Sequías, ola de calor y el efecto de las sanciones contra Rusia empujaron al gobierno alemán a tomar la decisión de racionar el gas y activar otra vez las plantas de carbón. Además, el 63% de los alemanes se opone a seguir con el boicot energético a Rusia según la revista alemana Forsa.
Alimentos y energía son los dos elementos básicos sobre los cuales los países y las civilizaciones establecen su desarrollo. La guerra de Ucrania no solo trajo consecuencias políticas sino también sanciones económicas y consecuencias energéticas tanto para Rusia como para toda Europa debido a la relación comercial que mantienen al importar gas y petróleo desde el país euroasiático.
En el caso de Alemania, esta relación energética se remonta a la época de la Guerra Fría, con el inicio de las relaciones diplomáticas y comerciales entre la República Federal de Alemania (RFA) y la Unión Soviética en el período 1955-1960 bajo el gobierno del canciller Konrad Adenauer, quien estuvo en el poder desde 1949 hasta 1963. A esto le siguió el intercambio económico de tuberías alemanas hacia la Unión Soviética, que terminaría en el funcionamiento del oleoducto Druzhba en el año 1964. Este vínculo se reforzó con la “Ostpolitik” o Política del Este, llevada a cabo por canciller de la República Federal Alemana, Willy Brandt, para que en 1970 se firme otro tratado entre la Unión Soviética y la RFA para la extensión del gasoducto Soyuz hasta Baviera, para que años después comience a llegar gas ruso a Alemania.
Caído el Muro de Berlín y con una Alemania unificada, las relaciones energéticas y comerciales ruso-germanas siguieron con buena salud y se vieron reforzadas por el proyecto Nord Stream 1 y 2, gasoductos que traerían gas a través del Mar Báltico desde Rusia. El acuerdo para el Nord Stream 1 se firmó en el año 2005 e inauguró en 2012. Luego el Nord Stream 2 inició su construcción en 2018 y se suspendió en febrero de este año por Alemania luego de que Rusia reconociera a las repúblicas de Donestk y Lugansk.
Sumado a esa situación, la Unión Europea (UE) junto a Estados Unidos, aplicaron sanciones económicas a Rusia debido a la invasión de Ucrania. Dentro de las sanciones se incluyó la compra del petróleo y gas ruso, algo que se criticó en Europa y no tuvo el apoyo de todos los países del bloque. “En este momento, el suministro de energía de Europa para la generación de calor, la movilidad, el suministro de energía y la industria no se puede asegurar de ninguna otra manera”, afirmó el canciller alemán Olaf Scholz a comienzos de marzo respecto a la compra de energía a Rusia y su rechazo a las sanciones.
Alemania importó desde Rusia el 49% del gas total consumido durante 2021, según la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía. Los países que más dependen del gas ruso son Macedonia del Norte, Bosnia Herzegovina y Moldavia con el 100% de sus compras mientras que le siguen Finlandia (94%), Letonia (93%) y Bulgaria (77%). El país germano se ha visto afectado primero por los efectos de la guerra y segundo por la reducción del envío de gas a través del Nord Stream 1 que, según la empresa estatal rusa Gazprom, se debió a motivos de “fuerza mayor” y mantenimiento de los equipos, especialmente una turbina hecha por Siemens que debió ser reparada en Canadá. Esta recién se envió luego de reiterados pedidos por parte de Alemania hacia Canadá, según el diario ruso Kommersant. La misma llegará a Rusia el próximo domingo y se pondrá en funcionamiento a principios de agosto.
Según la revista Der Spiegel a nivel político también hay repercusiones en Alemania. El secretario general del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Kevin Kühnert, declaró que la dependencia alemana respecto al gas ruso es una “triste verdad” y que “habrá consecuencias significativas” para Alemania si Moscú continúa restringiendo el gas. Según la revista alemana Forsa, el 63% de los alemanes (en comparación con el 50% a fines de mayo) se oponen a un boicot de todas las entregas de gas desde Rusia. Además, debido a la reducción del suministro energético, se volverán a activar varias centrales de producción eléctrica a base de carbón y petróleo como medida de ahorro de gas de cara al invierno. Esta medida será hasta fines de marzo y, según Deutsche Welle, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, afirmó la medida se debe a que se quiere “ahorrar gas ahora en verano para llenar” los “depósitos de cara al invierno”.
A pesar de que el gobierno esté integrado por una coalición entre socialdemócratas, ecologistas y liberales que han impulsado una agenda verde y sustentable, estas medidas tienen el apoyo de la Agencia Internacional de Energía (AIE) que ha publicado un documento titulado “Un plan de 10 puntos para reducir la dependencia de la Unión Europea del gas natural ruso”. Dentro de estas medidas recomienda “maximizar la generación” energética a partir de “fuentes de bajas emisiones existentes como bioenergía y nuclear” y usar fuentes como carbón.
Por otra parte, el Parlamento Europeo en una controvertida decisión estableció por mayoría de 378 contra 278 eurodiputados que la energía nuclear y el gas podrán ahora beneficiarse de las inversiones del bloque en su lucha contra el cambio climático. “Esto es un desastre para el Green Deal europeo”, opinó el eurodiputado Philippe Lamberts, de los Verdes por Bélgica, según informó Euronews. “Si lo que quieres es perder credibilidad disparándote en el pie, esto es precisamente lo que tienes que hacer”, agregó.
Diplomacia energética y ola de calor en Europa
La diplomacia energética es una herramienta que Rusia ha usado como respuesta a las sanciones europeas. Según la cadena de noticias Reuters, en el caso de Austria afirman que “está recibiendo aproximadamente un 70% menos de gas natural del que ordenó” luego de que el Nord Stream 1 comenzara sus tareas de mantenimiento. La empresa estatal petrolera de Austria OMV AG obtuvo el 80% del gas desde Rusia en el año 2019 según el think thank The Complexity Science Hub Viena.
A modo de respuesta. la UE publicó este miércoles un plan titulado “Ahorra gas para un invierno seguro” en el que llama a que los países pospongan sus planes de “eliminación nuclear” cuando sea “técnicamente posible” y además afirma que los suministros de gas de Rusia han disminuido en un “intento deliberado de utilizar la energía como un arma política”.
Este plan podrá “comenzar a reducir parcial o totalmente a grupos de consumidores específicos” que sean identificados en la etapa de “emergencia” de sus planes nacionales de crisis, priorizando otros de acuerdo al “impacto en la salud, los alimentos, la seguridad alimentaria y el medio ambiente, la seguridad y la defensa en su priorización nacional” según el medio francés Euractiv. Este plan tendrá cuatro consideraciones: importancia social, cadenas de suministro, posibilidades de sustitución y reducción, y daños a las instalaciones. Lo primero se evaluará según la relevancia del sector o el producto para la sociedad, mientras que lo segundo se analizará en base a qué medida forma parte de las “cadenas de suministro transfronterizas” en la UE. A su vez, el tercer indicador se estudiará en base a si se “puede reemplazar el gas fósil o se pueden utilizar medidas de ahorro de energía” y por último será en base a qué daños y costos se pueden generar por la paralización temporal de los sectores productivos.
A nivel continental también hay una sequía que junto a una ola calor generó incendios forestales en regiones de Francia mientras que en Italia se ha llamado a la reducción del consumo de agua debido al fuerte calor. Según France 24, los incendios forestales en la región suroeste de Gironda ya consumieron más de 19.000 hectáreas de bosques y además 34000 personas han tenido que abandonar sus hogares.
Por su parte, el norte de Italia es el más afectado por las sequías causando grandes daños a los agricultores. Según el Corriere della Sera, ha disminuido el caudal de agua en varios lagos en Lombardía y el presidente de esa región, Attilio Fontana, afirma que después del 25 de julio “no habrá más agua para la agricultura” en Lombardía y luego “solo queda esperar la lluvia”.
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