Lo que se comparaba con “El castillo”, la novela del escritor austrohúngaro Franz Kafka, tuvo final el viernes pasado cuando el reloj virtual iluminado sobre la fachada del número 10 de Downing Street marcó las 23 en punto de la hora británica y al son de las campanadas de un Big Ben virtual se anunció que el Reino Unido había abandonado la Comunidad Europea luego de 47 años. Los festejos se hicieron sentir por toda la capital y al lado del Parlamento británico la gente cantaba “God Save the Queen” mientras movían sus banderas en un acto de alegría con pirotecnia de fondo. La larga lucha política del Brexit de casi 4 años, que incluyó las renuncias de David Cameron y Theresa May como primeros ministros, tuvo fin al mando del actual premier, Boris Johnson. Luego de varias prórrogas, tácticas electorales y una derrota histórica electoral para el Partido Laborista, Johnson ahora debe ir por un 2020 de transición mediante las últimas negociaciones con la Unión Europea (UE). Siendo Reino Unido el segundo país con mayor PBI de la UE luego de Alemania, tiene bastante peso para negociar y la intención es no alinearse con las reglas del mercado único. Johnson afirmó categóricamente en su discurso del lunes pasado que “no hay necesidad para un acuerdo de libre comercio que involucre aceptar las reglas de la UE sobre políticas de competencia, subsidios, protección social, medio ambiente o nada similar, no más que si la UE estuviera obligada a aceptar las normas de Reino Unido”. También dijo que está buscando un acuerdo “estilo Canadá”, que incluye la eliminación de casi la totalidad de los aranceles preexistentes entre ambas partes. Ayer la Unión Europea ofreció a Reino Unido negociar un acuerdo comercial “altamente ambicioso” sin cuotas ni aranceles para todos los bienes que entren en el mercado único, según la Agencia EFE. Un aspecto positivo logrado en las anteriores negociaciones fue evitar una “frontera dura” con Irlanda del Norte. Esto implica que ese país seguirá siendo parte de la unión aduanera de Reino Unido, beneficiándose de los acuerdos económicos que Londres pueda lograr. Los controles fronterizos serán en los puertos y no en los límites entre la República Irlanda e Irlanda del Norte. En esta parte del Reino Unido un 55% de los ciudadanos votó a favor de permanecer en la Unión Europea, además el Partido Sinn Fein reclamó varias veces un referéndum de unificación de la isla.
La salida también involucró la parte política y la semana pasada los 73 eurodiputados británicos dejaron su escaño. Sin embargo solo 27 de estos lugares serán redistribuidos en el Parlamento Europeo, mientras que los otros 46 se reservarán para futuras ampliaciones, las cuales están paralizadas debido a la falta de coordinación e intentos de reforma a los procesos de ingreso que algunos miembros del bloque europeo proponen. Pero no todo significa salida ya que el idioma inglés permanecerá como una lengua franca en Bruselas.
“La cosa más importante para decir hoy es que esto no es el fin sino un inicio. Este es el momento en que amanece y se levanta el telón de un nuevo acto. Este es el momento de verdadera renovación nacional y cambio”, afirmó Boris Johnson, mostrando su alegría pero también dejando ver el nuevo rumbo del Reino Unido, tratando de que el país vuelva a ser un actor de primer nivel en las relaciones internacionales. Mediante el lema “Global Britain” o “Gran Bretaña global” se intenta eliminar la idea que salir de la UE es aislamiento y comenzar a potenciar a Reino Unido en los aspectos comerciales, culturales, diplomáticos y militares para ampliar su influencia.
En el área económica, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya ha expresado en varias ocasiones su interés en realizar un acuerdo de libre comercio con Reino Unido. Sobre el aspecto militar, el Embajador de Reino Unido en Uruguay, Ian Duddy, afirmó el jueves pasado que las relaciones entre los países europeos de la OTAN no cambiarán. “Los valores británicos no van a cambiar, seguiremos respetando los derechos humanos y seguiremos defendiendo la seguridad europea”. Además Reino Unido es el segundo país con mayor gasto militar de la UE. También es una de las dos potencias nucleares de Europa occidental.
Luego que Boris Johnson negara la posibilidad de realizar un segundo referéndum de independencia, la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, sigue intentando mantener vivo el independentismo. El miércoles pasado, el Parlamento escocés votó a favor de realizar un nuevo plebiscito. La votación fue 64 votos a favor y 54 en contra. Esta medida no tendrá mucho efecto inmediato ya que un referéndum vinculante no puede llevarse a cabo sin el acuerdo del gobierno británico. En la víspera de la salida de la UE, Sturgeon dio un discurso en Edinburgo y afirmó que se está sacando a Escocia del bloque, aunque la mayoría de los escoceses (62%) votó a favor del “remain” (permanecer) en el plebiscito del Brexit de 2016. Tras la salida, Sturgeon escribió en Twitter: “Escocia volverá al corazón de Europa como un país independiente”. La salida de la Unión Europea ha fomentado el apoyo al independentismo escocés y según la encuesta hecha por la empresa británica You Gov, el 51% de los escoceses estarían a favor de que Escocia abandone el Reino Unido.
CORONAVIRUS
OMS declara emergencia global
Tras una reunión de emergencia el jueves pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia global para esta enfermedad, que actualmente ya lleva más de 20.000 casos confirmados solamente en China y los fallecimientos han ascendido a más de 420. Esta cifra incluye los fallecimientos por el virus en Filipinas y Hong Kong, las primeras muertes fuera de China continental. Mientras que varias aerolíneas han suspendido los vuelos hacia China debido al brote de coronavirus. Aerolíneas de más de 25 países han cesado los viajes hacia el gigante asiático. Por su parte, en Estados Unidos, los pilotos y azafatas han reclamado terminar con los viajes a China para evitar la expansión del coronavirus.
AFRICA
Francia enviará más tropas para combatir el Yihadismo en el Sahel
Francia confirmó que desplegaría un contingente de 600 soldados que se sumarían a las ya 4500 tropas que forman parte de la Operación Barkhane, afirmó la ministra de defensa de Francia, Florence Parly. Esta operación, iniciada en 2014, se desarrolla en los territorios de Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger, para combatir a los grupos yihadistas de Ansarul Islam, Estado Islámico del Gran Sahel (EIGS) y los grupos afiliados a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Los ataques de los militantes de EIGS y AQMI aumentaron el año pasado causando que más de medio millón de personas abandonaran sus casas. También más de 3000 escuelas fueron cerradas en el Sahel, afectando a más de 600.000 niños. Los yihadistas atacan especialmente los centros educativos con el objetivo de impedir los estudios. El ejemplo más claro de la postura anti educativa es el grupo yihadista nigeriano, Boko Haram, cuyo nombre significa: “La educación occidental es pecado”.
Medio Oriente
Rechazan el “acuerdo del siglo” para la cuestión de Israel y Palestina
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó el llamado “acuerdo del siglo” como iniciativa para lograr una solución al largo conflicto entre israelíes y palestinos. Este plan prevé que a corto plazo se cree el Estado de Palestina y la nueva capital sea Abu Dis. Deberá tener una constitución democrática, instituciones financieras capaces, y estar desmilitarizado. Este nuevo Estado no podrá firmar acuerdos de seguridad sin la aprobación de Israel, quien mantendrá el control del espacio aéreo y los pasos fronterizos. También se estima una inversión por parte de la comunidad internacional en un plazo de 10 años para desarrollar la economía palestina en dos partes del territorio al sur, donde en una se construirá una zona industrial y en la otra una zona agrícola. Por su parte el lunes pasado hubo una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (COI) en la ciudad saudita de Yeda, en la cual se trató el “acuerdo del siglo” propuesto por Donald Trump. Los estados miembros lo rechazaron por unanimidad y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbás, también lo rechazó y anunció la “ruptura de todas las relaciones” con Estados Unidos e Israel.