Con la economía como escenario prioritario, el presidente de EEUU, Joe Biden, intenta presionar a Alemania para que se abandone la construcción del gasoducto Nord Stream 2 proveniente de Rusia. Las recientes sanciones de la Unión Europea contra China pueden dificultar el acuerdo de libre comercio entre ambas partes.
“América ha vuelto” comentó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante su primer discurso como mandatario en la Conferencia de Seguridad de Munich el pasado mes de febrero. Esta frase devela un enfoque internacional más activo inspirado en la política exterior clásica de Estados Unidos en el mundo. Este país sigue siendo la mayor potencia militar y también lo mismo en el plano económico pero el escenario actual en que se encuentra el mundo no será unipolar ni bipolar, es multipolar.
Un sistema internacional multipolar tiene varias potencias como Estados Unidos, Rusia y China a la cabeza mientras que la efectividad de la cooperación, el comercio y la seguridad regional y mundial estará basada en las formas de relacionarse con potencias medias como India, Japón, Vietnam, Australia, Turquía, Francia, Reino Unido, Alemania, Brasil, Argentina, Egipto, Sudáfrica, Arabia Saudita, Israel y otros.
En un mundo donde existe la Destrucción Mutua Asegurada entre las potencias debido a que poseen armas nucleares, el conflicto a nivel convencional no es una solución práctica para los intereses de estos países, las sanciones diplomáticas y/o económicas son el método actual más usado para ejercer presión y demostrar acción frente a la opinión pública. Esto mismo se ha aplicado con Rusia por el supuesto involucramiento en las elecciones de 2016 de Estados Unidos o la situación en Ucrania.
Pero el desafío actual está en lograr que Europa tenga menos relación económica con el gigante euroasiático, algo que por ejemplo con Alemania que ya tiene construido el gasoducto Nord Stream (Construido en el período 2010-2011) y está finalizando el Nord Stream 2, que está bajo la mira de la administración Biden, la cual ha amenazado de aplicar sanciones si termina su construcción. Se proyecta que cuando el Nord Stream 2 entre en funcionamiento habrá una capacidad de aprovisionamiento de gas de 110 mil millones de metros cúbicos por año.
Este nuevo gasoducto como el anterior hace su recorrido desde Rusia hacia Alemania por el mar Báltico y es construido por la corporación de energía rusa Gazprom, que actualmente mantiene un régimen mixto en donde el estado ruso posee la mayoría de las acciones. Previamente se había realizado el gasoducto Yamal, que inicia su recorrido en Rusia y pasa por Bielorusia, Polonia y tiene como destino la ciudad alemana de Fráncfort del Óder.
Gazprom también es la mayor productora de gas a nivel mundial, acorde a su página web. Las actuales relaciones energéticas entre Rusia y Alemania datan desde 1973, cuando las empresas de Alemania Oriental y Occidental, Verbundnetz Gas y Ruhrgas, comenzaron a recibir gas natural desde lo que era la Unión Soviética. Actualmente Alemania es el mayor comprador de gas ruso a nivel mundial, solo en el año 2018 adquirieron más de 58.5 mil millones de metros cúbicos de ese recurso.
Esta relación energética hace que exista una ambigüedad y Alemania recorra un camino más pragmático al perseguir sus intereses a pesar de que se hayan aplicado sanciones contra Rusia e incluso después de que ambos países expulsaran diplomáticos de la otra nación.
Pero esta relación comercial no está bien vista desde Estados Unidos, incluso en la administración Trump se aplicaron sanciones contra entidades que estaban siendo parte de la construcción del Nord Stream 2 y Merkel rechazó las sanciones al proyecto. A su vez el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas dijo en su momento que esas sanciones eran una “interferencia en las decisiones autónomas tomadas en Europa”.
A mediados de marzo pasado ocurrió algo similar cuando el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken le dijo a Maas que “las empresas involucradas en el proyecto podrían enfrentar sanciones, particularmente hasta un punto en que la construcción podría terminar”, refiriéndose al Nord Stream 2, según Reuters.
Todo esto ocurría mientras días atrás, exactamente el miércoles 17 de marzo, Biden afirmó en una entrevista para la cadena NBC que “Cree” que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es un asesino. La respuesta de Putin, además de citar un juego escolar que dice “el que lo dice lo es”, fue ofrecerle a Biden “continuar nuestra discusión de manera online y en vivo”. Rusia enfrentará una nueva batería de sanciones estadounidenses debido a las acusaciones de “hackeo masivo” e intento de influir en las elecciones de 2016 de Estados Unidos.
Por su parte China es otro país con que Estados Unidos ha tenido fuertes intercambios verbales y además es objetivo de sanciones. El pasado jueves 18 de marzo se realizó una cumbre en la ciudad de Anchorage en Alaska, en la que se demostraron las posturas que ambos países tienen en el escenario internacional. La delegación estadounidense estuvo encabezada por Blinken y asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, mientras que la comitiva china fue liderada por el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi y el Director de la Oficina de la Comisión Central de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi.
Desde el primer momento frente a las cámaras hubo un ambiente tenso con Blinken afirmando para con sus contrapartes chinas que “A Estados Unidos le interesaría abordar serios temas como Xinjiang, Hong Kong, Taiwán, ciber ataques hacia Estados Unidos y la coerción económica hacia nuestros aliados”. Esto no fue bien recibido y Yang respondió criticando a Estados Unidos por su “democracia en apuros”, el mal trato a las minorías y por sus políticas exteriores en política y economía.
Pero entre ataques y defensas verbales de ambos bandos, se trataron temas importantes como la situación en Afganistán, el cambio climático, comercio, Corea del Norte e Irán. Aunque lo más importante fue la respuesta dada por Yang, que afirmó que “Estados Unidos no representa la opinión pública internacional, ni tampoco el mundo occidental. Ya sea juzgado por la escala de población o la tendencia del mundo, el mundo occidental no representa la opinión pública global. Así que esperamos que cuando se hable de valores universales o de la opinión pública internacional por parte de Estados Unidos, esperamos que la parte estadounidense piense si se siente tranquila al decir esas cosas, porque Estados Unidos no representa al mundo”. Esto ha dejado claramente no solo que Asia tiene es el continente con mayor población, sino que también política y económicamente países como China llevan un rol proactivo en que asumen sin problemas su rol como potencia a la hora de interactuar con países de su mismo status.
Esta cumbre vino luego de que Biden se reuniera de manera virtual en la cumbre del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral junto a Australia, India y Japón, en la que se llamó a “enfrentar los desafíos en el área del océano pacífico y el índico”. Por otra parte, China luego de la cumbre en Alaska mantuvo reuniones con el canciller de Rusia, Sergey Lavrov, quien llamó a “reducir la dependencia del dólar” y los sistemas de pagos occidentales para hacer retroceder lo que él llamó como la agenda ideológica de Occidente.
China también enfrenta sanciones por parte de Europa, algo que también Biden encuentra dificultad para lograr unidad de acción con sus aliados europeos ya que por ejemplo Merkel, quien durante la cumbre de los mandatarios de la Unión Europea (UE) junto a Biden afirmó que la “Unión Europea tiene muchas cosas en común con Estados Unidos, pero difiere con su política respecto a China”. Esto tiene como trasfondo los lazos que la UE mantiene con el gigante asiático, con el cual a fines de diciembre del año pasado acordaron inicialmente un Acuerdo Integral de Inversión, que permitirá a empresas e inversores europeos un mejor acceso a los mercados en China. A nivel de Alemania, China significa el mayor mercado automotriz del mundo, algo importante para mantener el crecimiento de su industria automotora.
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