Alemania rescata a Siemens Energy con préstamos de 15.000 millones de euros
Siemens ha confirmado que ha llegado a un acuerdo con el Gobierno alemán y un conjunto de entidades financieras gracias al cual su matriz recibirá € 15.000 millones para afrontar las pérdidas derivadas de su filial de energías renovables Siemens Energy, (en la que se integró la española Gamesa).
El Ministerio de Economía germano ha explicado este martes que un consorcio de bancos privados proporcionará a Siemens Energy € 12.000 millones de euros en garantías de préstamo que, a su vez, estarán respaldados por € 7500 millones.
Los otros € 3000 millones más procederán de otros accionistas lo que incluye a Siemens, que comprará parte de la participación de Siemens Energy en una filial india que cotiza en bolsa por unos € 2000 millones, según han declarado personas familiarizadas con el asunto, citada por la agencia Bloomberg.
Con este acuerdo Siemens Energy consigue el respaldo financiero necesario para poder competir por nuevos contratos a gran escala en redes de transporte y turbinas de gas, y compensa las pérdidas que derivadas de la unidad eólica Gamesa.
La bolsa de Fráncfort ha validado el acuerdo con una subida del 2,2%, tras conocerse la noticia. El valor se desplomó más de un 35% el 26 de octubre y acumula una caída del 42% desde principios de año.
Las conversaciones con el Gobierno comenzaron después de que la calificación crediticia de Siemens Energy se rebajara este verano y de que Siemens, la antigua matriz del fabricante, indicara que ya no estaba dispuesta a ayudar.
En la última semana, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha aumentado la presión sobre Siemens para que llegue a un acuerdo y ha declarado que el Gobierno considera a Siemens Energy fundamental para la transición del país hacia las energías renovables.
“Hay que encontrar una solución y yo diría que la hemos encontrado. La haremos pública en breve”, dijo Habeck en una rueda de prensa en Berlín, según informa Bloomberg.
El anuncio llega en la víspera de la presentación de los resultados en 2023 de Siemens Energy, que cierra su ejercicio al 30 septiembre. Este miércoles y a primera hora de la mañana, los analistas esperan la comunicación de unas pérdidas históricas, que podrían superar los € 4.500 millones por el lastre del fabricante de aerogeneradores. Christian Bruch, presidente y director ejecutivo de SE, explicará luego en una rueda de prensa en Múnich estos números y las posibles medidas de choque para intentar enderezar el rumbo de SG.
La Vanguardia, 14-11-23
China “condena” y se “opone” a decisión de Washington de dar ayuda directa a Taiwán por US$ 80 millones
Para un observador casual puede que la cifra no le parezca elevada. Es menos que el coste de un solo avión de combate moderno. Taiwán, de hecho, ya tiene pedidos de equipamiento militar estadounidense que valen más de US$ 14.000 millones. ¿Importan, entonces, unos miserables US$ 80 millones más? Si bien la respuesta predeterminada de Pekín es la furia ante cualquier apoyo militar a Taiwán, esta vez hubo algo diferente.
Los US$ 80 millones no son un préstamo. Provienen de los contribuyentes estadounidenses. Por primera vez en más de 40 años, Estados Unidos está utilizando su propio dinero para enviar armas a un lugar que oficialmente no reconoce.
Esto lo está haciendo bajo un programa llamado financiamiento militar extranjero (FMF, por sus siglas en inglés). Desde la invasión rusa de Ucrania el año pasado, el FMF se ha utilizado para enviar alrededor de US$ 4000 millones en ayuda militar a Kiev. También se ha utilizado para enviar miles de millones a Afganistán, Irak, Israel y Egipto, entre otros. Pero hasta ahora sólo se había otorgado a países u organizaciones reconocidas por las Naciones Unidas. Taiwán no lo es.
Después de que Estados Unidos cambió su reconocimiento diplomático hacia China en 1979, continuó vendiéndole armas a Taiwán bajo los términos de la “Ley de Relaciones con Taiwán”. La clave era vender las armas suficientes como para que la isla pudiera defenderse de un posible ataque chino, pero no tantas como para desestabilizar las relaciones entre Washington y Pekín.
Durante décadas, Estados Unidos ha dependido de esta llamada ambigüedad estratégica para hacer negocios con China, sin dejar de ser el aliado más incondicional de Taiwán. Pero en la última década, el equilibrio militar a través del Estrecho de Taiwán se ha inclinado dramáticamente a favor de China.
La vieja fórmula ya no funciona. Washington insiste en que su política no ha cambiado, pero en aspectos cruciales, sí lo ha hecho. El Departamento de Estado de Estados Unidos se ha apresurado en negar que el financiamiento militar recientemente otorgado implique algún reconocimiento de Taiwán.
BBC News Mundo 9-11-23
El petróleo ruso prohibido fluye hacia la cadena de suministro del Pentágono
Después de múltiples cambios de propiedad, el combustible se vende a una refinería griega que sirve al Ejército estadounidense, según un examen del Post.
Después de que las naciones occidentales anunciaran prohibiciones sobre el petróleo ruso el año pasado en respuesta a la invasión de Ucrania, una refinería griega que presta servicios al Ejército estadounidense actuó rápidamente para adaptarse. Al cabo de unos meses, les dijo a los inversores que había dejado de aceptar el petróleo prohibido y que en su lugar había encontrado otras fuentes.
Pero había una razón por la que el petróleo ruso, al menos sobre el papel, podía ser eliminado tan fácilmente de la cadena de suministro.
Los productos del petróleo que se originaron en Rusia siguieron fluyendo hacia la refinería de Motor Oil Hellas en el Mar Egeo en Grecia, según encontró un examen del Washington Post de datos de transporte y comercio. Simplemente tomaron una nueva ruta, a cientos de kilómetros de distancia a través de una instalación de almacenamiento de petróleo en Turquía, un viaje que oscureció la huella de Rusia ya que la propiedad de los productos cambió de manos varias veces antes de llegar a Grecia.
En al menos cinco envíos este año desde Rusia a Dortyol, el fueloil era inicialmente propiedad del gigante petrolero ruso Rosneft, según muestran los registros comerciales. Después de ser cargado en un petrolero en el Mar Negro, el cargamento fue adquirido en cada caso por una empresa con sede en los Emiratos Árabes Unidos. Posteriormente, la propiedad del fueloil se transfirió a entidades controladas por la compañía petrolera estatal turca y el producto se entregó a Dortyol.
En un correo electrónico enviado a The Post, un portavoz de Rosneft dijo que la compañía no rastrea el destino del combustible que vende, pero cumple “estrictamente con los estándares internacionales generalmente aceptados”. La firma de los Emiratos Árabes Unidos, Fossil Trading FZC, no respondió a las solicitudes de comentarios.
Según las directrices para el embargo de la UE, los compradores “deben ejercer la debida diligencia al evaluar el origen del petróleo y deben confiar en la documentación a su disposición para determinar el origen del petróleo, que puede incluir certificados de origen”.
Los reguladores de Estados Unidos y la UE han advertido repetidamente a las empresas que los certificados de origen pueden ser fraudulentos. Numerosas autoridades y empresas tienen el poder de redactarlos y no existe ningún sistema centralizado que confirme su autenticidad.
En la industria petrolera, Turquía se ha hecho conocida como un lugar donde es poco probable que se cuestionen dichos certificados, dijo George Voloshin, experto en delitos financieros de la Asociación de Especialistas Certificados en Lucha contra el Lavado de Dinero.
“No están intentando activamente detener esto”, dijo Voloshin. “No tienen ningún incentivo. Es un comercio muy rentable que aporta dinero a Turquía, que mantiene buenas relaciones con Rusia. … Por lo tanto, adoptan un enfoque regulatorio muy ligero y prefieren confiar en los documentos que se les entregan sin cuestionarlos”.
Las sanciones occidentales fueron diseñadas para asestar un duro golpe económico a Rusia, donde los ingresos del petróleo y el gas representan casi la mitad del presupuesto federal y ayudan a financiar el esfuerzo bélico.
The Washington Post 14-11-23
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