Repensando estrategias en favor de la vida de muchos y el tiempo de todos
Las rutas no son Semana Santa, a pesar de que cobran en ésta particular relevancia. Aparece la caminera con sus recomendaciones, infernales colas en peajes y frontera, usuarios descontentos y los usuales… aumentos de accidentes. Pero su aumento no es nada más que el resultado de mayor tránsito y conductores menos avezados lo que aumenta la probabilidad de que alguno de los usuarios (o el azar) introduzca distorsiones. La realidad, lo doloroso, es que están presentes todo el año y de forma creciente.
La reglamentación, su cumplimiento, las regulaciones automotrices y, sobre todo, la obra pública, es decir la seguridad y señalización del sistema, son protagonistas de primera línea. Aunque por otra parte surjan voces que endilguen a la velocidad y al alcohol la responsabilidad, no hay números que avalen esto y hasta parece haber indicios de que no sea así. Deberían realizarse y publicarse análisis serios que sean fuente de políticas públicas adecuadas. ¿Cuáles han sido las empleadas? ¿Han cambiado con la llegada de este gobierno? ¿Son capaces de enfrentar el fenómeno? Estas son algunas de las preguntas a formularse.
La disminución de la velocidad llenando las rutas de rotondas, semáforos, radares, lomadas, ha sido la estrategia de estos años. La misma permite dudar de su efectividad a la luz de sus resultados. Últimamente el número de accidentes mortales en rotondas ha sido categórico, solo demostraron no cumplir su objetivo.
La producción agropecuaria, base del transporte de cargas carretero, ha aumentado significativamente en los últimos 20 años (granos 3,3 veces, leche 2 veces, forestación 5,4 veces). No en vano las ventas de camiones se multiplicaron por 2,5, a la vez que su dotación (en parte entrando en obsolescencia) ha crecido y su uso se ha intensificado, por ejemplo, utilizando los mismos 24 horas con varias dotaciones de choferes. Algo similar ocurre en los autos, la forma de vida, la instalación de una consciencia colectiva de turismo interno y la disminución del uso del transporte público, ha aumentado su número y circulación. En el mismo periodo, las unidades anuales vendidas se multiplicaron por 2,6 y tomando periodo más cercano en los últimos 8 años, su stock se aumentó en un 30% y el de las motos un 20%.
Más autos, más camiones, más utilización de unos y otros, mayores obstáculos a la circulación consistentes en rotondas, limitaciones excesivas de velocidad en ciudades y rutas, veredas ampliadas en ciudades angostando el flujo del tránsito, semáforos que funcionan 24 horas y obligan (aun en la madrugada mediante cámaras) a estar detenido esperando, todo esto aumenta el tiempo de viaje de punto a punto y como resultado en cada momento del día hay mayor número de usuarios (vehículos) en calles y rutas.
Una incorrecta dirección de la fiscalización completa el panorama: vehículos obsoletos sin los elementos de seguridad adecuados y muchas veces sin luces y frenos en condiciones, conducción oscilante entre carriles o en medio de dos de ellos impidiendo el tránsito fluido, estacionamiento en doble fila o lugares donde reza no estacionar ni detenerse, circulación de automóviles en sendas de buses y de buses en sendas de automóviles, inspectores actuando en pareja y cubriendo en consecuencia menos terreno con la excusa de que alguna vez fueron agredidos.
Por último, la casi nula inversión pública. Pregúntese el lector qué diferencia han experimentado las carreteras en los últimos 20 años. ¿Cuantos kilómetros se convirtieron en doble vía? ¿Cuántos by-pass en altura se construyeron? Considérese para ese aumento de tránsito lo que debió invertirse. Solo se construyó la doble vía en parte de la ruta 1 (no se completó) y parte de la 8 y de la 3 (muy corto trayecto). Se comenzó parte de la 5 (hay 40 kilómetros de décadas atrás y ahora se harían 130 más); la Interbalnearia sigue igual que en los noventa, sin el agregado de una tercera vía y sin solucionar el tema de los centros poblados/barrios que atraviesa; los accesos a Montevideo no se han ampliado desde que los construyo el gobierno militar y podríamos seguir demostrando la quietud a pesar de abusivas patentes, importantes impuestos al combustible, peajes crecientes (que a propósito, los extranjeros parecen no pagar generándose por ejemplo un flujo de camiones paraguayos que utiliza gratuitamente la infraestructura uruguaya). Muchos años de quiescencia, no solo los del gobierno frentista sino que abarcan los gobiernos anteriores y se continúan en la actualidad.
*Ingeniero agrónomo, economista agrícola
Cultivos (miles de ton) | |||
2002/2003 | 2020/2021 | ||
cebada | 176 | 888 | |
trigo | 205 | 936 | |
soja | 183 | 1.707 | |
arroz | 905 | 1.309 | |
maíz | 178 | 769 | |
sorgo | 60 | 110 | |
Total | 1.707 | 5.719 | 3,35 |
Leche (millones litros, equiv. a miles de tt) | |||
1.109 | 2205 | 1,99 | |
Extracción madera miles mc | |||
3400 | 18000 | 5,29 |
2000 | Prom 2016/20 | ||
Venta camiones | 1100 | 2700 | 2,45 |
Venta automóviles | 17000 | 44000 | 2,59 |
Miles de vehículos (SUCIVE) | ||||
2013 | 2021 | |||
Automóviles, etc. | 850 | 1100 | 1,29 | |
Camiones | 62 | 75 | 1,21 | |
Acoplados | 60 | 83 | 1,38 | |
Motos | 1100 | 1300 | 1,18 | |
4085 | 4579 | 1,12 |
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