Inglaterra construirá en Malvinas un puerto que en 2027 competirá con el de Ushuaia
“Las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas”, una frase que queda en el romanticismo estoico cuando en la práctica son las autoridades británicas las que gobiernan ese gélido territorio y quienes definen sobre el futuro político y económico del archipiélago más austral del mundo. Sin dudas que siempre una bandera celeste y blanca flamea en los corazones de millones de argentinos al pensar en Malvinas, pero la realidad por estos días es otra.
En ese contexto, se reactiva una iniciativa anunciada años atrás, la construcción de un megapuerto frente a Tierra del Fuego que quedó paralizado. Se trata de un ambicioso proyecto enfocado en convertir a las islas Malvinas en un centro portuario estratégico destinado a operar como terminal que reciba a cruceros, pesqueros, barcos científicos y también petroleros, ello en caso de ingresar al negocio de los hidrocarburos.
Las autoridades que gobiernan el archipiélago anunciaron que la iniciativa será impulsada tras un acuerdo alcanzado con el astillero británico Harland & Wolff. Según informó Penguin News, único medio que se publica a nivel local, “el contrato original fue firmado por el gobierno de las Islas Malvinas (Falkland Islands Government) y BAM Nuttall Ltd. el 2 de abril de 2020, pero el contrato fue suspendido debido a la pandemia de covid-19”.
Por su parte, el doctor Barry Elsby, titular de la cartera de servicios comerciales y de desarrollo y miembro de la Asamblea Legislativa (MLA), expresó: “Este proyecto entregará una parte crítica de nuestra infraestructura nacional adyacente al puerto actual en Stanley Harbour. Ofrecerá nuevas instalaciones que beneficiarán a los usuarios de los sectores pesquero, turístico y marítimo, así como a muchos otros sectores de la economía”.
Al firmarse el contrato de origen, en abril de 2020, el director gerente de BAM Nuttall, Martin Bellamy, expresó que el nuevo puerto “respaldará la economía local, incluida la pesca, el turismo y el transporte marítimo, y facilitará el crecimiento económico previsto en el futuro”.
La inversión inicial del proyecto se estima que rondará los 150 millones de dólares y se ajustará a la normativa británica enfocada al cuidado del medioambiente y las iniciativas sustentables. La licitación para iniciar la construcción finalmente se realizó a mediados de 2023, en la que participaron dos empresas oferentes. La ganadora fue la compañía británica Harland & Wolff, que estará a cargo de las tareas de construcción de las instalaciones.
Según reportó el diario local, el gobierno de las Islas Malvinas está avanzando en las negociaciones del contrato de entrega portuaria con la empresa que resultó elegida en licitación. Se trata de la empresa conocida mundialmente por ser la constructora del transatlántico Titanic, hundido en 1912. La compañía estará durante los próximos tres meses en negociaciones contractuales con las autoridades británicas “sobre el proyecto de cien a 120 millones de libras para entregar el aspecto ‘marino’ del nuevo puerto”.
El nuevo puerto de las Malvinas genera gran preocupación en el gobierno argentino y profundiza las tensiones con Gran Bretaña. Suma así un nuevo elemento de conflicto con Argentina en torno a la política antártica. Al finalizar la obra y estar operativo, el nuevo mega puerto en Malvinas competirá con el de Ushuaia. Desde la Fundación Marambio advierten que la iniciativa “puede poner en jaque la política antártica de Argentina”.
Esto se suma a la reciente situación de conflicto generada por la declaración unilateral por parte del gobierno británico que dispuso la veda total para la navegación y la pesca en un radio, extendiéndose unos 170 mil kilómetros cuadrados. Ese avance fue incluso sobre una zona en disputa con Argentina por la soberanía. Esta medida fue tras la visita del canciller David Cameron a Puerto Argentino en febrero pasado.
Si bien se presentó una queja ante el gobierno británico, se espera ahora la presentación formal ante los organismos multilaterales frente a los países que integran el Tratado Antártico.
Por su parte, el senador nacional por Tierra del Fuego, Pablo Daniel Blanco, también presentó una denuncia ante el Parlamento. Señaló que “con la construcción de este puerto, Gran Bretaña pretende extender su influencia sobre la Antártida”. Además, agregó que las autoridades británicas buscan avanzar con el claro fin de “brindar servicios logísticos a terceros países europeos que tienen intereses en el continente blanco”.
No es nada exagerada la preocupación respecto a que la construcción del nuevo puerto en Malvinas apunte a convertirse en una estratégica central portuaria que reemplace al puerto de Ushuaia en su rol de “puerta de entrada a la Antártida”.
Perfil, 11-3-24
Cuatro asesinatos al azar y terror narco en las calles: Milei endurece su política de seguridad en Rosario
El homicidio a sangre fría del trabajador de una gasolinera siembra el pánico entre la población y el gobierno anuncia más presencia policial y nuevas leyes que agraven las penas.
Con un tiro en la cara y otro en el pecho, un sicario mató al argentino Bruno Bussanich, de veinticinco años, en la gasolinera de Rosario donde trabajaba el sábado por la noche. Días antes, en la misma ciudad de Argentina, también habían sido ejecutados a quemarropa los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano, de 43 y 32 años, y el conductor de autobús Marco Daloia, de 39, quien agonizó 72 horas antes de fallecer. Los cuatro asesinatos fueron cometidos por bandas narcocriminales que han sembrado el terror en Rosario como respuesta a la política de mano dura en las cárceles dispuesta por el presidente Javier Milei y el gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. “Vamos a matar a más inocentes por año”, decía un mensaje escrito a mano en la gasolinera donde se cometió el asesinato de Bussanich. “Queremos nuestros derechos. Ver a nuestros hijos y familia”, continuaba como justificación de los crímenes cometidos.
Pullaro ha ofrecido una recompensa de diez millones de pesos (unos cien mil dólares) a quien aporte pistas para capturar a los responsables de los asesinatos y el gobierno nacional ha advertido que no retrocederá “ni un milímetro” en su lucha contra el narcoterrorismo, sino que la reforzará. A partir del martes se desplegarán más policías en las calles, en especial en horario nocturno, y se tomarán nuevas medidas para acorralar “a cada uno de los miembros de las bandas”, informó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Rosario es la ciudad más violenta de Argentina debido a la rivalidad de bandas criminales asociadas al narcotráfico, como Los Monos. La mayoría de los asesinatos de los últimos años estuvieron vinculados a ajustes de cuentas entre las propias bandas, pero las víctimas más recientes de los sicarios han sido elegidas al azar y han desatado el pánico.
El domingo por la noche hubo un cacerolazo de protesta desde los balcones y al día siguiente la ciudad amaneció paralizada. Las clases se suspendieron y tampoco funcionaban los autobuses, los taxis ni el servicio de recolección de basura. En los hospitales se cancelaron los turnos programados y solo se atendían emergencias. Los ciudadanos se sienten rehenes de la escalada de la violencia y piden poder salir a las calles sin miedo. “Pedimos paz”, escribió en sus redes sociales el astro del fútbol rosarino Ángel di Maria junto a una fotografía de la ciudad con un gran lazo negro de luto.
La tasa de homicidios de Rosario, de veintidós cada cien mil habitantes, quintuplica el promedio nacional, pero ningún gobierno ha sabido solucionar un problema que se ha vuelto más complejo a medida que el narco se infiltraba en las fuerzas policiales y judiciales de la provincia.
Tras la asunción de Milei, el pasado 10 de diciembre, se endureció de forma inmediata la política de seguridad. Los presos más peligrosos fueron trasladados a la cárcel de Piñero, a veinticinco kilómetros de Rosario, y se restringió toda comunicación con el exterior, mientras aumentaban los controles y detenciones en las calles. El nuevo gobernador provincial fue amenazado de muerte en su primera semana en el cargo.
Las amenazas no hicieron mella en el gobierno en ese momento y tampoco ahora. La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, confirmó este lunes que se mantendrá el régimen de aislamiento para los presos de alto riesgo, con el que buscan impedir que dirijan operaciones desde las cárceles. Además, pedirá a la Justicia que aplique la ley antiterrorista para que las acciones destinadas a aterrorizar a la población tengan doble pena y anunció nuevas medidas para combatir la narcocriminalidad: más policías federales en las calles –que contarán con apoyo táctico de las Fuerzas Armadas–, más personal destinado a la investigación de delitos de lavado de dinero y el envío de proyectos de ley al Congreso que agraven las penas de los narcocriminales y otorguen más poder al Estado para luchar contra el narco.
El País de Madrid, 12-3-24
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