Vuelven a tener negociaciones de alto nivel luego de la ruptura diplomática en el año 2019. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, confirma las conversaciones, pero la portavoz estadounidense niega la posibilidad de comprar petróleo venezolano. Desde de la oposición de ese país se critica el acercamiento con Washington.
Las sanciones económicas son la herramienta que Estados Unidos ha implementado en mayor forma para intentar contrarrestar la invasión rusa de Ucrania. En este contexto la semana pasada la Casa Blanca emitió un comunicado informando que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva prohibiendo la importación de petróleo, gas natural licuado y carbón de Rusia. Además, el anuncio agrega que se cancelan “las entregas de compras existentes que ya han sido contratadas. También prohíbe nuevas inversiones estadounidenses en el sector energético de Rusia”.
En el año 2019, Estados Unidos y Venezuela rompieron lazos diplomáticos tras las elecciones en el país sudamericano en las cuales Estados Unidos acusó al gobierno de Maduro de fraude electoral. Previo a esto, mantenían relaciones comerciales de primer nivel y según la página web del Departamento de Estado de Estados Unidos, este país era el mayor socio comercial de Venezuela hasta el año 2019, siendo petróleo y productos refinados de petróleo, maquinaria, productos químicos orgánicos y productos agrícolas los más exportados por Venezuela hacia el socio del norte. Además, Venezuela es el país que cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, según el informe “Revisión estadística de la energía mundial” de la multinacional energética BP (anteriormente llamada British Petroleum).
El pasado sábado 5 viajó una delegación estadounidense de alto nivel a Venezuela, lo que según el diario The New York Times fue para poder “aislar a Putin de sus aliados más cercanos” y la posibilidad de que Venezuela sea el vendedor sustituto del petróleo que antes proveía Rusia. Desde Estados Unidos se niega esta posibilidad y la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó en las ruedas de prensa del 9 y el 14 de este mes que la primera intención del diálogo con Maduro fue la liberación de dos ciudadanos estadounidenses: uno encarcelado bajo el cargo de corrupción y el otro de terrorismo. Ambos fueron liberados.
Sobre el tema de importar petróleo venezolano, Psaki afirmó que esa “no era una conversación activa en ese momento”. Por su parte, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, afirmó en rueda de prensa el pasado 11 de marzo que la delegación a Venezuela fue con dos objetivos, la liberación de los dos ciudadanos estadounidenses y la de “defender las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano”. Además, agregó que “nuestras sanciones actuales relacionadas con Venezuela siguen en pleno efecto”.
“Venezuela dispuesta al diálogo energético”
Mientras tanto, la agencia de noticias Reuters afirmó que la empresa petrolera estadounidense Chevron se está preparando para tomar control operacional de los proyectos conjuntos que tiene en Venezuela si Washington rebaja las sanciones a Venezuela. En la página web de Chevron, el gigante energético informa: “Es una de las compañías petroleras privadas líderes en Venezuela que ayuda a satisfacer la creciente demanda mundial de energía con energía confiable y asequible. Nuestro legado se remonta al descubrimiento del Campo Boscán en la década de 1920”. En el modo de participación destacan que tienen cinco proyectos de producción “onshore y offshore” en “sociedad con filiales de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la compañía petrolera nacional de Venezuela, en cuatro operaciones conjuntas en el oeste y este de Venezuela. Tres de ellos son proyectos de crudo pesado o extrapesado”.
Por su parte, Maduro declaró en la cadena Telesur que tuvo una reunión “respetuosa” y “cordial” con la delegación estadounidense. “Fue una reunión muy diplomática y estuvimos casi dos horas hablando”, destacó y agregó: “Hemos acordado trabajar en una agenda hacia adelante. Me pareció muy importante conversar cara a cara temas de interés de Venezuela y el mundo. (…) Continuarán las conversaciones, coordinaciones y una agenda positiva entre el Gobierno de EE.UU. y de la República Bolivariana de Venezuela”, finalizó.
Esta posición y el enfoque sobre las negociaciones sobre petróleo se dejaron ver en las declaraciones de la vicepresidente Ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodriguez, quien afirmó que “Venezuela está dispuesta al diálogo energético con empresas productoras de Estados Unidos y del mundo”. Mientras que el ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Félix Plasencia, afirmó durante el II Foro Diplomático de Antalya, Turquía: “La interrupción de la agenda energética entre Estados Unidos y Venezuela se debió a la imposición de medidas coercitivas unilaterales por parte de Washington. (…) Nosotros no los hemos sacado del mercado petrolero venezolano. Ellos se fueron para imponer medidas coercitivas unilaterales. Ahora quieren regresar”.
Cuestionamientos desde la oposición
Ante el acercamiento entre Caracas y Washington, la exdiputada y fundadora del partido Vente Venezuela, Maria Corina Machado, criticó el diálogo y afirmó a la cadena de noticias estadounidense CNN que “Biden abandona a Venezuela con acercamientos a Maduro”.
La dirigente opositora luego agregó: “Esto ha generado gran preocupación a los venezolanos, además nos obliga a pedir una explicación y respuestas al gobierno de Estados Unidos”, y preguntó: “¿Cuánto valen la libertad de Venezuela y la soberanía?”. A su vez en su cuenta de Twitter sostuvo: “Venezuela jamás será un proveedor confiable de energía a EE.UU. mientras Maduro y el régimen estén en el poder. PDVSA es una empresa insolvente y sus recursos financieros están atrapados en el sistema financiero ruso”. Mientras que en otro tweet sostuvo: “Creer que Maduro va a cumplir sus promesas si no enfrenta una amenaza real y creíble, tiene un nombre: realismo mágico”.
Victoria de la izquierda en elecciones parlamentarias en Colombia
El pasado domingo se celebraron las elecciones parlamentarias en Colombia donde se eligieron los 280 legisladores que se dividen entre las dos cámaras del Congreso de Colombia, con 108 senadores y 172 diputados respectivamente. La coalición Pacto Histórico, liderada por Gustavo Petro, logró 16 senadores, la cantidad más alta que también logró el partido Conservador de Colombia. Con 15 senadores quedó el Partido Liberal Colombiano. Mientras que en la Cámara Baja, Pacto Histórico logró 25 escaños quedando segundo y compartiendo puesto con el Partido Conservador Colombiano, que logró la misma cantidad de puestos. Ambos partidos quedaron detrás del Partido Liberal colombiano con 32 diputados.
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