En diálogo con La Mañana, el flamante embajador de Italia para Uruguay analizó la situación de la pandemia de COVID-19 en el país mediterráneo, los desafíos a nivel regional y la histórica relación con nuestro país.
¿Qué lecciones ha dejado la pandemia de COVID-19 que afectó con tanta fuerza a Italia?
Una de las enseñanzas que nos ha dejado hoy esto es que la naturaleza es más fuerte que nosotros. Creíamos que teníamos todos los medios para dominar la naturaleza, pero nuestro sistema ha demostrado ser muy frágil.
Un virus ha creado daños que son semejantes a los daños de una guerra. Eso es un llamado para todos a reflexionar en lo que es el hombre en la tierra y pensar que la naturaleza es quien gana siempre. Nosotros nos podemos ir en contra de ella, tenemos que encontrar la manera de vivir según sus reglas.
¿Cómo afectó en los social?
A nivel social creo que ha sido importante que fuera una situación en la cual se ha mostrado la fragilidad de todos, no importaba si eran ricos, pobres, sabios o ignorantes, ancianos o jóvenes. Esta fue una situación en la cual los italianos se dieron cuenta que son un pueblo unido, trabajaron muy buen todos juntos.
Diría que todos siguieron los más de dos meses de cuarentena cumpliendo un rol social por igual, ya sean doctores, enfermeras, cajeros de supermercado, quienes trabajan en la estación de servicio, periodistas y también los que estaban obligados a quedarse en casa. Mi hija tuvo que quedarse en casa, solo podía salir a dar la vuelta a la manzana porque tenía un perro, sino apenas podría haber salido a hacer las compras y no todos los días. Esto nos ha permitido lograr grandes resultados, ahora se ha podido lograr la meseta en los contagios, aún hay muchos casos, siendo entre 200 y 300 por día y entre 40 y 50 muertos diarios, no es poco.
¿De qué manera se encaró la gestión de la pandemia?
Lo que es particular de esta situación es que en una guerra están los militares adelante y el sistema del país que está atrás, sean los doctores, enfermeros y la industria. En esta situación fue al contrario, eran los doctores y los enfermeros que estaban luchando en primera línea, eran los policías quienes mantenían el orden en las calles y la gente que tenía que quedarse en su casa. Había un chiste muy popular en Italia, alguien decía: “A mis abuelos le pidieron de salvar el país yendo a la guerra, a nosotros nos están diciendo de salvar al país quedándonos en casa a leer un libro”. Es una gran suerte. Pero ninguna de esas dos situaciones es lo ideal.
Ahora toda esta solidaridad que Italia ha demostrado tiene que servir para enfrentar la emergencia económica, nosotros hemos sido en el mundo occidental los primeros, en un sistema democrático, que implementaron medidas que son casi de países comunistas como China. Por eso tenemos que ser los primeros que organicen un nuevo sistema de política económica que nos pueda ayudar a crear una forma autosustentable que proteja más la salud, el medioambiente y las necesidades de los más desfavorecidos.
He leído un mural en esta ciudad que dice: “No se puede hacer cuarentena si no tienes la quincena”. “No te puedes quedar en casa si vives en la calle”. Es un conjunto de cosas que hay que realizar para que cuando se repita otra vez una historia así se pueda ser más resistentes y resilientes. Un país como Uruguay ha demostrado tener un sistema social bastante fuerte y ha sido mucho más capaz que otros a la hora de enfrentar esta situación. Nosotros, afortunadamente en Italia tenemos un sistema de salud pública bastante desarrollado y esto nos ha ayudado bastante a la hora del pico de contagios.
“Esta fue una situación en la cual los italianos se dieron cuenta que son un pueblo unido, trabajaron muy buen todos juntos”
En este nuevo resurgimiento italiano, ¿cuáles son los objetivos que el gobierno y el servicio diplomático han trazado para relanzar los sectores afectados?
Italia tiene una economía que está marcada por el asunto de no tener materias primas, eso quiere decir que nuestra economía esta fundamentalmente basada sobre la capacidad de sumarle valor agregado a los productos italianos, con nuestra capacidad de inventar, el ingenio, el estilo que Italia puede tener y que dado que el mercado local no es muy grande tenemos que exportar. Esto nosotros lo hacemos a nivel europeo y a nivel mundial.
Además, tenemos una necesidad indispensable de exportar, por eso necesitamos desarrollar todo lo que quiere decir ingenio en términos de tecnología y capacidades, también lo que significa medios para enfrentar la competencia internacional ya que en estos últimos 30 años hay muchos más actores en los mercados globales como China, Corea del Sur, Japón, Indonesia y Malasia.
Hay que llegar a cada mercado con la seguridad de saber cómo enfrentar esa situación y como satisfacer a los consumidores. Por eso lo que la diplomacia puede hacer es muy importante. Las Embajadas de todo el mundo están llamadas a dar un apoyo a los productores italianos y a los inversores para que puedan encontrar las mejores posibilidades en cada mercado. Si hay un italiano que puede hacer algo bien y lo puede hacer mejor que los otros, las Embajadas tienen que respaldarlo para permitirle conocer mejor ese mercado y respaldarlo de todas las maneras posibles.
En un contexto de “nueva normalidad”, ¿cómo influye el nuevo liderazgo italiano en el Mediterráneo?
En el Mediterráneo hay una situación política que está marcada por lo que ocurre en Libia y en Siria. Hay que pensar siempre una cosa: Italia es el componente latino fundador de la Unión Europea y es el componente que más se proyecta en el Mediterráneo.
Por eso es normal que Italia apoye todas las iniciativas que sirvan para mejorar las relaciones con los países del norte de África. Con Grecia hemos dado el ejemplo de cómo se pueden arreglar los asuntos bilaterales cuando hay que aprovechar los recursos naturales de una manera conjunta. Libia es una historia que hay que trabajar para mantener la unidad del país y estabilizar la situación.
Hay un problema que hemos vivido hasta un momento no tan lejano y es el problema de las migraciones que vienen de África y hay que encontrar un sistema con los libios para solucionar ese tema.
¿Qué oportunidades se abren en las relaciones entre Italia y Sudamérica?
En América del Sur, creemos que hay oportunidades muy importantes, que merecen atención por parte de Italia. Desde la cuestión de cómo enfrentar la situación del coronavirus, debemos tener en cuenta como Uruguay tuvo éxito en su lucha y se pone al mismo tiempo como ejemplo de país que puede desarrollar antes que los demás de la región una relación normal con el resto del mundo.
Uruguay e Italia tienen históricas y cercanas relaciones culturales y diplomáticas, ¿qué planes tiene el embajador para potenciar las relaciones bilaterales?
Creo que es importante hoy, como siempre ha sido, mostrar la visión de Italia como es hoy. Presentándola en todos sus aspectos culturales, económicos y de educación, los cuales se suman a los aspectos clásicos que conocemos de Italia. Sabemos que Italia es Dante Alighieri, Rafael y Manzoni pero Italia sigue expresando grandes cosas en sectores como la investigación, diseño, industria y arte que prueban que es un país que tiene una dinámica que se desarrolla en el mundo contemporáneo.
Es muy importante abandonar los estereotipos. Al mismo tiempo es importante mostrarles a los italianos y descendientes de italianos que residen en Uruguay que Italia no es el mismo país que dejaron sus abuelos. Ahora es un país que se ha modernizado.
Al mismo tiempo hay que presentar a la gente que está en Italia lo que hoy es Uruguay, lo digo en un aspecto turístico, cultural y empresarial. Uruguay es un país que se abre a quienes están interesados en ese aspecto.