Brasil sostiene la defensa de la Amazonia y Honduras llama a “discutir seriamente la multipolaridad del mundo”. Argentina reivindica su soberanía sobre las Malvinas apoyada por Perú, mientras que El Salvador defiende sus medidas para enfrentar el crimen organizado.
En el período número 77 de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cientos de jefes de Estado y representantes nacionales de alto nivel estuvieron presentes en Nueva York para destacar sus agendas, plantear prioridades y participar de las discusiones sobre los temas de la agenda internacional.
Siendo esta la primera sesión presencial desde el inicio de la pandemia de coronavirus, los países latinoamericanos no fueron excepción y tuvieron una participación más enérgica que años anteriores en temas como medio ambiente, cooperación internacional, soberanía territorial y lucha contra el crimen organizado, entre otros.
Brasil y la Amazonia
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, destacó en su intervención los logros de su país en materia ambiental, afirmando que “Brasil es parte de la solución y referencia para el mundo”. “Dos tercios de todo el territorio brasileño permanecen con vegetación nativa, exactamente igual que cuando se descubrió Brasil, en 1500. En la Amazonía brasileña, un área equivalente a Europa Occidental, más del 80% de la selva permanece intacta, al contrario de lo que publicitan los principales medios de comunicación nacionales e internacionales”, dijo, en referencia seguramente a los choques del pasado con el presidente francés, Emmanuel Macron, por su “comportamiento colonial” con respecto a Brasil.
“La región amazónica alberga a más de 20 millones de habitantes, entre indígenas y ribereños, cuyo sustento depende de algún uso económico del bosque. Llevamos internet a más de 11.000 escuelas rurales ya más de 500 comunidades indígenas”, enfatiza el presidente sobre la población de la Amazonia.
A nivel energético, Bolsonaro destacó la transición energética de su país, iniciada casi medio siglo atrás a modo de reacción por la crisis petrolera de 1973. “Hoy tenemos una industria de biocombustibles moderna y sostenible. Industria que contribuye a la matriz energética más limpia entre los países del G20. Alrededor del 84% de nuestra matriz eléctrica actualmente es renovable, y esta es la meta que muchos países desarrollados esperan alcanzar solo después de 2040 o 2050. El año pasado, Brasil fue elegido por Naciones Unidas como el “campeón de la transición energética”, destacó el presidente, agregando que esta situación le permite a su país tener la posibilidad de proveer productos industriales altamente competitivos y generar “una de las huellas de carbono más pequeñas del mundo”.
Sobre el sistema internacional, el mandatario brasileño destacó la importancia de la ONU, la cual según él fue levantada “en medio de los escombros de la Segunda Guerra Mundial” para “no repetir el ciclo de destrucción que marcó la primera mitad del siglo XX”, lo cual según afirma que hasta cierto punto “podemos decir que tuvimos éxito”.
Respecto a la guerra en Ucrania, sostuvo que la misma “sirve como un llamado de atención” para lograr una reforma de la ONU que pueda “encontrar la paz mundial”, sobre todo haciendo referencia al Consejo de Seguridad, al que Brasil aspira a convertirse en miembro permanente en el caso que se expanda el mismo.
Además agregó que las consecuencias del conflicto ucraniano “ya se están sintiendo en los precios mundiales de alimentos, combustibles y otros insumos”, para luego comentar que “los países que solían ser líderes de la economía baja en carbono ahora recurren a fuentes de energía sucias. Este es un serio revés para el medio ambiente”.
“La solución al conflicto en Ucrania solo se logrará a través de la negociación y el diálogo”, declaró Bolsonaro para luego hacer un llamado a todas las partes como también a la comunidad internacional para no perder “ninguna oportunidad para poner fin al conflicto y asegurar la paz. La estabilidad, la seguridad y la prosperidad de la humanidad corren un grave riesgo si el conflicto continúa”.
Argentina y Perú: Malvinas y fertilizantes
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dedicó parte de su discurso para volver a reafirmar los “legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Forman parte del territorio nacional argentino y se encuentran ocupados ilegalmente por el Reino Unido desde hace ya casi 190 años”. Fernández afirmó: “Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial y que agravó la controversia por sus llamados a la explotación ilegal de los recursos naturales renovables y no renovables en el área”.
Por su parte el mandatario peruano, Pedro Castillo, también apoyó el pedido argentino y declaró reconocer “plenamente los derechos de soberanía de la República Argentina en las Islas Malvinas y demandamos a las partes el inicio de consultas y negociaciones para concretar este objetivo imperativo”. Además también a nivel internacional Castillo habló sobre la guerra en Ucrania y llamó al cese al fuego. “El Perú reitera, une vez más, la necesidad de que se pacte un cese el fuego en Ucrania, que se incremente la protección de la sociedad civil afectada por el conflicto y se inicien negociaciones para encontrar una solución pacífica, que se comprenda los intereses de todas las partes”, afirmó.
Agregó: “Es necesario dar continuidad al acuerdo que permite la exportación de cereales de Ucrania y, como lo ha señalado el secretario general, hacer los arreglos para normalizar las exportaciones rusas de fertilizantes, cuya carencia está agobiando a los agricultores más pobres del mundo en desarrollo”. Este pedido se basa es la dificultad peruana para comprar fertilizantes de tipo urea, teniendo el gobierno tres compras fallidas en su haber debido a irregularidades en las licitaciones, lo que se sumó también a que el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego de Perú haya tenido varias personas a cargo en menos de un año debido a las constantes renuncias causadas por irregularidades y controversias.
Nicaragua y Honduras: seguridad y soberanía
Desde el país centroamericano, el presidente salvadoreño Nayib Bukele destacó los avances de la lucha contra el crimen organizado, que ha tenido al país sumido por décadas en la violencia entre pandillas. Según Bukele, en poco más de tres años se ha logrado hacer un cambio positivo gracias al llamado “Plan de Control Territorial” sumado al régimen de excepción, el primero estando vigente desde mitad del año 2019. Hasta la fecha se han capturado más de 52.000 personas con supuestos vínculos a las pandillas y al crimen organizado.
“Pasamos de ser un país para muchos desconocido y los pocos que lo conocían, lo conocían por las pandillas, por los muertos, por la violencia, por la guerra. Pasamos de eso a ser un país conocido por las playas, por el surf, por sus volcanes, por su libertad financiera, por su buen Gobierno y por haber acabado con el crimen organizado”, destacó Bukele, quien lanzó un mensaje sobre la autodeterminación de los pueblos.
“Quise usar este pódium para decir estas palabras porque no resonarán solo en mi país, sino en otros pueblos que, como el mío, que quieren construir su camino de libertad. Para unos podrán hacerlo antes, otros después, para unos fácil y para otros más difícil. Pero será más rápido si los poderosos nos ayudan, o al menos si no nos quieren ayudar, que no nos estorben; cada pueblo debe buscar su propio camino”.
Por su parte en su primer discurso como presidente de Honduras, Xiomara Castro, habló sobre el pasado reciente de su país, los daños causados por la injerencia extranjera y los cambios que propuso en Honduras. Criticando los “Trece años de dictadura tutelada por la comunidad internacional”, los cuales según Castro “llevó al país a multiplicar su deuda pública por seis veces, y alcanzar la tasa del 74 % de pobreza”, destacó que “ninguna de estas cifras impresiona a nadie en un mundo que hoy vive bajo la dictadura monetaria, que a los más pobres se les impone medidas draconianas de disciplina fiscal, que aumentan el sufrimiento de las mayorías postergadas, y el capital especulativo no tiene límites”.
Además, dijo que para que su país “sobreviva”, debe “rechazar esa presunta austeridad que premia a los que concentran la riqueza en pocas manos y aumentan la desigualdad de forma exponencial”. A nivel internacional, “las naciones pobres del mundo ya no soportamos Golpes de Estado, el uso de lawfare, ni Revoluciones de Colores, usualmente organizadas para espoliar nuestros vastos recursos naturales”, expresó.
Con respecto a las cuestiones ambientales y las propuestas internacionales para solucionarlas, Castro dijo: “Las naciones industrializadas del mundo son las responsables por el grave deterioro del ambiente, pero nos hacen pagar a nosotros por su oneroso estilo de vida y para ello no escatiman nada para sumirnos en sus planes y en una crisis sin fin, pretendiendo que estemos atados de pies y manos”.
Luego afirmó: “Nunca más cargaremos con el estereotipo de ‘república bananera’, terminaremos con los monopolios y los oligopolios que solo empobrecen nuestra economía” y llamó a “renegociar los tratados de libre comercio”. “Hemos tomado la decisión soberana de invertir en nuestro desarrollo sustituyendo importaciones, pero compitiendo en los mercados internacionales sin subsidiar los excesos de las naciones desarrolladas”, dijo. Finalmente declaró: “Es tiempo de discutir seriamente la multipolaridad del mundo”.
TE PUEDE INTERESAR: