El grupo de los 27 tiene por delante resistir la segunda ola de la pandemia de coronavirus en el continente, además de lograr aprobar el presupuesto para el período 2021-2027, que está bajo amenaza por los problemas de unidad en el bloque.
Europa ha sido uno de los continentes más afectados por la pandemia, quedando segunda en casos luego de las Américas, acorde al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Con más de 18 millones de casos a nivel continental desde enero de este año, los europeos han tenido idas y vueltas respecto al manejo de la pandemia, desde la cuarentena total hasta la apertura paulatina de actividades, comercios y centros educativos.
Alemania fue un ejemplo al inicio de la pandemia sobre cómo afrontar la situación, aislando casos, ampliando rápidamente las pruebas y creando un sistema de seguimiento y localización para tratar de detener la propagación de la infección. Su sólida red de autoridades sanitarias locales y su moderno sistema de atención sanitaria también se consideraron clave para mantener baja su tasa de mortalidad.
Pero luego de la baja de casos y la contención de los nuevos focos y con varias modificaciones a las medidas de cuarentena, actualmente Alemania ha pasado el millón de casos de coronavirus. Esto ha llevado a que la canciller Angela Merkel determinara, junto a los líderes de los 16 estados federales alemanes, declarar la segunda cuarentena a partir de este mes. Se estima que durará hasta el 20 de diciembre y podrá extenderse hasta comienzos de enero. Durante Navidad las medidas serían de menor fuerza y se permitirá que los miembros de un hogar podrán reunirse con hasta 10 personas de otros hogares entre esos días, con niños menores de 14 años exentos. Además de esto, el gobierno creará una reserva de material médico para futuras crisis sanitarias, que incluirá mascarillas, aparatos respiradores, trajes de protección y medicamentos y tendrá un costo de 1000 millones de euros, acorde a la cadena Deutsche Welle. Distribuido el material en 19 lugares del país europeo, estará totalmente operativa esta reserva para el año 2023.
Francia ha comenzado a levantar lentamente su segundo toque de queda nacional, el cual estaba programado hasta el día de ayer. Con más de 2,2 millones de casos, se establecieron medidas para bajar los contagios diarios, lo que incluye que la población solo puede salir para trabajar, comprar elementos de primera necesidad, buscar atención médica o hacer ejercicio una hora al día. A su vez, toda reunión de índole social está prohibida.
Por su parte, Italia, uno de los países más afectados por la pandemia, aplicó desde el 3 de noviembre un decreto de emergencia a nivel nacional el cual establece un toque de queda desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana. Además, todos los shoppings están cerrados durante los fines de semana y las clases en los liceos solo serán de forma virtual. Este decreto es válido hasta mañana jueves y posiblemente el viernes el gobierno anuncie nuevas medidas. Además, también se ha establecido un sistema de zonas de riesgo en las cuales varían las restricciones que ya están en vigor a nivel nacional.
Las zonas rojas (Abruzos, Campania, Toscana, Valle de Aosta), de mayor riesgo, han cerrado todo tipo de centros de entretenimiento, mientras que las fábricas y los servicios esenciales se mantienen abiertos. En la zona naranja (Calabria, Lombardía, Piamonte, Puglia y Umbría, entre otras), que tiene riesgo medio, los bares y restaurantes están cerrados, pero las peluquerías se mantienen abiertas. Mientras que en las zonas amarillas (Lazio, Sicilia, Veneto y otras), las de menor riesgo, los restaurantes y bares pueden estar abiertos hasta las 18 horas. A su vez, los cines, piscinas, teatros y museos están cerrados como en el resto del país.
En la península Ibérica, España también ha establecido una cuarentena a nivel nacional, siendo este caso uno de los más férreos al aplicar el estado de alarma el cual irá hasta mayo del próximo año. Esto incluye toque de queda en todo el país y la restricción de reuniones sociales a un máximo de 6 personas. Aún se está negociando entre el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los consejeros de las comunidades autónomas las medidas para Navidad y Fin de año. Sobre la vacuna contra el coronavirus, acorde a la Agencia Reuters, será la prioridad para Portugal, cuando asuma en enero próximo la presidencia pro témpore de la Unión Europea (UE), cargo que ostentará hasta junio de 2021.
“Debemos garantizar que tenemos una vacuna disponible, que sea eficaz para detener el covid-19 y que nos permita llegar el mismo día a todos los países de Europa”, dijo el primer ministro portugués, Antonio Costa, en una conferencia de prensa con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Para fines de este mes es posible que se apruebe la primera vacuna contra el covid-19 en la UE, acorde a Associated Press. El 29 de diciembre habrá una reunión de la Agencia de Medicinas de Europa para analizar si existe la suficiente seguridad y eficacia sobre la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech. Además, la empresa farmacéutica estadounidense Moderna Inc también ha pedido autorización a las agencias de su país y europeas para la aprobación de su vacuna.
Presupuesto en jaque
La semana que viene se realizará la cumbre de la UE y tendrá como desafío lograr la aprobación de su presupuesto para el período 2021-2027, que será de 1074,3 mil millones de euros. La cuestión que lo impide es la tensión que hay entre las autoridades de la UE y Polonia y Hungría. Estos dos miembros del grupo de Visegrado son acusados por la UE de la caída de las “normas democráticas” en sus países.
Hungría es acusada de “socavar la libertad de prensa, académica y religiosa”, mientras que a Polonia se le imputa de “atacar la independencia judicial y tomar medidas contra las minorías sexuales”. La UE sostiene que es posible retener fondos a países que no “cumplan con estándares democráticos”, algo que ambos países rechazan y además afirman que las posibles sanciones están basadas en argumentos “legalmente vagos” respecto a la calidad de la democracia de cada país.
Por estas denuncias, la UE planea congelar los fondos destinados a ambos países hasta que cumplan con ciertas medidas para revertir las acusaciones. Pero cada país dentro del bloque europeo puede ejercer su derecho al veto de cada decisión, lo que la UE planea ahora cambiar mediante la imposición de un nuevo mecanismo en el cual se retire la capacidad individual de veto a los países y que se pueda retirar la financiación a un país miembro si una mayoría de los estados apoya tal decisión. Esta idea será debatida la próxima semana.
Pero la cuestión de fondo es la lucha por mantener la soberanía de cada país frente al proyecto continental de la UE, algo que el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, argumenta en base que este mecanismo puede ser usado a futuro contra otros países respecto a otros motivos. “Con el veto estamos defendiendo la unidad de la unión”, sostuvo el mandatario polaco. El jueves pasado, junto a su homólogo húngaro, Viktor Orbán, presentaron una declaración conjunta en la cual sostienen la unificación de sus posiciones respecto a la polémica con la UE. “Ni Polonia o Hungría aceptará ninguna propuesta que el otro considere inaceptable”, señalaron.
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