El 24 de junio de 2022 –Fiesta de San Juan Evangelista y Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús– será recordado en la historia de la Humanidad como el día en que la Suprema Corte de Estados Unidos dejó sin efecto el fallo de 1973 conocido como “Roe vs. Wade”. Aquel fallo, que declaró el aborto como un “derecho constitucional” en ese país, fue, a todas luces, una aberración desde el punto de vista constitucional. ¿Por qué? Porque se inventó un “derecho” absolutamente inexistente en la Constitución que rigió durante más de 200 años en Estados Unidos, con penalizaciones y prohibiciones respecto del aborto en la gran la mayoría de sus estados. Lo que hizo el fallo del 24 de junio, no fue otra cosa que restablecer la Constitución a su estado original.
¿Qué dice este fallo? Que “la constitución no confiere el derecho al aborto” (…) “El aborto representa una cuestión moral profunda. La constitución no prohíbe a los ciudadanos de cada estado regular o prohibir el aborto. Roe (vs. Wade) y Casey (vs. Planned Parenthood), se arrogaban esa autoridad. Ahora derogamos esas decisiones y devolvemos la autoridad a las personas y sus representantes electos”.
No se trata, por tanto, de una decisión “moral”, sino de una decisión liberal republicana, que elimina la idea que el aborto es un “derecho” fundamental de la mujer, afirma que se trata de un tema muy complejo y discutido, y reconoce que la Suprema Corte de Justicia es un tribunal incompetente para decidir sobre ese tema por todos los ciudadanos. Este fallo, por tanto, no prohíbe el aborto en Estados Unidos, ni prohíbe su legalización en algunos estados. Simplemente, establece que no es un “derecho” constitucional.
De acuerdo con nuestro buen amigo el Dr. Roberto Helguera, abogado argentino que en su momento fuera dirigente provida en Austin, Texas, tras este fallo, cada estado deberá decidir a través de sus legisladores, qué hacer con el aborto. Serán ellos los responsables directos de promover o rechazar proyectos de ley que autoricen o prohíban el aborto en los Estados Unidos. Serán ellos quienes tendrán que asumir el costo político que implica manifestarse a favor o en contra de la legalización del aborto. No será tan fácil, pues, que la legislación vuelva a ser tan favorable al aborto como en el pasado.
Este fallo también tendrá consecuencias políticas, ya que en Estados Unidos existe una fuerte competencia económica y social entre los estados. Por tanto, los estados que faciliten el aborto atraerán mayor población “liberal”, mientras que los estados que lo restrinjan atraerán mayor población conservadora y provida. En algún momento comentamos en esta columna, que la cultura “woke” fue la responsable de que Tesla migrara al Estado de Texas, por ser este uno de los estados que mayores garantías da de poder expresarse libremente.
Por tanto, los conservadores que busquen mayor seguridad, más vida familiar, mejores valores y más trabajo, seguramente emigrarán a los estados republicanos, haciendo que aumente su peso electoral en las elecciones: no hay que olvidar que los votos del colegio electoral son proporcionales a la población de cada estado.
En este contexto, California sigue siendo el estado que mayor población tiene, y el mayor bastión demócrata y proaborto en Estados Unidos. Sin embargo, cada vez más gente emigra desde California hacia estados más libres, como Texas, por ejemplo.
Esta emigración complica aún más la situación actual de los partidarios del aborto, cuyos votos nunca alcanzaron para promover una verdadera legislación proaborto en la mayoría de los estados. De hecho, ese fue el motivo de que, en su momento, se llevara el aborto al plano judicial, para obligar a todos los estados a cumplir con un “derecho” que en realidad nunca fue tal. Ahora, al quedar el aborto en manos de los legisladores, cada uno de ellos deberá asumir las consecuencias de votar a favor o en contra.
Finalmente, los avances científicos de los últimos 50 años impiden afirmar que el fruto de la concepción es una masa de células o parte del cuerpo de la mujer. Hoy, es un hecho absolutamente incontestable que cada concebido es un ser humano con un ADN único, que solo necesita tiempo y cuidados para crecer y desarrollarse y llegar a ser un bebé, un niño, un joven, en un adulto…
Este fallo, es de extrema gravedad para los pro aborto, lo cual asegura un largo y duradero triunfo de la causa provida en los Estados Unidos de América. ¡Adiós, Roe vs. Wade!
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