Los gimnasios, las academias de danza y los clubes deportivos están de parabienes, pues este pasado lunes 24 reabrieron sus puertas luego de dos largos meses sin poder trabajar, pero que mientras tanto seguían acumulando deudas y además se estima que hay entre 15.000 y 16.000 personas afectadas, habiendo muchos locales que no reabrirán más. También retoman su actividad el deporte amateur y el fútbol infantil.
La noticia de la reapertura se supo luego de que varias movilizaciones de dueños de gimnasios reclamaran ante la Torre Ejecutiva que necesitaban comenzar a trabajar para poder pagar las deudas acumuladas desde varios meses. Dicha reapertura será con un aforo del 30% en gimnasios, clubes y piscinas, aunque no está permitido el uso de los vestuarios y las actividades al aire libre en grupos sí están autorizadas. Esta decisión fue tomada en acuerdo entre Presidencia, el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Secretaría Nacional del Deporte.
Lamentablemente, los que siguen esperando medidas favorables son los propietarios de salones de fiesta, quienes también han realizado manifestaciones ante el edificio de Presidencia, ya que por el momento se mantienen las medidas restrictivas para eventos, fiestas y espectáculos.
No nos cabe duda que se ha hecho un manejo prudente de la implacable calamidad sanitaria que nos golpea. Y que, desechando peregrinas propuestas de la oposición, de cuarentenas totales y “toques de queda” y hasta sugerir sacar el ejército a la calle, el gobierno de la Coalición Republicana optó por la libertad responsable.
Creemos que hay que buscarle soluciones a estos sectores brutalmente golpeados de los cuales un porcentaje importante van a ver quebrar sus empresas que son muchas veces el esfuerzo de toda una vida.
Esta situación solo se arregla con recursos económicos, de los cuales los responsables de la macroeconomía tienen que asumir que es la única salida para no desencadenar males mayores, cuando dentro de unos meses inexorablemente la pandemia no sea más que un recuerdo, como ocurrió hace 100 años con la mal llamada “gripe española”.
El fantasma del desempleo y los traumas sociales que esto acarrearía nos obliga a prevenir seriamente esta situación caótica que solo le sirve a los cultores del “cuanto peor, mejor”.
Alejo Martínez
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