Manifestantes atacan embajada de Francia en Niger
Miles de simpatizantes de la junta que tomó el poder en Níger mediante un golpe de Estado a principios de esta semana marcharon por las calles de la capital, Niamey, el domingo 30 de julio, ondeando banderas rusas, coreando el nombre del presidente ruso y denunciando enérgicamente a Francia, antigua potencia colonial, antes de asaltar su embajada. Algunos manifestantes arrancaron y pisotearon una placa que decía “Embajada de Francia en Níger”, sustituyéndola por banderas de Níger y Rusia, mientras otros gritaban “Viva Rusia”, “Viva Putin” y “Abajo Francia”, informó AFP. El sábado, París había anunciado la suspensión de todo apoyo al desarrollo y al presupuesto de Níger. El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que los ataques contra Francia y sus intereses no serán tolerados, y que cualquiera que ataque a ciudadanos franceses encontrará una respuesta inmediata. El grupo mercenario ruso Wagner ya opera en el vecino Mali, y al presidente ruso Vladimir Putin le interesaría ampliar la influencia de su país en la región, pero aún no está claro si los nuevos líderes de la junta se acercarán a Moscú o si quedarán con los socios occidentales de Níger. Los amotinados aseguran que derrocaron a Bazoum, elegido hace dos años en el primer traspaso de poder pacífico y democrático en Níger desde su independencia de Francia en 1960, porque no podía proteger a la nación de la creciente violencia yihadista. Pero algunos analistas y nigerinos afirman que esto no es más que un pretexto para una toma del poder que tiene más que ver con pugnas internas que con la seguridad de la nación.
Le Monde, Francia
Contramedidas de China ponen en peligro las cadenas de suministro de chips
A partir del martes, China restringirá la exportación de dos metales esenciales para la fabricación de chips –galio y germanio– en represalia por las restricciones impuestas por Estados Unidos, Países Bajos y Japón a algunas impresoras de chips avanzados. Las restricciones holandesas, publicadas antes del verano, se aplicarán a partir del 1 de setiembre. Esta guerra comercial se desarrolla en el contexto de una carrera mundial de subsidios para deslocalizar y asegurar la producción de microchips. Lo que comenzó en una época de escasez pandémica se ha convertido ahora en una carrera por evitar los cuellos de botella en el suministro en caso de que estalle un conflicto en Taiwán, uno de los principales centros de producción de chips. A pesar del dominio de China sobre estos dos materiales –con, por ejemplo, el 95% del suministro mundial de galio primario–, las empresas de chips occidentales guardan relativo silencio sobre el tema en sus informes de resultados trimestrales recientes. Dado que los productores chinos de galio y germanio tendrán que solicitar permisos de exportación, gran parte dependerá de la rigurosidad del procedimiento de concesión, según un informe de Wood Mackenzie de principios de julio, titulado “Guerra de chips: ¿una señal de lo que está por venir?”. En efecto, lo que más preocupa es que las restricciones actuales sean sólo el principio de una guerra comercial cada vez mayor. Según el informe de Wood Mackenzie, “la preocupación es que este proteccionismo pueda extenderse a otros sectores finales dependientes de los materiales críticos”.
Politico, Estados Unidos
Canción country enciende batalla cultural en EE.UU.
El debate cultural en EE.UU. está como un campo de matorral amarillo de sequía y temperatura sofocante: solo hace falta una chispa para que salga ardiendo. La chispa ha sido una canción de ‘country’, ‘Try that in a small town’ (‘Prueba a hacer eso en un pueblo’), de Jason Aldean, que, en esencia, es un himno de orgullo rural frente a los vicios urbanos. La canción ha sido acusada de alentar actitudes racistas y violentas y ha acabado, sorpresa, por dividir al país. Aldean retrata en sus versos el infierno que son las ciudades estadounidenses –los asaltos violentos, los robos– y cómo allí se quebrantan los valores tradicionales –los ataques a la policía, las manifestaciones, la quema de la bandera nacional– del país. Su respuesta es: «Bueno, prueba a hacer eso en un pueblo / Ya veremos hasta dónde llegas / Por aquí cuidamos de los nuestros / Si te pasas de la raya no tardarás en descubrirlo». Y acaba por aderezar la composición con referencias a que tienen armas –y que nadie se las va a quitar– y que el pueblo está «lleno de chicos buenos de los de antes». Es decir, uno de esos urbanitas saldría escaldado del pueblo. La canción es como pasar por un alambique de ‘country’ meloso y popero las dicotomías que definen al EE.UU. contemporáneo: campo-ciudad, conservador-progresista, ‘trumpista’-demócrata, clase media-élites, sin estudios-universitarios… Y con un lenguaje con cierta violencia (pero que no se acerca a cualquier letra tibia de rap gansteril). El 17 de julio, tres días después de que se publicara el videoclip, la Country Music Television, cadena especializada en el género, sacó la canción de su programación. La respuesta fue furibunda. Aldean dijo que era víctima de la «cultura de la cancelación». En un concierto la semana pasada en Cincinnati defendió que «si hay gente a la que no le gusta lo que dices, se asegurarán de cancelarte, de arruinar tu vida». «Lo que soy es un americano orgulloso», agregó. «Amo a nuestro país, quiero que vuelva a lo que fue antes de que toda esta mierda empezara a pasarnos».
Javier Ansorena, en ABC de España
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