Previo a este encuentro mundial en donde se planea transformar la producción y el consumo de alimentos, los países de la región y del continente se reunieron para marcar una posición unida frente a los cuestionamientos por parte de grupos de interés a la producción agropecuaria. Los ministros definieron a la carne vacuna como un “activo estratégico”.
El 14 de febrero de este año el cofundador de Microsoft, Bill Gates, afirmó en una entrevista a la revista MIT Technology Review que “todos los países ricos deberían pasarse a la carne 100% sintética”. Respecto a los países de ingreso medio, afirmó que también “es posible” el uso de este alimento, pero se debe seguir cada caso para analizar la legislación que adoptan los estados. Al respecto señaló: “Hay todos estos proyectos de ley que dicen que hay que llamarlo, básicamente, basura de laboratorio para vender. No quieren que usemos la etiqueta de la carne”.
En nuestro país se escucharon voces en el sistema político que rechazaron los dichos de Gates de febrero de este año y respaldaron la producción nacional de carne. Por ejemplo, el senador por Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos escribió en su cuenta de Twitter: “Ya nos indicaron quiénes tienen derecho a usar las redes y quiénes no, cómo pensar, quiénes pueden o no nacer, cómo vestirnos… ahora nos dicen qué deberíamos comer”. A esto se le sumó el senador por el Partido Nacional, Sebastián Da Silva, quien dijo en la Cámara de Senadores: “Uruguay va a ser pionero en el combate a la carne sintética. Nosotros nos declaramos enemigos acérrimos de la carne sintética”.
También el entonces presidente del Instituto Nacional de la Carne, Fernando Mattos, declaró su rechazo a lo dicho por el cofundador de Microsoft y lo invitó a que conozca nuestro país que cuenta “con más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad”, dijo y agregó: “No se puede acusar a un sector generalizando, sin respetar a decenas de miles de productores que de generación en generación han recibido y transmitido un estilo de vida, basado en el legado de cuidar del recurso natural que nos otorgó la naturaleza y que deberemos traspasar de la mejor manera”.
El pasado diciembre Uruguay promulgó el artículo 292 que integra el presupuesto nacional 2020-2024, que establece: “Cuando se trate de alimentos que contengan células de cultivo animal producidas de manera artificial en un laboratorio, no podrán utilizarse para referirse a ellos, hacer publicidad o comercializar, nombres asociados a productos de origen animal y sus derivados, ni utilizar ninguna etiqueta, documento comercial, descripción o representaciones pictóricas, material publicitario o forma de publicidad y de representación que indique, implique o sugiera que se trata de un alimento de origen animal y sus derivados”.
Importante reunión virtual del Consejo Agropecuario del Sur
El tema también estuvo presente en nuestro continente en los meses previos a la precumbre de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios convocado por la ONU, la que comenzó el pasado lunes y finalizó hoy en Roma. La mejor muestra de las conversaciones previas a la precumbre fue la reunión virtual del miércoles pasado del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), que convocó a ministros de agricultura y ganadería de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos.
Allí pusieron a consideración los documentos “Principios y valores de la región para la producción de alimentos en el marco del desarrollo sostenible”, “La carne bovina como activo estratégico de los países del CAS” y “Principales mensajes en camino hacia la Cumbre de la ONU sobre Sistemas Alimentarios, desde la perspectiva de la agricultura de las Américas”, este último concentrando la posición única de todo el continente que deberá ser expuesta en los distintos foros internacionales que se celebrarán este año. En la oportunidad se destacó “el rol de las Américas en la seguridad alimentaria” al “ser la principal región exportadora de alimentos” además de reivindicar un “comercio internacional abierto” que logre “promover la liberalización agrícola y reducir las restricciones arancelarias y no arancelarias”.
Sobre el intento de asociar la producción ganadera con el daño al medio ambiente, el ministro uruguayo Fernando Mattos afirmó: “La ganadería que se practica en nuestra región ha dado señales evidentes de que es un proceso sustentable respetuoso de las reglas básicas del ambiente; tenemos que rechazar las versiones que intentan asociarnos con los efectos al cambio climático” y cuestionó los llamados internacionales a crear impuestos de tipo ambiental. “Representan una preocupación para nuestros países, donde la agricultura combate la pobreza y genera divisas. Nos alarma que esos impuestos sean una barrera al comercio. Celebramos que se sumen más países a una posición convergente para enfrentarnos a estas tendencias de opinión que tanto nos pueden afectar”, agregó.
Ante esta posición, el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, sostuvo que “los sistemas ganaderos están siendo cuestionados por grupos de interés por sus supuestas implicancias negativas en ambiente, salud humana, enfermedades zoonóticas o por consideraciones éticas a los animales. Son argumentos débiles”. “Por eso desde el IICA insistimos que la ganadería bovina de los países del CAS debe ser visualizada como parte de la solución y no del problema. Es clave para la búsqueda de la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios”, afirmó Otero.
Paraguayos critican injerencia de ONGs
La vicepresidente de Uruguay, Beatriz Argimón, fue partícipe del panel “Obtener todos los ingredientes sobre la mesa” y de la Mesa Redonda Ministerial de la precumbre. Durante el panel del pasado lunes, Argimón defendió la producción agropecuaria y destacó que para ella lo más importante es “que no se genere una sola visión sobre los sistemas alimentarios, en particular con lo que tiene que ver con los sistemas ganaderos en el mundo”. “Debe conocerse en el mundo que cada realidad tiene una base económica, social y cultural específica y consideramos necesario contrarrestar con evidencia científica la nueva narrativa que plantea de forma negativa la alimentación en base a productos de origen animal, desde lo nutricional y desde el bienestar animal, es decir, su impacto sobre el ambiente y la salud”, afirmó.
Por su parte, desde Paraguay hubo críticas a la composición de las mesas de diálogo de la precumbre, acorde a la entrevista con diario paraguayo ABC, el ministro de Agricultura, Santiago Bertoni, lamentó que las organizaciones no gubernamentales (ONG) tengan igual o mayor preponderancia que los Estados en los ámbitos donde se discutirían posibles restricciones a la producción o consumo de carne. “A mí me molesta mucho cuando este tipo de organizaciones (haciendo referencia la fundación Bill Gates), tienen el mismo nivel de presión o el mismo nivel de fuerza que los Estados. Nos preocupan lo que dicen de la seguridad alimentaria, pero que no nos vengan a meter cosas raras”, sentenció, y destacó: “Tenemos que ordenar la cancha y ver el futuro que no nos impongan reglas a través de las ONG. Hay varios países preocupados por la injerencia de las ONG en las políticas de consumo”.
A esto se le sumó la posición de gremios productivos paraguayos afirman que existe un “sesgo organizativo” en lo que respecta a la composición de los integrantes de los distintos rubros y partes de la precumbre. Específicamente han afirmado que “casi la totalidad de integrantes del comité asesor, grupo científico, los coordinadores y los vicecoordinadores han sido elegidos con casi total ausencia de sudamericanos, o bien con unos pocos que no representan a los técnicos y a los sectores productivos de nuestra región, sino a organizaciones ambientales (caso del brasilero Joao-Campari, perteneciente al Fondo de Vida Silvestre), sin tomar en cuenta a la producción y el comercio”.
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