Los líderes de EEUU y Rusia se reúnen este miércoles en la ciudad de Ginebra (Suiza) y recorrerán una amplia agenda de temas geopolíticos y económicos. Los días previos Biden participó de las cumbres del G-7 y la OTAN, en donde se anunciaron iniciativas que apuntan a limitar el poderío de Pekín y Moscú.
“América ha vuelto”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado 19 de febrero durante la 57 edición de la Conferencia de Seguridad de Múnich, evento que sirvió como antesala para comprender las acciones que se tomaron esta semana y que podrían marcar las próximas décadas. Para el presidente estadounidense fue la primera participación como jefe de Estado en cumbres como la del G-7 (y la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), junto a reuniones bilaterales con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Todo esto ocurre en momentos en que el norte de Occidente siente que su influencia y poderío a nivel mundial están siendo cuestionados en términos económicos y políticos frente al ascenso asiático encarnado por China, que actualmente es la segunda economía del mundo, según el informe de abril de este año sobre “Perspectivas de la economía mundial” del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esta inquietud sobre los cambios ocurridos también es compartida por otra figura importante del escenario internacional, la canciller alemana Angela Merkel. Meses antes en la CSM la líder germana afirmó que “China ha ganado más influencia en el escenario internacional”. “Nosotros como alianza transatlántica y como democracias del mundo debemos tomar medidas para hacer valer nuestro propio peso”, agregó.
G-7 y el impuesto a las multinacionales
Bajo el lema “Reconstruir mejor”, se realizó la cumbre del G-7 el fin de semana pasado en Cornwall (Reino Unido), integrada por Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Unión Europea, Japón y Estados Unidos, con Australia, India, Corea del Sur y Sudáfrica como invitados. Allí se sentaron las bases de las nuevas iniciativas para revitalizar la influencia mundial de este bloque. La vacunación, los sistemas impositivos, las nuevas fronteras y China fueron los ejes más importantes en el contexto de la pandemia.
Según la declaración de Carbis Bay, emitida al final de la cumbre, el tema de la vacunación ha sido central y se prometió proporcionar a nivel mundial mil millones de vacunas más para este año. Además se reivindicó la promoción de licencias voluntarias de vacunas y una producción mundial “sin fines de lucro”. También se llamó a la “mejora de los sistemas de defensa colectiva contra las amenazas a la salud mundial” mediante la disminución de tiempo en el desarrollo de tests, vacunas y otras herramientas contra el coronavirus. En este ámbito se volvió a pedir una investigación sobre el origen del coronavirus en China, algo que ha generado tensiones tiempo atrás cuando Australia pidió lo mismo y fue uno de los puntos causantes de disputas comerciales entre ambos países.
El tema impositivo también estuvo presente debido a la desigualdad económica generada por la pandemia, lo que llevó a pedir mayores impuestos para las empresas multinacionales y siguiendo el acuerdo logrado por el G-7 el pasado 5 de junio, se propuso aplicar un impuesto mínimo de 15% para estas empresas a nivel de todos los países involucrados. Esto deberá ser ratificado en la próxima cumbre de ministros de Economía y presidentes de Banco Central de los países del G-20 que se hará el 7 al 10 de Julio de este año.
La cuestión será difícil de lograr ya que varios países se benefician de una política impositiva basada en bajos o nulos impuestos a las grandes corporaciones. Incluso dentro de la Unión Europea podrían generarse problemas, siendo Irlanda el caso ejemplar en el que en base a los acuerdos impositivos hechos con Apple en 1991 y 2007, la corporación estadounidense llegó a pagar apenas 0,005% en impuestos en el año 2014, según una investigación del 2019 de la Comisión Europea.
También a nivel global, varios países podrían adecuar sus políticas impositivas para atraer empresas que ya no estén de acuerdo con el aumento propuesto por el G-7, lo que podría limitar el efecto de estas medidas.
Lanzan alternativa a la Nueva Ruta de la Seda china
Pero lo más importante fue el lanzamiento de la iniciativa “Reconstruir un mundo mejor”, la cual está destinada a contrarrestar la Nueva ruta de la Seda de China. Según la declaración divulgada por la sala de prensa de la Casa Blanca, es una iniciativa de infraestructura global, “de alto estándar y basada en valores liderada por las principales democracias para ayudar a reducir la necesidad de infraestructura de más de 40 billones de dólares en el mundo en desarrollo”.
Esto será posible mediante la coordinación de capital del sector privado enfocado las áreas de salud, tecnología digital, clima, salud e igualdad de género, afirma el documento y “tendrá un alcance global, desde América Latina y el Caribe hasta África y el Indo-Pacífico. Los diferentes socios del G-7 tendrán diferentes orientaciones geográficas, pero la suma de la iniciativa cubrirá los países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo”. Para ello, Estados Unidos, siendo el “socio líder” de esta iniciativa, “buscará movilizar todo el potencial de nuestras herramientas de financiamiento para el desarrollo, incluidas la Corporación de Financiamiento para el Desarrollo, USAID, Banco EXIM, Millennium Challenge Corporation y la Agencia de Desarrollo y Comercio de EE. UU”.
“China tiene la Nueva ruta de la Seda. Nosotros creemos que hay una forma mucho mejor para satisfacer las necesidades de los países de todo el mundo”, afirmó Biden en declaraciones a la prensa. Actualmente más de 100 países han firmado acuerdos con China de cooperación en proyectos de infraestructura relacionados a la Nueva Ruta de Seda.
Sobre las nuevas fronteras, el G-7 reivindica las “sociedades abiertas” y habla de fronteras en el ciberespacio y en el espacio exterior, demostrando la importancia de las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y la nueva carrera espacial que demarcan las nuevas fronteras de poder y que afectarán el relacionamiento entre países.
OTAN: cambios de objetivos y China y Rusia como “desafíos”
Por otra parte, el pasado lunes tuvo lugar la cumbre número 31 de la OTAN, en la que se debatió cuáles deberían ser los nuevos objetivos de la alianza militar atlántica formada al inicio de la Guerra Fría. Con su origen en un tratado defensivo para contrarrestar al bloque soviético, tras la crisis de identidad ocurrida durante los 90’ al caer la URSS y ante los desafíos que presentan hoy las guerras híbridas como así el conflicto directo entre países, este bloque intenta lograr una nueva dirección con temas en vigor como los ataques cibernéticos, el cambio climático y el terrorismo, tomando así un rol mucho mayor, según la declaración publicada al final de la cumbre.
En el documento de 79 puntos, afirman: “Las ambiciones declaradas y el comportamiento asertivo de China presentan desafíos sistémicos para el orden internacional basado en reglas y para las áreas relevantes para la seguridad de la Alianza”, además de mencionar el aumento de su influencia como así sus políticas internacionales. Pero a quien se le dedicó más atención fue a Rusia, indicando que sigue planteando desafíos entre los que mencionan la situación de Crimea y la diversificación de armas nucleares.
Sobre esta situación, Biden sostuvo que “los actos agresivos de Rusia son una amenaza para la OTAN y nuestro sistema colectivo de seguridad”. Además destacó la importancia de la Agenda 2030 de la OTAN y la “buena reunión” que tuvo con otro miembro de la OTAN, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Aquí hablaron sobre la compra turca de sistemas tierra-aire S400 a Rusia, lo que previamente había generado tensiones con Estados Unidos e incluso afirmaron que era “una amenaza para la OTAN” y se removió a Turquía del programa de los aviones de combate F35. Sobre este tema no se logró ningún acuerdo y Turquía mantiene su posición respecto a la compra. También se discutió el apoyo estadounidense a las fuerzas kurdas en Siria e Irak, lo que genera molestias en Turquía, quienes los consideran “terroristas”, según la cadena Al Jazeera.
Pero la reunión más importante se dará hoy miércoles en Ginebra, Suiza, entre Biden y Putin, quien según el presidente estadounidense es un “digno rival”. “Me he reunido con él. Es brillante. Es duro”, dijo Biden. “Y he descubierto que es un digno adversario, como solían decir cuando jugaba a la pelota”, sostuvo en declaraciones a la prensa el pasado lunes y publicado por el diario Politico. Aquí se tratarán cuestiones sobre Ucrania, Bielorrusia, la situación entre Armenia-Azerbaiyán, Siria, Libia como también la Ruta del Mar del Norte, que comunica el Atlántico y el Pacífico por el norte de Siberia, haciendo más cortos los viajes que yendo por el Canal de Suez.
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