020, el armado de la empresa comenzó en 2018, pero siempre con el objetivo claro de apuntar a la calidad ya que no podía producir en cantidades como para competir con los precios de las grandes industrias.
Entonces llegó la etapa de investigar las demandas del mercado para encontrar su nicho. “Yo estaba en mi último año de facultad en Montevideo, entonces armé una lista con los restaurantes referentes de la ciudad y me iba a cenar a todos, y pedía hablar con el chef. Le preguntaba qué estaban necesitando en términos de quesos y lácteos en general que no conseguían acá en Uruguay o que no se encontraba con la calidad deseada. De esa experiencia surgieron varias cosas interesantes y eso me dio la línea de por dónde tenía que ir con el proyecto”.
Buscando diferenciación con la calidad
Actualmente trabajan tres personas en la fábrica y se abastecen de leche con un productor de la zona. “Por ahora estamos con producción baja, porque la idea es arrancar de a poco y hacer conocer el producto”.
Las circunstancias hicieron que el comienzo de la producción coincidiera con la llegada de la pandemia. Según Manuel, esto no influyó demasiado en el proceso. “Definitivamente la parte comercial costó bastante más, pero el diferencial lo estamos haciendo con quesos que requieren muchos meses de maduración, por ejemplo, el tipo parmesano que son doce meses de maduración, entonces es algo que requiere mirar hacia adelante y no alertarse mucho por lo que esté pasando en el momento”.
“Estos meses han sido específicamente para hacernos conocer, tenemos una política comercial bastante agresiva para entrar al mercado. Queremos que la gente pruebe el producto, que vea que hay un diferencial en sabor, aromas, texturas, que sepan que queremos hacer las cosas bien. Y también que tenemos un respaldo de inocuidad que es muy importante, tenemos incluso un laboratorio dentro de la fábrica para asegurar que todo esté en óptimas condiciones”, detalló.
“Lo que buscamos con la fábrica es desarrollar el paladar, hacer un producto que lo pruebes y sea un placer comerlo, pero al mismo tiempo que sea inocuo y con una calidad homogénea en el tiempo. Queremos que la gente se anime a probar este producto diferente, y llevar la experiencia del consumo de queso a otro nivel, de disfrutar y conocer todas esas expresiones de sabores diferentes. No solo lo estamos haciendo con los productos clásicos y tradicionales con su correcto tiempo de maduración, sino además con elaboraciones diferentes e innovadoras como algún otro que estamos desarrollando, por ejemplo, el queso de café”.
En este momento la empresa se encuentra en la etapa de desarrollo comercial, pero Silveira tiene intención de comercializar sus productos en tiendas gourmet y boutiques de productos diferenciales y así llegar al consumidor final en diferentes puntos de venta.
Manuel considera que el hecho de apostar a un emprendimiento vinculado al medio rural es fundamentalmente gracias al apoyo de su padre. “Él es la antítesis de lo que veo casi todos los días. Lo que pasa por lo general es que las generaciones mayores no dejan mucho lugar a las siguientes, lo veo en varios amigos y sus padres. Mi padre me dijo: ‘agarra esta empresa y hacela funcionar’. Se hace a un lado y me deja que me dé contra la pared si es necesario. Me dice: ‘aprovechá ahora que estoy para salvarte y aprendé cómo se hacen las cosas’. Y eso me parece fundamental, si no fuera así tal vez no podría estar metido en esto”.
Afinar la producción
El nombre que eligieron para la empresa es AFINE, que proviene del oficio de afinador. “En esta industria tenés al maestro quesero que es quien elabora el queso y al maestro afinador que es la persona que desde el momento en que se elabora hasta el momento en que se comercializa hace todo el mantenimiento y el cuidado del queso: lo va calando, cepillando, lavando, viendo que vaya evolucionando bien. Entonces, como nuestro diferencial era esta parte de la maduración y el cuidado del queso, nos gustó esa palabra y terminamos eligiendo AFINE”.
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