La lucha económica entre las dos potencias no cesa y la Organización Mundial de Comercio (OMC) también es otro campo de batalla. Este choque de titanes económicos no deja indiferente al resto del mundo. El modelo proteccionista estadounidense encarnado y promovido por el presidente Donald Trump ve a la OMC como una institución que trata de manera desigual a los países desarrollados. El mandatario afirmó que la entidad usa “una anticuada dicotomía entre países desarrollados y en desarrollo que ha permitido que algunos miembros de la OMC aprovechen para sacar ventajas injustas”.
Trump amenaza con dejar de considerar “naciones en desarrollo” a China, India, México, Sudáfrica, Indonesia y varios países más
A través de un comunicado, Trump dio un ultimátum de 90 días para realizar cambios urgentes en la organización. De lo contrario amenaza con dejar de considerar “naciones en desarrollo” a China, India, México,
Sudáfrica, Indonesia y varios países más. No obstante, claramente la acción se centra especialmente en China. Bajo las normas de la OMC, ser un “país en desarrollo” o una “economía en desarrollo” significa permitir a dichas naciones tener la posibilidad de contar con más tiempo para implementar compromisos de libre comercio, proteger algunas industrias domésticas y mantener subsidios. El borrador publicado en el sitio web de la OMC sostiene que en las negociaciones comerciales actuales y futuras se debería suspender el trato especial a los países clasificados como de “alto ingreso” por el Banco Mundial, miembros de la OCDE o adherentes, las naciones del G-20 y cualquier estado que represente el 0,5% o más del comercio mundial.
Para ello, Trump ha ordenado al Representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, que actúe para que “estos países dejen de engañar al sistema a costa de EEUU”, “usando todos los medios disponibles para asegurar los cambios”.
Pero el futuro de esta organización internacional también está en vilo por el bloqueo constante de Estados Unidos a llenar las vacantes de jueces del Órgano de Apelaciones, el cual tiene por tarea dirimir los litigios comerciales. Otra táctica elegida para aplicar presión y ganar la pulseada a China. Como condición para levantar el bloqueo, Estados Unidos demanda una reforma de las normas de la OMC y adaptarlas al siglo XXI, en el que China, una nación con grandes subsidios públicos e industrias reguladas, se ha convertido en la segunda potencia económica mundial.
El futuro de la OMC está en vilo por el bloqueo a llenar las vacantes de jueces del Tribunal de Apelaciones, que tiene por tarea dirimir los litigios comerciales
Siete jueces integran el Tribunal de Apelaciones, de los cuales solo quedan 3, Thomas Graham (estadounidense), Ujal Singh Bhatia (India) y Hong Zhao (China). Por cuestiones de imparcialidad, estos tres magistrados no pueden dirimir en los conflictos de sus países, llegando a un callejón sin salida en esta guerra comercial. El mandato de los dos primeros termina en diciembre próximo y dejarán solo al representante chino hasta que termine su tiempo en el cargo, que será a fines de noviembre de 2020. Esto ha generado una cuenta regresiva para que el tribunal responsable de mediar y solucionar los conflictos comerciales de más de 160 países no quede de facto inutilizado ya que son necesarios al menos tres jueces para cada caso.
La Unión Europea parece haberse puesto el comercio mundial al hombro y ya tiene un plan B en el caso que Estados Unidos siga con el boicot. En este sentido, Bruselas ha lanzado una vía alternativa en la OMC con un sistema de arbitraje que será exactamente igual al existente en la organización internacional con sede en Ginebra. Esto tiene como objetivo “preservar los principios y rasgos esenciales del sistema de resolución de conflictos de la OMC”. Basado en el artículo 25 que regula el tribunal de la OMC, los jueces del nuevo sistema serán seleccionados entre los árbitros actuales o antiguos de la propia institución.
A pesar de que Estados Unidos ha vetado esta iniciativa, algunos miembros destacados de la Organización como Canadá, Japón, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la India la han respaldado. Los países que adhieran a esta iniciativa firmarán un acuerdo bilateral por el que cual se comprometen a acatar las decisiones del nuevo tribunal. Este plan se pondría en marcha este próximo diciembre, cuando el órgano de apelación quede con menos de tres integrantes, tres es el número mínimo para su funcionamiento. “Si ya no tenemos reglas, todo el mundo podrá hacer lo que quiera (…) y sería muy malo, sobre todo para los pequeños países y los que están en desarrollo”, afirmó la Comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, ante la imposibilidad de “sentarse a esperar” que China y Estados Unidos solucionen sus conflictos comerciales y que la OMC no sufra más boicots.
“Es difícil volver al status quo previo al conflicto”, señaló experta uruguaya
Consultada por La Mañana, la docente de Derecho Internacional Público y Comercio Exterior, Magdalena Bas, afirmó que “la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha generado que ambas partes incumplan las obligaciones que tienen con la OMC, marcando una dificultad para volver al “status quo” pre conflicto que solo puede ser logrado mediante el uso del Sistema de solución de controversias”. Para Bas, muchos procedimientos están avanzando, pero la cuestión más importante es saber qué va a ocurrir cuando exista un informe final y si lo cumplirán EEUU o China sin importarles si el veredicto afecte sus intereses, ya que es de carácter obligatorio el cumplimiento de los fallos para todos los países miembros de la organización.
“La clave para la supervivencia de la OMC está en que los estados miembros que deban adecuar sus normas lo hagan. Esto es lo que podrá dar o no credibilidad a la Organización. Las próximas elecciones en Estados Unidos y el renovado parlamento europeo serán elementos que influirán ampliamente en el futuro de la OMC”, considero Bas.