Líderes de países africanos denuncian un trato “discriminatorio” frente a restricciones impuestas. Desde Naciones Unidas reclaman un mayor esfuerzo de cooperación internacional y acceso más igualitario a las vacunas.
El pasado viernes 26 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado de prensa desde Ginebra, Suiza, en el que declaran que en Sudáfrica encontraron la variante B.1.1.529 conocida como ómicron. Además de ser distinta de la delta, afirmaron que es una “variante de preocupación” y que se avanza en los análisis para determinar su facilidad de transmisión y otros factores. Este anuncio generó una serie de medidas por decenas de países a nivel mundial para con Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Mozambique, Namibia, Zimbabue y Lesoto.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, pidió que se levanten las restricciones de viaje “no científicas” y “discriminatorias”, de acuerdo a las declaraciones emitidas ayer martes antes de su gira regional por Nigeria, Ghana, Costa de Marfil y Senegal, según el diario sudafricano Daily Maverick. “Hemos rechazado esta noción que está siendo propagada por economías más desarrolladas y algunos países más pequeños, de que la variante ómicron debería conducir a un bloqueo y la prohibición de viajar”, dijo el mandatario. “Rechazamos esto en los términos más enérgicos”, agregó.
Sobre el daño que estas medidas le pueden causar a la industria turística, Ramaphosa dijo que el cierre de fronteras “va en contra del espíritu del G20 en Roma”, cuando los países de dicho grupo acordaron el mes pasado abrir los viajes para revitalizar la industria del turismo global que ha sido devastada por la pandemia.
Por su parte, Kenia respaldó la posición sudafricana mediante las declaraciones de su presidente, Uhuru Kenyatta, durante el discurso sobre el Estado de la Nación ayer martes en la sesión conjunta de la Asamblea Nacional y el Senado en Nairobi, la capital del país. “No bloqueen las fronteras para nosotros, los africanos, nadie estará a salvo del COVID-19 hasta que todos estemos a salvo. El COVID-19 no será derrotado por los cierres o el cierre de partes del mundo que creemos que son problemáticas”, afirmó el mandatario acorde a la agencia turca de noticias Anadolu.
ONU reclama “tratado pandémico global”
A nivel internacional, el secretario de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres respaldó a los países de África del sur y afirmó: “Estoy profundamente preocupado por el aislamiento de los países del sur de África debido a las nuevas restricciones de viaje de COVID-19”. Luego agregó: “Las bajas tasas de vacunación son un caldo de cultivo para las variantes” y que “no se puede culpar a la gente de África por el nivel inmoralmente bajo de vacunas disponibles en África, y no debe ser penalizada por identificar y compartir información científica y sanitaria crucial con el mundo”, haciendo referencia al hallazgo de la variante ómicron por parte de médicos y científicos sudafricanos.
Esta situación de la desigualdad al acceso de vacunas por parte de los países es una cuestión que sigue siendo tratada, primero por la ONU y luego por la Organización Mundial del Comercio (OMC). La ONU publicó un artículo el pasado lunes titulado: “La variante de ómicron COVID subraya la necesidad de un ‘tratado pandémico’ mundial”, en el que el director general de la OMS, Tedros Adhanom, pide una mayor cooperación internacional entre Estados para lograr mejores sistemas de alertas ante nuevas cepas como así en el tema de vacunas.
“Más del 80% de las vacunas del mundo han ido a los países del G20, mientras que los países de bajos ingresos, la mayoría de ellos en África, han recibido solo el 0,6% de todas las vacunas”, afirmó Adhanom y agregó: “Ningún país puede vacunar para salir de la pandemia solo. Cuanto más persista la desigualdad de vacunas, más oportunidades tiene este virus de propagarse y evolucionar de formas que no podemos predecir ni prevenir. Estamos todos juntos en esto”.
Por su parte, en la OMC hay una propuesta iniciada el año pasado por Sudáfrica e India para renunciar a nivel mundial a los derechos de propiedad intelectual de patentes de vacunas y medicamentos y otras tecnologías de diagnóstico contra el coronavirus en tiempos de pandemia hasta que el mundo logre la inmunidad suficiente.
Más de 60 países apoyan esta medida, entre ellos Paquistán e Indonesia y también se ha sumado Estados Unidos. En contra de esta propuesta están Reino Unido y países de la Unión Europea como Alemania, Noruega, los Países Bajos y Bélgica. A modo de ejemplo la misión británica en Ginebra afirmó en una carta en octubre del año pasado, publicada por el gobierno de dicho país, que no se han identificado “formas claras en las que la propiedad intelectual ha actuado como una barrera para acceder a vacunas, tratamientos o tecnologías en la respuesta global al COVID-19”.
“Una renuncia a los derechos de propiedad intelectual establecidos en el Acuerdo sobre los ADPIC es una medida extrema para abordar un problema no probado. El Reino Unido opina que seguir el camino propuesto sería contraproducente y socavaría un régimen que ofrece soluciones a los problemas en cuestión. Más bien, debemos considerar cómo cumplir con los objetivos de prevención, contención y tratamiento de COVID-19 como se establece en la comunicación”, indica el texto.
Por su parte, según Reuters, India seguirá presionando en la OMC para lograr la liberalización de las patentes en la siguiente reunión de dicho organismo mundial, la cual sería esta semana, pero fue pospuesta debido a la aparición de la variante ómicron.
Diplomacia de vacunas
Con un sistema internacional multipolar y a su vez en un contexto de pandemia mundial, varios países que han desarrollado vacunas contra el coronavirus, han enviado miles de dosis de estas a otros países a modo de políticas de relaciones públicas o de aumentar la influencia y cooperación con los Estados receptores de las vacunas, lo que tiene por nombre “diplomacia de vacunas”.
Este tema se viene analizando con mucha atención en Occidente, siendo el caso de la Conferencia de Seguridad de Munich de febrero de este año en donde la canciller alemana, Angela Merkel afirmó: “Es vital que las vacunas no sean solo suministradas por China y Rusia y nos preguntamos qué podemos hacer a través del COVAX y también qué puede hacer el G7 como comunidad multilateral para fomentar el despliegue de la vacunación en los países en desarrollo, especialmente en África”.
“Vaccine Maitri” o “Amistad de Vacunas” es el nombre que India le ha puesto a la iniciativa humanitaria de envío de cientos de miles de dosis de Covaxin y Covishield a casi 100 países, según el Ministerio de Asuntos Exteriores del país. Por su parte, Estados Unidos también ha sido un impulsor de una política similar, enviando a más de 200 millones de dosis a más de 80 países según la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo.
China, por su parte, afirmó el pasado lunes en el inicio del foro África-China que donará a países africanos 1000 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, siendo 600 millones donadas de manera directa mientras el resto serán producidas por empresas chinas situadas en África. “Necesitamos poner a las personas y sus vidas en primer lugar, guiarnos por la ciencia, apoyar la renuncia a los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas COVID-19 y garantizar verdaderamente la accesibilidad y asequibilidad de las vacunas en África para cerrar la brecha de inmunización”, afirmó el presidente chino, Xi Jinping, según la revista Forbes.
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