Pareciera que no bastara con tener que escuchar a Gabriel Pereyra destilando rencor todas las mañanas desde Sarandí, medio que lo aloja como comentarista en el informativo de la mañana. De hecho viene resultando claro desde hace tiempo que al conductor del informativo le es cada vez más difícil contener las agresiones y embates de su colega. Porque en democracia se puede decir todo, y conviene que así sea. Pero por algo los seres humanos inventaron las formas, que lejos de ser algo superfluo, son las que permiten nos podamos relacionar como seres humanos y no descendamos al primitivismo pre-civilización.
Sarandí es un medio que a la luz del día y que ante la indiferencia de muchos, es controlado por un grupo mexicano-guatemalteco acostumbrado a las peores prácticas periodísticas. El grupo Albavisión, que en su propia página de internet incluye a Sarandí entre sus numerosos medios de prensa controlados en América Latina, es acusado de haber manipulado campañas electorales en Centroamérica. Su cara visible esta requerida por Interpol.
No obstante, con la complicidad de alguna jerarquía del actual gobierno ha logrado posicionarse en Uruguay, lo que significa una flagrante violación de la ley de medios, que limita que extranjeros sean propietarios de los medios locales.
¿Qué credibilidad puede tener este comentarista y su radio cuando los escuchamos regodeándose sobre el valor del republicanismo, la independencia de los medios y el valor de la justicia? En qué poca estima tendrán a sus oyentes para pensar que sus motivos y acciones pasan desapercibidos. Confunden aprobación con la impotencia de un público descreído de la objetividad de los medios que consienten el principio de que una mentira repetida mil veces se transforma en verdad. La Stasi podía decir lo que quería y todos aplaudían en fila. Hasta que de un día para el otro los dejaron de aplaudir…
Ahora bien, cuando un medio del prestigio de Búsqueda decide amparar a este comentarista, las cosas toman otro color. Se trata de uno de los medios mas objetivos y prestigiosos de nuestro país, portador de los valores de libertad y transparencia que caracterizaron a su fundador Ramón Díaz durante toda su vida. Un medio que bajo la impronta primero de Danilo Arbilla, y después de Claudio Paolillo, se convirtió en un referente continental del buen periodismo.
¿ Qué sentido puede tener agredir en forma tan vulgar a Manini Ríos cuando ya fue electo senador y liderando un partido nuevo que en seis meses logró un éxito electoral inédito en nuestro país? ¿A qué apunta este ataque irresponsable que está en perfecta sintonía con la nueva estrategia electoral del Frente Amplio?
El tema da para mucho más, e intentaremos comenzar a responder a estas interrogantes en próximas entregas.