“El futuro no les pertenece a los globalistas. El futuro pertenece a los patriotas”. Esa es la frase que puede resumir lo medular del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su discurso en la 47ª Asamblea General de las Naciones Unidas. El mandatario reafirmó la necesidad del respeto y el apoyo de las culturas nacionales y a su historia. “Cada nación representada en esta asamblea tiene una apreciada historia, cultura y una herencia que vale la pena celebrar y defender, lo cual nos da una fuerza y un potencial singular. El mundo libre debe abrazar sus fundamentos nacionales”, dijo Trump, llamando a lograr soluciones locales para mejorar las relaciones internacionales. “Si quieres libertad, ten orgullo de tu país. Si quieres democracia, aférrate a tu soberanía. Y si quieres paz, ama a tu nación. Los líderes sabios siempre han puesto primero el bien de su propio pueblo y el de su país. El futuro pertenece a las naciones independientes y soberanas que protegen a sus ciudadanos, respetan a sus vecinos y honran las diferencias que hacen a cada país especial y único”, señaló.
Trump explicó cómo Estados Unidos se embarcó en un “gran programa de renovación nacional”, el cual está compuesto por planes de empleo, productivos y de desarrollo militar. Respecto al empleo, se han aplicado medidas económicas como la baja de impuestos y la eliminación de regulaciones, generando la tasa más baja de desempleo en 50 años. “Seis millones de estadounidenses han conseguido trabajo en los últimos tres años”. También se refirió a las tasas de desempleo en base a grupos étnicos. “Se ha alcanzado las tasas más bajas de desempleo jamás registradas en Afroamericanos, hispanoamericanos y americanos de origen asiático”, dijo. Respecto a los planes productivos, Trump destacó que “Estados Unidos es ahora el productor número uno de petróleo y gas natural del mundo”. Para la cuestión militar, se han invertido 2,5 billones de dólares como parte del proceso de la “fuerza sin rival del Ejército Americano”, destacó.
En el plano de las relaciones exteriores, Trump subrayó el trabajo en conjunto con Canadá y México para reemplazar el acuerdo NAFTA con “otro mejor acuerdo”. También anticipó que se reuniría con el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe para continuar el proceso de finalizar los aspectos de un nuevo acuerdo económico. Reino Unido y su salida de la Unión Europea fueron mencionados, informando sobre la clara intención que tiene para completar un acuerdo económico con ese país. En un contexto de guerra comercial, China también tuvo su parte en el discurso de Trump, afirmando que este país “no ha aceptado adoptar las reformas prometidas, también ha optado por un modelo económico dependiente de barreras económicas masivas, grandes subsidios estatales, manipulación de divisas, dumping, transferencias tecnológicas forzadas y el robo de propiedad intelectual como así del robo de secretos económicos a gran escala”. La cuestión de la Organización Mundial de Comercio también es parte del conflicto entre ambas potencias y Trump reafirmó su posición frente a ella: “La Organización Mundial de Comercio necesita cambios drásticos (…) La segunda economía más grande del mundo no debe ser permitida a que se declare como “país en desarrollo” en orden a ganar a expensas de otros”, sostuvo.
Con Irán, las palabras fueron más fuertes y dijo que “ningún gobierno responsable debe respaldar la sed de sangre de Irán”, el “país número uno en patrocinar el terrorismo y quien alimenta las guerras en Siria y en Yemen”. Trump volvió a apuntar a Irán como el causante de los ataques a las refinerías en Arabia Saudita, como reafirmar su determinación a que Irán no obtenga armas nucleares.
El discurso finalizó llamando a “levantar sus naciones, festejar su cultura y honrar su historia. Hagan a sus países fuertes y justos. Honren la dignidad de su pueblo y nada estará lejos de su alcance”, dijo el presidente norteamericano.