En marzo de este año la Comisión Europea, emitió un documento titulado “Un nuevo modelo de industria para Europa”, delineando nuevas pautas para la industria del continente.
A pesar de la magnitud de la crisis y cómo esta afectó en la población europea, las autoridades económicas del continente ven una oportunidad para reformular sectores estratégicos de su economía.
En concreto, los estímulos que Europa está introduciendo en la economía están siendo dirigidos a sectores específicos en los cuales las autoridades de la Unión Europea (UE) ven que estará el futuro económico de Europa y del mundo. Es por eso que enfocan sus inversiones en la neutralidad climática y el liderazgo digital.
El fortalecimiento del mercado único
El primer aspecto resaltado en el comunicado busca una industria competitiva y líder a nivel mundial. Para que los empresarios logren convertir sus ideas en proyectos reales y así las empresas prosperen y crezcan, se necesita tener las condiciones adecuadas.
Conjuntamente, la UE deberá aprovechar el impacto, el tamaño y la integración de su mercado único para establecer normas mundiales. Lograr concebir normas mundiales de calidad que contengan el espíritu de los valores y principios de Europa acentuará su autonomía estratégica y competitividad industrial.
El continente seguirá confiando en el comercio justo y libre con socios de todo el mundo, esforzándose por defender, actualizar y mejorar el sistema de comercio mundial, de manera que sea adecuado para afrontar tanto el presente como el futuro.
El Pacto Verde Europeo
Se pretende transformar a la industria en una más ecológica con el objetivo de convertir a Europa el primer continente climáticamente neutro del mundo de aquí a 2050. Ello se intentará lograr mediante acciones que financien proyectos ecológicos, con ayuda del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el trabajo en un mecanismo de ajuste de carbono compatible con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y promover acciones que protejan a la industria de las fugas de carbono.
El aumento de inversión en investigación y despliegue de infraestructuras ayudara a desarrollar nuevos procesos de producción y a la creación de empleo.
Una industria que configure el futuro digital de Europa
Las tecnologías digitales están cambiando la industria y la manera en la que se hacen los negocios, por ello Europa planea desarrollar e implementar más tecnologías que conviertan a los distintos agentes económicos en unos más proactivos, proporcionando así nuevas capacidades tanto para la industria como también para sus trabajadores y contribuyendo, a su vez, a la descarbonización de la economía.
La Comisión Europea, mediante el énfasis en este aspecto, presenta su visión acerca de cómo Europa puede conservar su soberanía y tecnología digital convirtiéndose en el líder digital mundial.
Liberar todo el potencial de las pymes
Esta nueva estrategia considera a las pequeñas y medianas empresas como esenciales para la competitividad y la prosperidad de Europa. Esto se debe a que se depende de las mismas en gran medida tanto social como económicamente, por representar más del 99 % del total de las sociedades europeas.
El apoyo se dará en tres ámbitos claves. Uno de ellos será la transición sostenible y digital. Se designarán asesores de sostenibilidad que ayuden a estas empresas en los desafíos ambientales y sociales, como también a mejorar su accesibilidad y capacidades. También contarán con centros de innovación digital que les brindarán asesoría acerca de cómo integrar las innovaciones digitales en sus procesos y modelos de negocio.
Otro ámbito será el de hacer negocios libremente dentro y fuera del mercado único, fundamentalmente reduciendo la burocracia. Esto les permitirá un mejor acceso a los mercados disminuyendo los obstáculos que presentan dentro del mercado único.
Por último, mejorará el acceso a la financiación con la finalidad de sufragar las inversiones necesarias para la transición ecológica y digital.
Dicha estrategia sienta las bases en una política industrial que aumente la competitividad de la industria de la Unión Europea a nivel mundial y que, a su vez, mejore su autonomía estratégica. Esto solo se podrá llevar a cabo mediante el compromiso en conjunto de la Unión, sus Estados, regiones, la industria, las pymes y demás partes interesadas.
Está claro, entonces, que de las adversidades surgen oportunidades tales como esta, en la cual surgió el proyecto de reorientar la economía europea hacia actividades que contengan un mayor valor añadido, beneficiándose de las nuevas tecnologías y la transición ecológica.
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