Luego de más de 20 años de negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, se ha logrado firmar un acuerdo histórico que creará un área de libre comercio con más de 760 millones de consumidores. Este acercamiento implica una amplia bajada de aranceles para importaciones y exportaciones de ambos bloques, lo cual ha sido festejado en nuestra región y en sectores industriales europeos, pero rechazado por organizaciones agrícolas, grupos ecologistas y partidos políticos del antiguo continente.
El Mercosur se beneficiará del aumento de las cuotas de exportación de diversos productos como la miel (45.000 toneladas), el arroz (60.000 toneladas) y la carne (ahora aumentará a unas 99.000 toneladas). Los aranceles a estos productos serán eliminados paulatinamente mientras que la cuota Hilton (son los cortes de carne bovina de alto nivel que se exportan) será de 0%. Mientras que la Unión Europea se beneficiará de grandes reducciones de aranceles en autos y bebidas alcohólicas. La futura liberalización agrícola ya ha despertado críticas en distintos países donde el sector agropecuario es importante, como el caso de Irlanda, dónde la ministra de Empleo, Regina Doherty, afirmó que el acuerdo “era decepcionante e insatisfactorio”. Por su parte el Ministro de Agricultura Michael Creed, celebró la eliminación del 28% de los aranceles a los productos lácteos irlandeses exportados al Mercosur, pero dijo que también “será malo para el sector ganadero irlandés”.
No solo las críticas han venido desde el ámbito gubernamental, sino que la Asociación de Granjeros Irlandeses ha publicado un informe afirmando que el volumen propuesto de importación de carne por la Unión Europea tendrá un gran impacto en los ganaderos Irlandeses y Europeos, quienes ya están luchando contra el impacto aún inexacto del Brexit (mercado al cual se le suministra 300.000 toneladas anuales) y los niveles en caída de consumo de carne en la región, algo reconocido por la Unión Europea, que recientemente ha anunciado un paquete de ayudas por 50 millones de euros a los ganaderos irlandeses. Junto a esto, también argumentan que la carne del Mercosur no cumple los estándares de trazabilidad y controles ambientales, por ejemplo, la carne irlandesa, afirma la Asociación: “Tiene una huella ecológica/de carbón menor que lo requerido por los propios estándares de la UE, mientras que la carne de Brasil se estima que tiene una huella de carbono cuatro veces más grande que lo requerido”. Las movilizaciones no se hicieron esperar y el pasado miércoles más de 2.000 ganaderos se manifestaron frente al Parlamento en Dublin en contra del Acuerdo con el Mercosur y acusando al Gobierno de “vender al país”. “Ellos han impuesto restricciones ambientales a los granjeros en toda Europa y nosotros debemos producir en base a esos estándares. Pero de repente Bruselas firma un acuerdo con un país que ignora todas esas reglas”, comentó Hugh Doyle, uno de los líderes del Movimiento por la Carne, refiriéndose a Brasil.
Irlanda no es el único país que se opone, siendo ya más de diez Estados que lo cuestionan y rechazan. Bélgica y Polonia también han expresado sus quejas. Mientras que en Bruselas los granjeros se han manifestado en tractores que luego estacionaron en frente de la sede de la Unión Europea, mostraban carteles con mensajes como: “Mercosur es la muerte de la agricultura”. Por su parte, uno de los mayores productos de exportación de Polonia es la carne (tanto bovina como de ave), su ventaja en el mercado es el precio, no la marca, mientras que el Mercosur tiene mayor capacidad de producción, exportación y calidad, poniendo en jaque al sector agrícola que con las próximas elecciones Parlamentarias polacas en noviembre puede castigar o respaldar al partido que prometa proteger sus intereses. Hasta ahora según las elecciones europeas en mayo pasado en Polonia, el partido gobernante Ley y Justicia tendrá respaldo, pero deberá ofrecer un mayor proteccionismo para no caer. Los primeros ministros Leo Varadkar (Irlanda), Charles Michel (Bélgica) y Mateusz Morawiecki (Polonia), junto al presidente de Francia Emmanuel Macron, han escrito una carta dirigida a la Comisión Europea alertando que el aumento de las cuotas para el Mercosur puede desestabilizar el sector agrícola en Europa, además del aumento de la desforestación en Brasil.
El costo político de este acuerdo es algo que Europa está comenzando a sentir, y Francia, potencia agrícola del continente, tiene batallas por delante. En el parlamento francés, 37 parlamentarios del partido Los Republicanos (Centro derecha) rechazaron el acuerdo con el Mercosur en un artículo publicado el pasado domingo en el diario Le Parisien. Los legisladores sostienen que es “contrario al interés nacional” y un “ataque a nuestros agricultores, quienes respetan y cumplen las normativas ambientales de la UE”. Los Republicanos tienen un centenar de representantes en la Asamblea Nacional Francesa, de un total de 577. Por su parte la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, acusó al Presidente Macron de “firmar la muerte del sector de carne vacuna al apoyar el acuerdo” y de “poner en riesgo la salud de los franceses por problemas sanitarios de agencias notoriamente corruptas de certificación brasileñas, que no han dudado autorizar la exportación de carne en mal estado a la UE”. En relación al escándalo del año pasado en que se detectaron empresas brasileras que “maquillaban” carne podrida para luego su exportación a China, países de América del Sur y la Unión Europea.
La Francia rural es un fuerte sector de votantes para Marine Le Pen, aquejados por la baja del consumo cárnico, los costos de producción y la competencia internacional, confían en el partido Agrupación Nacional para poder salir adelante. Las elecciones europeas han dejado como primera en votación a Marine Le Pen, lo cual puede llegar a repetirse en las próximas elecciones del 2022. Mientras que el 59% de los franceses no apoyaría la reelección de Macron, según la encuesta del instituto francés Odoxa.
Para que este acuerdo entre en vigor debe de ser ratificado por los 28 parlamentos de los países integrantes de la Unión Europea, como así por el euro parlamento. Un proceso largo y con grandes luchas de partidos políticos, grupos ecologistas y de agricultores. No será una tarea fácil, ya que nadie quiere pagar el costo político. Según el instituto belga Bruegel, el “75% de los franceses y el 57% de los alemanes están a favor de mayor protección en contra de la competencia extranjera”. Un dato importante para entender que el libre comercio en Europa pretende proteger siempre lo suyo.
El parlamento irlandés votó en contra del acuerdo.
El pasado miércoles, el partido de oposición Sinn Fein (centro-izquierda) propuso una moción para condenar el tratado entre el Mercosur y la Unión Europea y calificarlo de “un mal trato para Irlanda y para el planeta”, además de demandar al gobierno a que se oponga al acuerdo en el próximo Consejo de Ministros Europeos. También se instó a considerar esta moción “vinculante para este y futuros gobiernos” además de usar “todos los medios legales posibles para frustrar el tratado”. El jueves, la moción fue aprobada por 84 votos a 46, incluyendo apoyo del partido Fianna Fáil (Centro derecha), el cual es aliado en el parlamento del actual partido en el gobierno, Fine Gael (derecha). La moción destacó las preocupaciones sobre el daño ambiental potencial en la selva amazónica y las preocupaciones sobre los estándares de seguridad alimenticia en América del Sur. Sinn Fein afirmó que el tamaño de la cuota permitida de exportación de carne para los países del Mercosur a la UE “devastará la industria irlandesa de carne”.