Las víctimas fatales entre ambos países ya superaron las 36 mil y una semana después los equipos de rescate siguen encontrando sobrevivientes entre los escombros. La ONU reconoció que la ayuda humanitaria recibida hasta ahora por Siria fue insuficiente y advirtió que los esfuerzos deben centrarse en atender las necesidades de los desplazados.
Dos fuertes terremotos de 7,8 y 7,5 grados sucedidos el pasado lunes 6 de febrero y las posteriores réplicas impactaron catastróficamente en varias ciudades del sudeste de Turquía y el noroeste de Siria, dejando un saldo de más de 36 mil fallecidos, 31.643 en tierras turcas y al menos 4.800 en territorio sirio, según datos divulgados el lunes 13, aunque se estima que la cifra supere los 40 mil cuando se actualicen datos de Siria.
El terremoto que tuvo su epicentro en la provincia turca de Kahramanmaras fue el más trágico en esa zona en más de 84 años. Se considera la región como una de las zonas sísmicas más activas del mundo. En ese lugar ocurrieron 50 fuertes temblores en el último siglo, siendo el de 1939, en la provincia de Erzincan, el terremoto más devastador ocurrido hasta el pasado lunes 6 de febrero.
Según estimó el vicepresidente turco, Fuat Oktay, el temblor afectó a más de 13 millones de personas y más de 1,2 millones se vieron obligadas a desplazarse a refugios, mientras que se trasladaron 400.000 personas a otras provincias.
En diálogo con La Mañana, el embajador de Turquía en Uruguay, Hüseyin Müftüoğlu, aseveró que el terremoto afectó a al menos 13,5 millones de personas, directa o indirectamente. Sostuvo que además de los graves daños en las edificaciones, perjudicó la infraestructura en general, como el sistema eléctrico y el suministro de gas.
Según el diplomático, los principales desafíos del gobierno en este momento son “recuperar los cuerpos de las personas fallecidas y alojar a las personas desplazadas en campamentos temporarios”, para lo que se dispuso a abrir edificios estatales, escuelas, universidades y recintos militares para ese fin. Debido al intenso frío en la zona, mantas y estufas son unos de los insumos más necesarios en este momento, indicó el embajador.
Más allá de que en determinados sitios los equipos especializados de búsqueda y rescate continuaron hallando gente con vida (tal es el caso de un niño de 13 años rescatado en Hatay, tras haber estado 182 horas atrapado entre los escombros) a más de una semana de los terremotos, en las últimas horas, la oficina de Naciones Unidas para la ayuda humanitaria (UN Crisis Relief), de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estimó que está llegando el momento de cerrar la fase de rescate tras el terremoto, y que desde ahora se deberán “centrar los esfuerzos en proporcionar a los supervivientes alojamiento, alimento, escuelas y ayuda psicosocial”.
Convoy humanitario logra entrar al noroeste sirio tras una semana de bloqueo
El jefe de UN Crisis Relief, Martin Griffiths, que se encuentra en la ciudad siria de Alepo (Siria) confirmó este lunes 13 que la ONU transportará ayuda humanitaria desde las zonas controladas por el Gobierno sirio hacia las zonas del noroeste del país controladas por grupos “rebeldes”, que fueron las más afectadas por los terremotos.
Tras su primer recorrido en las zonas devastadas en Alepo, el presidente sirio Bashar al Assad criticó a Occidente por “privilegiar la política sobre la situación humanitaria”. Al respecto, Griffiths reconoció el pasado domingo que la ONU le ha “fallado” a la gente del noroeste de Siria. “Hasta ahora le hemos fallado a la gente en el noroeste de Siria. Con razón se sienten abandonados, buscando una ayuda internacional que no ha llegado. Mi deber y nuestra obligación es corregir este fracaso lo más rápido que podamos”, tuiteó. Finalmente, Griffiths comunicó el lunes 13 que el presidente sirio accedió a que la ONU entregue ayuda desde Turquía durante tres meses a través de otros dos pasos fronterizos. Hasta ahora solo estaba autorizado el uso del paso de Bab al Hawa, situado entre territorio turco y la provincia de Idlib.
Las áreas opositoras de las provincias de Idlib y Alepo tuvieron que esperar más de cuatro días para recibir su primer convoy de ayuda humanitaria. Esta se ha visto retrasada por “problemas de aprobación con el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS)”, situado mayoritariamente en la provincia de Idlib.
Griffiths confirmó que la ONU “ayudará a trasladar la ayuda desde las regiones controladas por el gobierno en Siria al noroeste del país controlado por los rebeldes”. La ayuda de la ONU a Siria comprende un total de 58 camiones que desde el jueves intentan ingresar diferentes insumos para las zonas más afectadas del noroeste sirio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también esperaba desde hace días poder ingresar diferentes insumos a territorio sirio, manifestó el domingo su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. El jerarca y un equipo de altos funcionarios de la OMS llegaron a Alepo este sábado en un vuelo de ayuda humanitaria que transportaba kits quirúrgicos y de emergencia por un valor de más de US$ 290.000.
Rick Brennan, director regional de emergencias de la OMS, advirtió en una conferencia de prensa en Damasco este domingo que no ha habido “entregas cruzadas” en el noroeste de Siria desde que se produjo el terremoto el lunes.
Si bien las cifras oficiales hasta ahora dan cuenta de alrededor 4.800 personas muertas en Siria, Brennan manifestó que “no hay forma de realizar una proyección ajustada del número de víctimas”, y advirtió: “Nos tememos que estos números van a seguir aumentando conforme vayamos teniendo más acceso a esas zonas”, explicó Brennan. Según los cálculos primarios que manejó la OMS durante la rueda de prensa en Damasco, estiman que al menos 9.300 personas han muerto en Siria por el terremoto.
Por otra parte, Sivanka Dhanapala, representante en el país del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), manifestó a la prensa el pasado viernes en Damasco que “hasta 5,3 millones de personas en Siria podrían haberse quedado sin dónde vivir” a causa del sismo y “necesitarán ayuda” para alojarse en distintos puntos de ese país. “Es un número muy elevado, y afecta a una población que ya estaba sufriendo un desplazamiento masivo”, añadió la representante de Acnur.
Polémica en Turquía por construcciones irregulares
Según datos que fueron comunicados por el Ministerio de Medio Ambiente turco, alrededor de 25.000 edificaciones cayeron por completo o sufrieron graves daños, entre las evaluaciones hechas a más de 170.000 construcciones. Una cifra despertó el cuestionamiento de algunos sectores opositores de la administración del presidente Recep Tayip Erdogan, por no aplicar las medidas preventivas necesarias.
En ese sentido, la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía (TMMOB) denunció días atrás que el “incumplimiento de las normativas de construcción y las sucesivas amnistías dadas por el Gobierno a edificios levantados sin licencia” explican el enorme número de víctimas mortales dijo a EFE Emin Koramaz, presidente de la Unión. Koramaz aseguró que durante los 20 años que lleva en el Gobierno el AKP, el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios “inseguros, podridos e ilegales” y que habían sido construidos y habitados sin las correspondientes licencias, apuntaron.
Por su parte, fiscalías turcas han establecido unidades especiales para investigar posibles negligencias en las construcciones. El vicepresidente turco, Fuat Oktay, informó el domingo pasado que hasta el momento las autoridades han identificado a 131 responsables relacionados con la construcción de edificios que deberían ser antisismos, por lo que se dictaron 113 órdenes de detención, algunas de ellas destinadas a “constructores sospechosos de eliminar pilares para ganar espacio en las viviendas”.
El complejo escenario político, económico y social se da a pocas semanas de las elecciones parlamentarias y presidenciales previstas para el próximo 14 de mayo.
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