Turquía ha iniciado la operación “Fuentes de Paz” para crear una “zona segura” de 480 kilómetros a en paralelo a la frontera sirio-turca. Esto tiene un doble objetivo. Por una parte, eliminar o debilitar a los combatientes kurdos en Siria, ya que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, los ve como “una extensión” de organizaciones que han sido declaradas como “terroristas”. La otra parte es poder reubicar al menos a 1 de los 3 millones de refugiados sirios que tiene Turquía.
El presidente sirio Bashar Al Assad, ha logrado gracias a la intermediación rusa, un acuerdo con los kurdos para frenar la operación de Turquía.
En agosto de este año, el ejército de Estados Unidos creó “un mecanismo de seguridad” en la frontera para evitar una ofensiva de Turquía. En ese entonces la YPG (milicias kurdas sirias) cooperaron y retiraron armas pesadas y desmantelaron sus fortificaciones. La Casa Blanca afirmó que, a principios de este mes, Erdogan le informó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que la operación en la frontera sería llevada a cabo “pronto”. Trump le respondió a Erdogan que las tropas estadounidenses en la región no apoyarían o estarían involucradas en la ofensiva. A su vez el domingo pasado se informó que Estados Unidos retiraría el contingente militar que tiene en Siria, con un total de 1000 tropas.
Esto fue ampliamente condenado a nivel local e internacional, debido a que se acusa a EEUU de “traicionar a los kurdos”, pueblo que ha combatido al Estado Islámico y también ha sido aliado en la región. A modo de justificación, Trump afirmó en una conferencia de prensa la semana pasada que “los kurdos no nos ayudaron en Normandía”. Reafirmando su decisión en base a que el pueblo kurdo, sin Estado y repartido en varios países, no ayudó en el desembarco aliado en la Segunda Guerra Mundial.
Ante esta ofensiva, el presidente sirio Bashar Al Assad, ha logrado gracias a la intermediación rusa, un acuerdo con los kurdos para frenar la operación de Turquía. Los líderes kurdo-sirios han dicho que el acuerdo con Damasco solo se centra “por ahora” en el despliegue militar a lo largo de la frontera y que “luego hablarán sobre política”. El oficial kurdo Aldar Xelil dijo que “esta medida de emergencia” fue hecha para bloquear los ataques turcos en la frontera. Ambos aliados coyunturales (Siria y los kurdos) obtienen grandes beneficios del acuerdo: Siria evita mayor influencia turca en su país y al desplegar sus tropas en el norte vuelve a tener control de una parte de sus fronteras, mientras que los kurdos obtienen protección frente a un enemigo más poderoso.
El ejército sirio ya se ha desplegado por la ciudad de Tabqa, cerca de Al Raqa, volviendo a tener presencia estatal en la zona que tiene una de las más grandes represas del país. También los kurdos sirios han permitido a las tropas sirias llegar a la ciudad de Kobane.