El año 2019 trajo aparejados muchos cambios profundos en la política y la sociedad uruguaya. No se trató simplemente de un cambio de rumbo en el gobierno del país. Hay una nueva sensibilidad, otras demandas y torrentes de ideas que van tomando forma y canales de expresión.
“El país que está por nacer no tiene una sola verdad” dijo Lacalle Pou cuando se firmó el Compromiso por el País. La afirmación, que no apunta precisamente al relativismo, supone el fin de los discursos hegemónicos, de la policía del pensamiento y del monopolio que la autoproclamada izquierda creyó tener sobre lo social.
Se fue instalando un discurso políticamente correcto convertido en un mantra asumido ruidosamente por pocos, tolerado a regañadientes por algunos y rechazado en silencio por muchos. Según aquel, cambiando la percepción que tenemos sobre las cosas y adoptando modificaciones en el lenguaje es suficiente para cambiar situaciones de pobreza y violencia.
El debate académico y profesional se vio sumamente afectado, inhibiendo a muchos destacados investigadores y catedráticos de decir sus opiniones. Plantear diferencias sobre la ideología de género, el cambio climático, el garantismo judicial y el laicismo o proponer el servicio militar para jóvenes, por ejemplo, ha sido motivo de castigo a los que se atrevieran a sugerirlo.
Por otra parte, las anacrónicas etiquetas de izquierda y derecha parecían encorsetar a los partidos políticos mayoritarios. Sus dirigentes, en el afán de salir del encasillamiento, procuraban el idílico “centro” que se convertía de esa manera en el botín más codiciado, según analizaban sesudos politólogos.
Pero el aire empezó a cambiar durante el 2019. Una dosis de hartazgo se combinó adecuadamente con la consolidación de nuevas estructuras que se fueron gestando a lo largo de los últimos años y renuevan la esperanza en el porvenir.
En el esfuerzo de interpretar los signos de este nuevo tiempo a nivel nacional e internacional, en el mes de junio se concretó el relanzamiento de La Mañana. El número 1 de la nueva época inicialmente estaba previsto salir el 19 de junio, natalicio de Artigas, a 200 años del cierre del ciclo artiguista. Salió una semana después, el día 26, en vísperas de las elecciones internas.
“Hoy comenzamos la aventura de analizar la realidad que nos circunda dentro de fronteras, en la región y en el mundo”, indicaba el editorial en aquel entonces. “Nuestro lema va a ser entre el aggiornamento y la tradición”, agregaba. Y así fue, durante los 30 números en que La Mañana ha ofrecido a los lectores en su edición impresa y en la web, contenidos que apuntan a comprender el fenómeno político en toda su extensión, a indagar en las realidades más urgentes y brindar información fidedigna de nuestro acontecer.
Al mismo tiempo, enfatizar la búsqueda de los espacios de encuentro, mostrar los matices de la realidad y destacar a las personas y organizaciones que realizan buenas acciones en la comunidad, provengan de donde provengan.
El empleo y la cultura han sido pilares de esta publicación, basta con ver la gran mayoría de las portadas en este periodo. Son el reflejo del Uruguay que queremos, donde la dignidad del trabajo y de los valores sean el cimiento del futuro.