A las manifestaciones y tensión política que afectan a Colombia desde fines de abril de este año, se agregan una serie de episodios como el derribo de estatuas de distintas figuras históricas. Grupos de manifestantes y otros proclamados de comunidades indígenas han derribado estatuas como las de Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá en 1538, o de Sebastián de Belalcázar, fundador de la ciudad de Cali en 1536. Esto ha llevado a que el gobierno retire estatuas del navegante Cristóbal Colón o de la reina Isabel I de Castilla. Además, se han instalado mesas de diálogo con respecto a monumentos y su representación.
Consultado por La Mañana, el historiador uruguayo Ramiro Podetti sostuvo que “los relatos históricos están en crisis, no solo en América Latina, sino también en Europa y en Occidente”. “El fenómeno es bastante complejo, en los últimos 30 años hay un vaciamiento de los relatos históricos. Todas las historiografías están en crisis, todas están sometidas a tensiones fuertes de revisión y de reformulación y por sobretodo han perdido el valor y el sentido. No evocan ni producen efectos emotivos ni racionales que producían a lo largo de 4, 5 o 6 generaciones que han vivido dentro de la construcción de los Estados-nación los últimos dos siglos”, sostuvo Podetti.
“Parte de esa crisis es que los monumentos han perdido significado, se han invisibilizado algunos, en el sentido de la pérdida de vínculos de toda relación entre los paseantes/caminantes que deambulan por un parque, una plaza o una calle y el sentido y origen de ese monumento. Permanecen como objetos para que jueguen los niños o para ser vistos y que sean una referencia geográfica o topográfica. Lo curioso es que estos movimientos que llevan bastante tiempo vuelven a valorizar a los monumentos al cargarlos de sentido, de repente al visibilizarlos repentinamente y se les da un sentido que va en contra de los relatos historiográficos”, agregó.
Sobre el nuevo debate respecto a la figura de Cristóbal Colón, Podetti afirmó que el ataque a Colón en particular le parece “disparatado” y “falto por completo de sentido crítico de la historia”. “Se están proyectando sobre la imagen de Colón reivindicaciones del presente que en muchos casos serán legítimas pero estas estatuas se convierten en pantallas donde se proyectan cosas. La figura de Colón es compleja, como lo es todo el proceso del origen de la globalización, que es la navegación oceánica. Simplificarlo de ese modo es demostrar una ausencia completa de sentido crítico de la historia, lo cual es algo muy propio de nuestra época, de la historia misma también”, subrayó.
“Lo disparatado en este caso es que, si vos llevas esa lógica de sacar los monumentos a Colón, eso obliga a cambiar el nombre a Colombia, vos estás hablando sobre el gentilicio de 48 millones de personas que se llaman colombianos. Todo esto no resiste el análisis más allá de que sean comprensibles las razones por las cuales mucha gente enojada hace eso”, finalizó.
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