La cumbre de G20 es el escenario del pedido del representante de Argentina para lograr mejores condiciones de pago del acuerdo de renegociación de la deuda con el organismo internacional. Mientras tanto, la directora gerente del FMI dijo que “ama” a Brasil a pesar de que el año pasado se decretó el cierre de sus oficinas en ese país.
Esta semana inició en Yakarta, Indonesia, la primera cumbre de ministros de Economía y presidentes de Bancos Centrales de los países integrantes del G20 bajo la premisa “Recuperarnos juntos, Recuperarnos más fuertes”. Mientras que el foco de esta cumbre se centra en “Arquitectura de Salud Global, Transición Energética Sostenible y Transformación Digital”, Argentina va con el objetivo especial de poder negociar mayor flexibilidad de pagos como también revisar sobrecargos del préstamo de más de US$ 44 mil millones otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el año 2018 y a fines de marzo próximo vence unos US$ 3.000 millones de dicha deuda, existiendo la posibilidad de default.
Para lograr el acuerdo y evitar el default, el gobierno del presidente Alberto Fernández envió al representante argentino en el FMI, Sergio Chodos, mientras el presidente del Banco Central, Miguel Pesce y el ministro de Economía, Martín Guzmán, participarán de manera virtual de las reuniones. Este último se quedará en el país para enfocarse en los detalles finales del acuerdo con el FMI, según el diario argentino Ámbito Financiero.
El pedido argentino estará sustentado en el realizado en octubre pasado en la Cumbre de jefes de Estado del G20 en Roma, Italia. Aquí apoyaron la propuesta del FMI de crear un “Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad” que facilite el financiamiento a largo plazo a los países de bajos y medios ingresos como así también a los países pequeños en vías de desarrollo. Según la agencia argentina de noticias Télam, también se incluye una línea de financiamiento con mayor tiempo de pagos, siendo hasta por 20 años y que se pueda extender hasta 10 años más.
Mientras que a nivel local este acuerdo con el FMI estaba en riesgo al no contar con el apoyo de la mayoría en el Congreso Argentino, lo que se ha solucionado este mes al lograr un acuerdo con la coalición opositora Juntos por el Cambio (centroderecha), que, según el diario argentino La Nación apoyaría (en parte con votos a favor y abstenciones) en principio el acuerdo es con la condición de no crear nuevos impuestos, aunque aún se espera el proyecto final de Guzmán. A nivel parlamentario, la coalición oficialista, Frente de Todos, tiene 118 diputados de 257 legisladores y 35 senadores de un total de 72. Mientras que Juntos por el Cambio posee 116 y 33 en cada cámara, respectivamente.
Por su parte, hay sectores del oficialismo que rechazan este acuerdo e incluso han demostrado su descontento hasta con renuncias, siendo el caso de Máximo Kirchner, presidente de la bancada de diputados de Frente de Todos e hijo del expresidente Néstor Kirchner y la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Estando al frente de la bancada desde el año 2019, el pasado 31 de enero presentó su carta de renuncia en la que afirmaba que el motivo de esta decisión: “no compartir la estrategia utilizada y mucho menos los resultados obtenidos en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), llevada adelante exclusivamente por el gabinete económico y el grupo negociador que responde y cuenta con la absoluta confianza del presidente de la Nación, a quien nunca dejé de decirle mi visión para no llegar a este resultado”. Luego agregó: “Es mejor dar un paso al costado para que, de esa manera, él pueda elegir a alguien que crea en este programa del Fondo Monetario Internacional, no solo en lo inmediato sino también mirando más allá del 10 de diciembre del 2023”, fecha de las próximas elecciones en el vecino país.
Las reacciones no se hicieron esperar y en el programa Minuto Uno del canal argentino C5N, Alberto Fernández fue consultado por la renuncia de Kirchner y afirmó para que para él “no era necesaria”. Luego mencionó que Máximo habló sobre su renuncia con Cristina Fernández de Kirchner y que ella “tampoco estaba de acuerdo” con la medida que tomaría su hijo. A nivel local la decisión tampoco fue apoyada por la mayoría de la población, según la encuestadora argentina Rouvier & Asociados, que informó que el 68,5% de la población desaprobaba la medida. Por su parte el estudio también incluyó la percepción de la gente respecto a las negociaciones del gobierno argentino con el FMI y casi 7 de cada 10 argentinos respaldan lo hecho hasta ahora, incluso el pago realizado el pasado mes de enero.
Las críticas y los pronósticos equivocados sobre Brasil
El organismo financiero mantiene una relación distante con el gigante sudamericano luego de que en diciembre del año pasado decidiera cerrar su representación en el país, tras una presencia por 23 años.
Esto surge luego de las críticas que el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, sostuvo contra el funcionamiento del FMI al realizar previsiones sobre la caída del PBI de ese país para el 2020 a causa de la pandemia, que luego no se cumplieron. “Vinieron aquí a pronosticar una caída del 9,7% y que Inglaterra caería un 4%. Hemos bajado un 4% e Inglaterra ha bajado un 9,7%. Creo que es mejor que hagan predicciones en otros lugares”, dijo el ministro. “Hace muchos años que necesitaban estar aquí. Se quedaron porque les gusta la feijoada, el fútbol, la buena conversación, y de vez en cuando critican un poco y se equivocan de predicción”, afirmó Guedes en diciembre, según la revista brasileña Veja.
La fecha exacta para el cese de actividades será el 30 de junio de este año, momento en que finaliza el mandato del actual representante del organismo en el país. “A partir de esa fecha, el gobierno brasileño se comunicará con el FMI únicamente a través de contactos con su sede en Washington”, destaca la Agencia Brasil de noticias. El año 2002 fue la última vez que Brasil tuvo un acuerdo financiero con el FMI y lo pagó por adelantado en el año 2005; actualmente el país es acreedor del organismo internacional.
Mientras que esto no termina las tensiones entre Brasil y el FMI, ya que este último nombró, a principios de enero de 2022, al economista Ilan Goldfajn como director del Departamento del Hemisferio Occidental, quien ha criticado el rumbo económico del país y Guedes le ha respondido en más de una ocasión. Previo a este cargo Goldfajn fue presidente del Banco Central de Brasil en el período 2016-2019 y también economista jefe y socio de Itaú Unibanco, socio fundador de Ciano Investimentos, y socio y economista en Gávea Investimentos, además de presidente del Consejo Asesor de Credit Suisse Brasil.
En una entrevista al portal de economía Neofeed de diciembre del año pasado, Goldfajn afirmó que “los inversionistas extranjeros no están huyendo de Brasil… ya huyeron”. Según el diario Folha de Sao Paulo Guedes, respondió: “Aparentemente, el expresidente del Banco Central criticó mucho a Brasil y se va para allá. Es un buen economista, un buen amigo, pero si ya tiene un punto de vista aparentemente muy crítico y muy negativo sobre Brasil, ¿todavía necesita un representante aquí?”.
Tanto Guedes como la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, coincidieron el pasado 21 de enero en el evento virtual del Foro Económico Mundial llamado “Perspectivas económicas mundiales”, en el cual el jerarca brasileño elogió el discurso de la directora búlgara a lo que el moderador del debate, Geoff Cutmore, destacó la declaración, mientras que Georgieva intervino y dijo que amaba a Brasil. “Nos amamos”, afirmó, mientras hacía un corazón con sus manos. Del debate también participaron la presidente del Banco Central de Europa, Christine Lagarde, el presidente del Banco de Japón, Kuroda Haruhiko y Sri Mulyani Indrawati, ministra de Economía de Indonesia.
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