Los agricultores de los países limítrofes con Ucrania reclaman una solución porque se ven perjudicados. La Comisión Europea propone traslados a terceros países.
Además de todos los problemas que implica un enfrentamiento bélico, la guerra de Ucrania -iniciada en febrero de 2022- generó, apenas empezada, una importante distorsión en el mercado mundial de alimentos dado que Ucrania es un importante exportador de granos y Rusia de fertilizantes. La guerra afecta todo el proceso de producción y lo que se produce tiene problemas para llegar a puertos y salir de éstos hacia el mundo.
Naciones Unidas inmediatamente advirtió que la falta del cereal impulsaría los valores internacionales haciendo inaccesible el mismo para los países más pobres y las poblaciones más necesitadas.
Para resolver esa situación se generó lo que se conoce como la Iniciativa de Granos del Mar Negro, una instancia en la que participan ambos países en guerra y cuenta con la mediación de las Naciones Unidas y Turquía.
De esa manera el alimento sale al mercado mundial y llega a países y poblaciones totalmente ajenos al conflicto. La primera firma de la Iniciativa fue firmada en julio de 2022 con plazo a término que se ha ido renovando cada vez. Desde entonces se han trasladado desde el mar Negro hacia 45 países, unos 30 millones de toneladas métricas de cereales y productos alimenticios, conteniendo los precios mundiales y haciéndolos descender en un 18% según datos de la ONU.
Que Rusia y Ucrania se pongan de acuerdo en los mecanismos para asegurar los cereales al mundo, siendo ese uno de los pocos temas en el que concuerdan, es destacable, pero la eficacia de la medida tiene sus inconvenientes y no todo el cereal ucraniano puede salir de la región, mucho queda y se envía a países vecinos lo que distorsiona el mercado local generando preocupación en los agricultores, tal es el caso de polacos, húngaros, rumanos y eslovacos.
Para los gobernantes la disyuntiva es clara: ayudar al socio que sufre una brutal agresión y para eso recibir parte de su producción, o proteger la propia y a los agricultores locales.
Los países mencionados se enfrentan a una decisión compleja, con varias aristas en consideración: comerciales, políticas y diplomáticas.
Algunos medios de comunicación europeos han mencionado el caso polaco como “llamativo”, ese país ha jugado un rol de liderazgo en el apoyo a Ucrania convirtiéndose en el principal centro de tránsito para el armamento occidental y ha enviado mucho propio. Pero los envíos de granos ucranianos a Polonia han generado molestia en el sector agricultor. Además, en el otoño europeo los polacos concurrirán a las urnas en una elección nacional donde se espera que el voto rural tenga mucho peso, como ya ocurrió en las elecciones anteriores en las que ganó el partido Ley y Justicia.
El sábado 15 de abril, medios internacionales informaron que Polonia prohibiría las importaciones de productos agrícolas de Ucrania, pero desde entonces los reportes han sido contradictorios lo que refleja la sensibilidad del tema y el debate interno permanente que genera.
A la posición polaca se le sumaron otros países que también vieron cómo tanto cereal los perjudica comercialmente empujando los precios hacia abajo. Paralelamente, la Comisión Europea trata de encontrar una salida que conforme a todas las partes y nadie salga perjudicado.
Comercialmente, la Unión Europea tiene un acuerdo de libre comercio con Ucrania, lo que impide que los países europeos puedan usar los aranceles como estrategia, pero algunos como Bulgaria, aplica rigurosos controles sanitarios como barrera proteccionista.
Este miércoles 19 se informó que la UE ofrecerá trasladar el excedente de grano ucraniano, y no se descarta permitir aranceles más altos.
Agencias internacionales publicaron que un alto funcionario comentó: “Tenemos que facilitar aún más este tránsito (de cereales) a los Estados miembros (de la UE), a otros terceros países. ¿Cómo lo hacemos? Continuamos lo que hemos estado haciendo, pero, por supuesto, a una velocidad aún mayor”, y reclamó una reducción de los costos logísticos que hacen muy costoso mover el excedente de grano actualmente atrapado en los países del este.
El jefe de Comercio europeo, Valdis Dombrovskis, aseguró que en las próximas horas tendrá “buenas noticias para los agricultores de los países que limitan con Ucrania”.
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