Coronel retirado del Ejército uruguayo, con experiencia en estrategia militar, guerra irregular y terrorismo, el magíster en Estrategia Nacional Gustavo Vila ha ocupado roles clave en el Estado Mayor del Ejército y participado en misiones operativas internacionales. Actualmente es profesor de los cursos Geopolítica del Terrorismo Fundamentalista Islámico, Terrorismo como fenómeno que afecta las Relaciones Internacionales, y Estrategia de Prevención y Respuesta a las Amenazas Complejas del Siglo XXI, que se imparten en el Comando de Altos Estudios Nacionales, donde es director del Posgrado de Especialización en Inteligencia Estratégica. En diálogo con La Mañana, el experto esclareció la complejidad del conflicto que tiene lugar en Medio Oriente, qué posibilidades de salida hay y cómo afecta a nuestro país.
El conflicto entre Israel y Hamás se intensifica a partir del ataque de Irán perpetrado el pasado sábado en represalia al bombardeo israelí al consulado persa en Damasco, en el que murieron mandos militares iraníes. La esperada respuesta de Irán fue lanzar más de doscientos drones y misiles contra Israel, resultando en daños leves en una base militar y algunos heridos. Las Fuerzas de Defensa de Israel interceptaron la mayoría de los proyectiles fuera de sus fronteras gracias a la cooperación de sistemas antiaéreos de Estados Unidos y el Reino Unido. Este lunes, el jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi, prometió una réplica ofensiva en declaraciones ante soldados de la base embestida.
¿Cómo se vincula la situación bélica de este momento en Europa del Este y el conflicto en Medio Oriente?
El mundo de hoy es un solo tablero. Todo está interrelacionado porque vivimos en un mundo hiperconectado y globalizado. Con el dominio de la tecnología de la información que hay, lo que pasa en una punta de globo instantáneamente llega a la otra y los actores que están presentes en el conflicto de hoy en Medio Oriente a su vez están implicados directa o indirectamente en el conflicto de Ucrania.
¿En qué sentido están implicados?
En que, por ejemplo, Irán es uno de los Estados que abastece de drones a Rusia. Son drones baratos y eficientes que, si bien no son tecnológicamente de punta, permiten saturar la defensa ucraniana y combinados con misiles crucero o hipersónicos logran alcanzar los objetivos. Si Irán está empeñado en una guerra con Israel, obviamente no va a poder brindarle a Rusia la cantidad de drones que tal vez necesite.
Por otro lado, está el papel que jugaban Rusia e Irán en bloquear el yihadismo sunita (Estado Islámico, ISIS). Estos dos países eran la contención de ISIS, pero si Rusia está empeñada en una guerra con Ucrania e Irán se está involucrando en un conflicto con Israel, difícilmente van a poder bloquear a los grupos radicales sunitas como ISIS.
Otra implicancia es la de Estados Unidos, que en su directiva de defensa nacional priorizó la región del Indo-Pacífico. A Estados Unidos no le conviene un nuevo conflicto, ya que en Ucrania, a pesar de la presencia de la OTAN, se encuentra asumiendo la mayor parte del gasto y esta escalada en Medio Oriente involucra a sus principales receptores de ayuda militar: Israel, Egipto y Jordania, todos países que de una u otra manera están involucrados. Obviamente, si Estados Unidos tiene un problema en Ucrania y un problema en el Medio Oriente, donde apoya a Israel, no va a poder dedicar todos sus recursos en la región indo-pacífica.
¿Quién es el principal beneficiado de toda esta situación?
Para mí el ganador de estos conflictos a nivel global es China, porque está logrando que Estados Unidos disperse sus recursos y no los pueda concentrar justamente en la región del Indo-Pacífico. China está ocupando posiciones importantes en África, suplantando muchas veces a su socio, Rusia, consolidando el collar de perlas –como se le dice a la estrategia china de tener puertos seguros en el océano Índico y tener los accesos a los estrechos de Malaca controlados–. Cabe recordar que China es dependiente del petróleo del golfo pérsico, por tanto, esta situación le favorece. A su vez se encuentra proyectando la nueva ruta terrestre de la seda para comunicarse con Europa. De esta forma, un Estados Unidos enfocado en otros lados permite que China se mueva con mayor libertad en sus proyectos. Igualmente, en una economía globalizada, China tendrá algún perjuicio, pero creo que son más las ganancias que las pérdidas.
¿Podríamos pensar que nos encaminamos hacia la tercera guerra mundial, o estamos ante una la segunda guerra fría entre Rusia y Estados Unidos qué tiene zonas calientes de combate?
Creo que estamos ante un rediseño de la arquitectura global que surge como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, cuyos vencedores moldearon el mundo según sus intereses. Aunque no puedo afirmar que nos encontremos en la tercera guerra, es innegable que la tensión está presente. Personalmente, me parece más adecuada la noción de una nueva guerra fría. De hecho, estamos abandonando el mundo bipolar característico de la Guerra Fría y avanzando hacia un orden mundial multipolar.
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la implosión de la Unión Soviética en 1991, el orden internacional se volvió incierto y ambiguo. Este cambio marcó la erosión de dos paradigmas principales: el paradigma westfaliano, que privilegiaba al Estado-nación como el principal actor internacional, y el paradigma clausewitziano, que regulaba la forma en que se llevaba a cabo la guerra, que pasó de ser realizada principalmente por ejércitos regulares estatales a ser llevada a cabo por actores no estatales, como ONG, empresas y organizaciones militares como Hezbollah o el Estado Islámico, desapareciendo así las certezas en el orden internacional.
¿Existe riesgo de llegar a una escalada nuclear?
Aunque pueda parecer paradójico, el arma nuclear es un instrumento de paz. Los Estados poseedores de armas nucleares no suelen enfrentarse en conflictos bélicos directos entre sí. Si lo hacen, tienden a limitar la intensidad del conflicto. Esto se debe a que las armas nucleares tienen un efecto neutralizador. Independientemente de la cantidad de armas nucleares que posea un país, su capacidad para infligir daño es suficientemente devastadora como para disuadir a otros países de atacarlo. En este sentido, la doctrina francesa sobre armas nucleares ha destacado el poder igualador del átomo, al nivelar la capacidad de los países. La diferencia entre poseer diez o mil bombas nucleares se vuelve relativa debido a la inmensidad del daño que solo una puede causar.
No creo que dos Estados nucleares vayan a una guerra generalizada, pueden ir a una guerra por proxies, cuando se combate a través de terceros, para evitar justamente un choque directo y que por escalada se llegue eventualmente a una guerra nuclear. Hay reglas escritas y no escritas según las que dos potencias nucleares saben hasta dónde van porque existe un punto de no retorno. Entonces, no creo que estemos ante la tercera guerra, creo que estamos en una reconfiguración del orden mundial, en el que hay actores no estatales que son irracionales y países que se manejan con lógicas basadas en aspectos religiosos, que muchas veces pierden la cuota de racionalidad y tal vez pueden ser peligrosos, pero en general los actores que tienen armas nucleares saben que hay umbrales que no pueden pasar.
¿Podría explicar brevemente la evolución histórica del conflicto en Medio Oriente y cuáles son las características principales de los actores involucrados y sus intereses geopolíticos?
El conflicto en Medio Oriente está íntimamente asociado a este lugar. Medio Oriente es un punto pivote debido a su ubicación estratégica, donde convergen rutas comerciales hacia Europa y Asia. Además, posee importantes reservas de petróleo y fue cuna de las primeras civilizaciones y las tres principales religiones: cristianismo, judaísmo e islamismo. El choque civilizatorio incluyó eventos como las cruzadas y los califatos.
En el siglo XIX, los judíos europeos buscaron un hogar nacional, considerando varias opciones, incluido el lugar histórico de los templos, bajo el Imperio Otomano. Tras la Primera Guerra Mundial, el problema se intensificó con el aumento del éxodo de judíos hacia la región, que consideraban su hogar debido a su historia. Este flujo migratorio alteró el equilibrio étnico y generó choques esporádicos. Los británicos, junto con los franceses, que controlaban la región, decidieron crear protectorados y fomentar la independencia de Israel y Palestina. Sin embargo, el conflicto en Palestina, bajo control británico, entre los árabes palestinos y los judíos recién llegados se volvió insoluble, sin que los británicos pudieran resolverlo.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se estableció la ONU. Se propuso un plan de partición para la creación de dos Estados en 1947. En 1948, Israel declaró su independencia, lo que desencadenó la primera guerra árabe-israelí, conocida como la Guerra de Independencia. Los Estados árabes vecinos atacaron a Israel, resultando en una guerra de aproximadamente un año. Israel ganó los territorios asignados por el plan de partición de la ONU, así como las áreas destinadas a un Estado árabe palestino que nunca se materializó.
Israel ha enfrentado hostilidades continuas de países vecinos. En 1956, ocurrió la Guerra del Sinaí, seguida de la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel ocupó Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y el Sinaí. Posteriormente, Israel se retiró del Sinaí tras la Guerra de Yom Kipur en 1973, gracias a los Acuerdos de Camp David que normalizaron las relaciones con Egipto. En 1980, Egipto se convirtió en el primer país árabe en reconocer a Israel, seguido por Jordania en 1994. Sin embargo, hasta el 2020, ningún otro país árabe había reconocido a Israel. En ese año, los Acuerdos de Abraham, auspiciados por Trump, llevaron al reconocimiento de Israel por parte de Marruecos, Sudán, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Para entonces, Israel se había retirado de Gaza, pero seguía ocupando los Altos del Golán y Cisjordania.
Los problemas actuales se derivan de los territorios de los cuales Israel se retiró, como Gaza y Cisjordania, donde existe un régimen complejo con tres zonas distintas. Aunque la Autoridad Palestina tiene su capital en Ramallah, su control en Cisjordania es relativo debido a los asentamientos de colonos judíos en tierras conquistadas por Israel en 1967. Esta situación ha generado tensiones y levantamientos palestinos, incluida la Primera Intifada, que condujo a los Acuerdos de Oslo en 1993 y la creación de la Autoridad Palestina en 1994.
Israel se retiró de Gaza en 2005, pero las elecciones de 2006 resultaron en disputas entre facciones palestinas, Al Fatah y Hamas. Esta división entre palestinos favoreció a Israel, ya que impidió la formación de un frente común para un Estado palestino. La ocupación militar de Cisjordania ha exacerbado las tensiones. Los fracasos de las facciones laicas palestinas han llevado a un apoyo creciente a Hamas, que evolucionó de un movimiento social a una organización política y militar, que desembocó en los ataques de Hamas a Israel en octubre de 2023.
¿Cuál es la situación del conflicto hoy, luego del ataque de Irán el pasado sábado?
El ataque al anexo de la Embajada iraní en Damasco no es algo nuevo. La diferencia es que ahora se atacaron instalaciones diplomáticas. Irán dice que ahí había un consulado, Israel lo niega, esa es la particularidad del caso, pero estos hechos son una constante. En ese bombardeo mataron entre siete y once altos funcionarios de la Fuerza Quds, que es la rama de las operaciones especiales del régimen iraní que trabaja en el Líbano. Pero esto no es nuevo. En enero de 2020 un dron norteamericano mató al comandante de la Fuerza Quds en Bagdad, el general Soleimani, allí Irán avisó que atacaría en respuesta y efectivamente atacó las bases de Estados Unidos en Irak y en Jordania.
En este caso fue una escalada controlada, en la que Irán avisó a Estados Unidos, a la OTAN y a Israel que respondería atacando objetivos israelíes. Irán se amparó en el artículo 51 de ONU, en la Legítima Defensa, el mismo artículo que utilizó Israel para defenderse de los ataques de Hamas el 7 de octubre de 2023. Esto necesariamente va a seguir, hay una guerra clandestina que se da en la región. Muchas veces no hay una atribución clara de quién perpetra los ataques.
¿Cuál es la prospectiva a corto y mediano plazo? ¿Qué se puede esperar que suceda en los próximos días y meses?
En el mediano plazo hay que ver qué pasa en las elecciones estadounidenses. Un escenario va a ser si gana Trump y otro si siguen los demócratas en el poder.
¿Cuál sería la diferencia principal si gana uno u otro?
Trump se ha caracterizado más por replegarse fronteras adentro, buscar un menor involucramiento en determinadas regiones. Biden, si bien tal vez con reticencia –o por lo menos es lo que manifiesta en los comunicados del Departamento de Estado–, ha apoyado la actual política de Israel. Trump es el primero que ha hablado de eventualmente retirarse de Ucrania, en tanto que Biden habla de que OTAN tiene que seguir apoyando a Ucrania. Por eso ahí va a haber un cambio importante, pero Estados Unidos no va a disminuir el apoyo a Israel. Probablemente, si cambia el gobierno en Estados Unidos no le dé tanta libertad al gobierno israelí como sí le ha dado la administración demócrata. Tal vez condicione la ayuda.
Otras variables que considerar: Arabia Saudita e Irán, aunque ambos son países islámicos, siguen diferentes ramas del islam. Arabia Saudita es suní, mientras que Irán es chií. La Meca y Medina, dos de los lugares más sagrados del islam, están en Arabia Saudita. Los saudíes son árabes, mientras que los iraníes son persas, lo que marca diferencias significativas. Ambos países aspiran a la hegemonía regional y cuentan con apoyos diversos. Irán cuenta con respaldo de Yemen, Siria y Líbano, este último con una población diversa que incluye a los alauitas, chiíes y otros grupos étnicos. En Iraq, la población está dividida entre kurdos en el norte, árabes en el sur y chiíes en el centro. Por otro lado, detrás de Irán están Rusia y China, lo cual crea una trenza interesante de intereses. Los países se manejan por la lógica del interés nacional, no existe la amistad entre los países, solo hay intereses.
¿Cómo van las mediaciones para lograr un posible tratado de paz?
Tal vez lo que Occidente se tenga que interpelar es por qué el auge de los radicalismos ¿Por qué Hamas? ¿Por qué Hezbollah? ¿Por qué los ayatolás iraníes? El fracaso de los gobiernos laicos árabes en satisfacer las necesidades de la gente propició que los movimientos religiosos cobraran ímpetu. Occidente tuvo mucho que ver porque apoyó a dictadores que en lugar de buscar el bienestar de su pueblo lo explotaron, operando en beneficio de una minoría y de empresas occidentales.
¿Cuándo se va a pacificar la región?
Tal vez se pacifique el día en que pueda llegarse a la solución de los dos Estados, uno Palestino y uno judío. ¿Cuál es el problema? Como está ahora Gaza es inviable un Estado palestino, se destruyó todo, más del setenta por ciento de la infraestructura y de los servicios públicos y hay una emergencia humanitaria. Además, los sectores laicos de Palestina no han estado a la altura de las circunstancias. Mahmud Abás, el actual presidente de la Autoridad Palestina está muy desacreditado, lo cual fortalece a los sectores políticos religiosos, a Hamas. Tal vez Occidente tenga que buscar fortalecer a los sectores laicos palestinos, para que puedan ganar legitimidad ante su población y el mundo y marginar a los radicales religiosos. Hasta que los sectores laicos no sean capaces de mantener el orden en su propia casa, que puedan mantener marginados y controlados a los extremistas radicales que buscan la desaparición del Estado de Israel, que lógicamente va a buscar su propia supervivencia y asegurar su seguridad.
¿En qué medida este conflicto afecta a nuestro país?
El conflicto realmente nos va a afectar si hay una guerra generalizada en el Medio Oriente que suba el precio del petróleo, porque vamos a tener problemas para comprar petróleo y para vender carne. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los dos atentados, el de la AMIA y el de la Embajada de Israel en Buenos Aires, se planificaron acá. Nosotros estamos a cuatrocientos kilómetros de la triple frontera, que es un emporio de servicios secretos, está el Mossad, la CIA, la DEA y Hezbollah. Si hay una guerra, las células van a tratar de globalizar el conflicto, porque las mayores comunidades islámicas de América Latina están en Brasil y la mayor comunidad judía en América Latina está en Argentina, no es casualidad, nosotros somos vecinos de Argentina y para nuestra escala, tenemos importantes núcleos de palestinos en la frontera, en Artigas, en Rivera, en Río Branco y en el Chuy.
¿Hay un uso electoral del conflicto por algunos sectores políticos? ¿Qué buscan quienes toman partido?
¿Cuántos judíos hay en Uruguay? Hay un montón y son aceptados. A los árabes los contás con los dedos de la mano. Ni siquiera hay una mezquita como la gente en Uruguay. Entonces, nuestro país, sin lugar a duda, es pro-Israel, pero cuidado, el serlo a veces es firmar cheques en blanco, porque hay un derecho a la legítima defensa, pero van 35 mil muertos en Gaza… es un poquito de más.
Estamos en un año electoral. Para algunos sectores de izquierda radical apoyar a Palestina se convierte en un eslogan políticamente correcto que puede sumar votos en las elecciones. En un país tan polarizado como este, donde cada voto cuenta y puede marcar la diferencia, cualquier respaldo político, por mínimo que sea, puede resultar significativo.
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