Más de 210 candidatos retiran sus candidaturas, en intento por frenar a la ultraderecha en Francia
Vence el límite para ratificar las candidaturas de cara a la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia y decenas de aspirantes se retiran de la contienda. Este martes 2 de julio, más de 210 candidatos, tanto de la alianza del presidente Emmanuel Macron, Juntos por la República, como del izquierdista Nuevo Frente popular, dieron un paso al costado. La estrategia busca impulsar a quien se enfrente en las urnas al candidato del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, vencedor de la primera ronda electoral del pasado 30 de junio.
Tras la conmoción que crearon los resultados de la primera vuelta de las legislativas en Francia casi todos los partidos, menos, naturalmente, el de Marine Le Pen, de Agrupación Nacional, llamaron a bloquear a la extrema derecha.
¿Cómo? Retirando sus candidatos cuando hayan llegado en tercera posición para la segunda vuelta. Más de 210 aspirantes a diputados en la Asamblea Nacional retiraron su candidatura este martes 2 de julio, justo cuando venció el límite para ratificar las listas de candidatos, de cara a la segunda vuelta de elecciones legislativas anticipadas, que tendrán lugar el próximo domingo 7 de julio.
En Francia, los comicios que buscan elegir a los 577 diputados de la Cámara Baja del Parlamento se hacen en dos vueltas. Esta vez de forma anticipada tras el batacazo del oficialismo en los pasados comicios europeos, lo que llevó al presidente Emmanuel Macron a disolver esa cámara y llamar a votaciones.
Se califican para la segunda vuelta los dos candidatos con más votos en cada circunscripción, pero también se califica un tercero, o excepcionalmente, un cuarto candidato, si este ha logrado reunir el 12,5% de los inscritos a votar. Debido a la alta participación el pasado domingo (66,71%), más de 300 circunscripciones tuvieron a al menos tres candidatos calificados para la segunda vuelta.
Tras los históricos resultados de la extrema derecha el domingo 30 de junio, que llegó en primer lugar con el 33% de los votos, tanto el partido de Emmanuel Macron como la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) llamaron a retirar a sus candidatos en caso de que se hayan calificado para la segunda vuelta en tercer lugar detrás de la extrema derecha. El objetivo es unir y sumar los votos frente a los candidatos de Agrupación Nacional un ejemplo de inhabitual unión entre la izquierda y la centroderecha.
Si la coalición de izquierda NFP llamó a un bloqueo completo de la extrema derecha, con la retirada automática de sus candidatos llegados en tercera posición en las triangulares, el partido de Macron decidió quién renunciara caso por caso.
Muy crítico hacia Jean-Luc Mélenchon, líder del partido Francia Insumisa, que hace parte del NFP, Macron eligió, en la mayoría de los casos, mantener sus candidatos si el candidato de la coalición de izquierda hace parte de Francia Insumisa en las triangulares.
Ya cuatro miembros del gobierno tuvieron que abandonar la contienda. Entre ellos, Dominique Faure, ministra delegada para las Comunidades, decidió retirarse a petición del Ejecutivo.
En la primera vuelta, llegó de tercera, con el 28,99% de los votos, por detrás del socialista Jacques Oberti, por el NFP (36,24%), y de la candidata de Agrupación Nacional, Caroline Falgas-Colomina (30,37%).
Aunque Faure opinaba que mantenerse en la contienda era la forma de “luchar contra los extremos”, anunció respectar el pedido del presidente, “confiando plenamente en su planteamiento para encontrar soluciones para nuestro país, que se encuentra en una situación muy difícil”.
Agrupación Nacional aún espera poder lograr la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, lo que podría llevar a Jordan Bardella –el presidente de 28 años del partido de Marine Le Pen– a ser nominado primer ministro.
Por primera vez, el partido ultraderechista podría dirigir la Asamblea Nacional y ser la primera fuerza política del país. La segunda vuelta de las legislativas se celebrará el domingo 7 de julio.
France24, 2-7-24
¿Puede Biden ser reemplazado como candidato presidencial de los demócratas?
Pasó el esperado primer debate presidencial para las elecciones de noviembre en Estados Unidos y las consecuencias no son buenas para el presidente Joe Biden.
El objetivo principal de Biden en el debate presidencial del jueves 27 ante el expresidente Donald Trump era aliviar las preocupaciones sobre su edad. Sin embargo, el debate las profundizó. Entre las reacciones, comentaristas de distintos medios decían haber recibido mensajes de texto de algunos políticos demócratas en los que expresaban la esperanza de que Biden, de 81 años, se haga a un lado en la carrera presidencial.
Algunos habrían planteado la posibilidad de ir a la Casa Blanca y expresar públicamente su preocupación por la permanencia de Biden como candidato.
Este viernes, en un intento de disipar las dudas, Biden celebró un mitin en Carolina del Norte donde apareció con más energía que la noche anterior e insistió en que tiene la intención de “ganar esta elección”.
El candidato del Partido Demócrata será elegido oficialmente en la Convención Nacional Demócrata que se celebra en Chicago del 19 al 22 de agosto. Allí, un candidato debe obtener el apoyo de la mayoría de los “delegados” (representantes del partido encargados de elegir formalmente al candidato).
De acuerdo con los resultados de las elecciones primarias en cada estado, los delegados se asignan de manera proporcional a los candidatos. Este año, Biden ganó cerca del 99% de los casi 4000 delegados. Según las reglas del Comité Nacional Demócrata, esos delegados están “comprometidos” con él y están obligados a apoyar su nominación. Pero si Biden se retirara, se presume que habría una batalla campal. No existe ningún mecanismo oficial para que él, ni nadie más en el partido, elija a su sucesor, lo que significa que los demócratas se quedarían con una convención abierta.
BBC News, 28-6-24
Javier Milei busca dinamitar las relaciones bilaterales con Brasil y Bolivia
El presidente ultra argentino no acudirá a la cumbre de Mercosur, donde debía coincidir con Lula da Silva, y acusa a Luis Arce de provocar un “autogolpe”.
El presidente de Argentina, Javier Milei, insiste en dinamitar las relaciones con sus vecinos. Ya lo hizo con el colombiano Gustavo Petro. Ahora ha escalado en su pelea personal con sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva, y Bolivia, Luis Arce. Al primero lo llamó hace tiempo “corrupto” y “comunista”. Lula da Silva le exigió un pedido de disculpas por decir “tonterías” y el ultraderechista respondió ausentándose de la cumbre de presidentes de Mercosur que se celebrará en Asunción el lunes próximo. Para dejar claro que no tiene intenciones de concordia, viajará el fin de semana a Brasil para participar de un evento de la extrema derecha brasileña junto con el expresidente Jair Bolsonaro, enemigo declarado de Lula. A Arce, en tanto, lo acusó de difundir una “falsa denuncia de golpe de Estado”, por la asonada militar el miércoles pasado, y de encabezar un “gobierno socialista” que pone “en peligro la democracia boliviana”.
En poco más de seis meses de Gobierno, Milei ha realizado siete viajes al exteriortodo un récord para un presidente argentino. Pero ninguno de ellos fue una visita de Estado o incluyó países que sean relevantes para las relaciones bilaterales. El ultraderechista rompió incluso con la costumbre de realizar como presidente el primer viaje del mandato a Brasil, con quien Argentina integra Mercosur, el mercado común que también tiene entre sus socios a Paraguay y Uruguay.
En la cancillería brasileña prefieren bajar el tono de la pelea personal entre Milei y Lula. No consideran un desplante que el argentino no esté en Asunción con sus pares de Mercosur y destacan que la mala relación entre los presidentes no ha afectado, al menos hasta ahora, el funcionamiento del bloque. “Lula y Milei no se hablan, pero tampoco han dado instrucciones para que no lo hagan los equipos de trabajo de ambas cancillerías”, dice una fuente de Itamaraty, que recuerda que el funcionamiento es similar al que tuvieron cuando estaban Bolsonaro en Brasilia y el peronista Alberto Fernández en Buenos Aires. “Las relaciones bilaterales tienen musculatura suficiente para aguantar un periodo en que no haya buen dialogo presidencial, hay ámbitos donde las cosas caminan solas”, agrega.
Pese a los insultos de Milei contra Lula, el argentino se encargó de que nada más ganar las elecciones su actual canciller, Diana Mondino, volara a Brasilia para calmar las aguas diplomáticas. Después regresó en visita oficial. Y cuando el mes pasado el Gobierno de Lula pidió al del país vecino información sobre unos bolsonaristas prófugos de la justicia este envió la información en pocos días. En Itamaraty recuerdan además que llevó menos de 24 horas resolver un problema con el pago de un cargamento de gas que Brasil envió de urgencia a Argentina para evitar cortes de suministro en medio de una inesperada ola de frío.
Las tiranteces actuales entre los jefes de Estado de ambos países son, pese a todo, más intensas que las protagonizadas por Bolsonaro y Fernández, —también antagonistas ideológicos— pero aquella tampoco fue una relación fluida.
El País de Madrid, 2-7-24.
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