Suiza ha desarrollado una importante relación comercial y cultural con China en las últimas décadas. En ocasión de la visita a Uruguay del Ing. Nicolas Musy, experto en China, el embajador tuvo la iniciativa de invitar a un grupo de uruguayos a escuchar sobre las experiencias de su país con el gigante asiático.
El Ing. Musy es cofundador de China Integrated, una firma de consultoría que desde 1997 ha formulado y aplicado estrategias para más de 100 empresas e instituciones operando en China. También es directivo del Swiss Center de Shanghai desde el 2001 y coordina con China los programas del Instituto Tecnológico Federal de Suiza. Es también autor de varios libros, entre los cuales se encuentra “La Paradoja de los Recursos Humanos en China”, publicado en inglés en 2008.
La organización Swiss Centers China agrupa un conjunto de Pymes y expertos que ofrecen recursos y experiencia acumulada que permiten ayudar a Pymes que desean ingresar a China. La organización procura reducir los costos de arranque, contribuyendo a mitigar los riesgos a través de una metodología establecida que permite a pequeños emprendimientos capturar economías de escala y optimizar los costos de operar en China. El objetivo final es ayudar a las Pymes suizas a competir en un mercado de las dimensiones de China.
Suiza ha desarrollado una importante relación comercial y cultural con China en las últimas décadas. El embajador invitó a un grupo de uruguayos a escuchar a un experto sobre las experiencias de su país con el gigante asiático.
Muy comenzó explicando la importancia de conocer la geografía y la historia de China para poder comprender su cultura y su política. A pesar de la vastedad de su territorio, la tierra arable es escasa y se encuentra fundamentalmente en los valles de los ríos Amarillo y Yangtze, los que constituyen la cuna de la civilización china. Solo un 10% del territorio chino es arable, comparado con el 19% en los Estados Unidos. Las limitaciones de recursos para mantener una gran población hacen que los chinos estén históricamente habituados a soportar situaciones de escasez que en Occidente serían menos tolerables.
Los límites naturales permitieron a China defenderse de ataques del extranjero, lo que le dio ventajas en el desarrollo de una armada. En 1400 China tenía una marina con capacidad de navegar por todos los mares del mundo. Esto también permitió al país mantenerse en la vanguardia tecnológica entre los siglos VIII y XV.
Esta situación cambió en el siglo XIX con las intervenciones extranjeras y la Guerra del Opio, que dejaron al país en un estado de indefensión que no le permitió acompañar el ritmo de desarrollo que experimentaban las potencias occidentales de la época. El liderazgo de China posterior a Mao Tse-Tung la llevó por un camino de crecimiento económico que le permitió restablecer el país al sitio que ocupó durante gran parte de su historia.
Pero si hasta hace poco la prioridad era el desarrollo económico y el crecimiento, el gobierno de Xi Xinping va de a poco sustituyendo el objetivo económico por uno más de tipo geopolítico y estratégico. Similar a los Estados Unidos de Trump, Xi Xinping quiere hacer a China “grande de vuelta”.
Los chinos están dispuestos a pagar precios muy altos cuando perciben que un producto es el mejor
Sin embargo, la guerra comercial con Estados Unidos está haciendo mella en su tasa de crecimiento, que se ha desacelerado considerablemente. El sector automotriz en particular enfrenta la primera recesión en décadas, constituyendo uno de los principales perjudicados del conflicto con los Estados Unidos.
De todas maneras, la fuerte participación estatal en la industria permite a China sobrellevar una eventual recesión mejor que las democracias occidentales. Un 50% de los empleos en China son públicos, en comparación con el 15% de los Estados Unidos o el 30% de Alemania e Italia, dos de los principales países industriales de Europa.
Musy concluyó su presentación con algunas recomendaciones para las empresas uruguayas. Destacó la importancia que los chinos dan a una sana alimentación, y la creciente tendencia a consumir alimentos orgánicos. Los chinos están dispuestos a pagar precios muy altos cuando perciben que un producto es el mejor y son muy transaccionales. Esto significa que tienden a mirar los negocios con una perspectiva de corto plazo, menos enfocados en relaciones estratégicas de largo plazo.