Todo está muy difícil con el tema sanitario por la pandemia. Día a día, los índices de contagios y los fallecidos van en aumento.
Esto a pesar de todas las advertencias del Ministerio de Salud y del brillante trabajo que allí se realiza. Venimos muy mal.
Departamentos en alerta naranja hacen que se vea un futuro poco venturoso.
Estamos todos en un riesgo muy serio, pero existe un grupo de iluminados que se niega a reconocerlo y siguen convocando diferentes actividades que van desde el reclamo por los derechos a la libertad sexual del cangrejo, a la incidencia en el universo, del espesor de la masa de la pastaflora.
Hay algunos temas que me parecen absolutamente innecesarios para hacer tales convocatorias, pero claro, sólo se entienden estos desafíos a la cordura cuando queda a la vista que las organizaciones sindicales y sociales son el brazo ejecutor de los ahora opositores que prometieron ponerle palos en la rueda al gobierno multicolor.
En los últimos quince años se mantuvieron en un cauteloso y conveniente silencio y ahora están blandiendo la lanza de su amargura y desilusión.
También creo que hay actividades que en estos momentos podrían o deberían hacer un compás de espera mayor.
A esta altura y cómo se presenta la situación creo que esta, mi posición personal, es la de muchos.
Desde hace días, se ve a los representantes de DAECPU, poniendo presión para que se dé una decisión afirmativa sobre la realización del desfile de carnaval y las llamadas y hasta el concurso oficial de agrupaciones carnavalescas en el Teatro de Verano, con aforo reducido.
Entiendo la necesidad de trabajar y las múltiples actividades que genera el carnaval, porque no son solo los artistas, es todo lo que mueve a su alrededor: vestuaristas, iluminadores , sonidistas, diseñadores y muchísima más gente.
Pero si nos gana la parca, no va a haber carnaval, ni vuelta ciclista, ni criollas, ni nada.
¡Qué cosas tiene la vida! Las mismas agrupaciones que se ocupan de criticar las acciones del gobierno, están pidiendo por favor que los dejen hacer tablados y si esto se da, seguramente cantarán con gran regocijo, entusiasmo y fuerza las letras escritas por algún trasnochado poeta, casi seguro profesor de la universidad de la calle, que inspirado en los sufrimientos de su sector izquierdo criticará, denostará o simplemente dará manija en contra del gobierno, esparciendo el odio a los militares -con Manini como estrella principal-, los policías y los ministros, y atacando, según su sesgada visión la mala administración gubernamental, todo escudándose en el humor y la ironía -muchas veces en ausencia-. No hacen otra cosa que mostrarse como serviles a la causa política del Partido perdedor en las elecciones del pasado año.
Se suspendió el carnaval en Brasil, en Venecia, pero por estos pagos no hay claridad para ver lo que salta a la vista.
Para pedir y exigirle al gobierno no parece haber límites. Para incumplir los llamados a la responsabilidad y solidaridad, tampoco. Y estoy hablando del uso de un simple tapabocas, el no aglomerarse o mantener una distancia prudencial.
Entiendo también que los jóvenes estén desesperados por salir más, pero por sus arrebatos juveniles y noches de diversión ponen en riesgo todo y a todos.
A los mayores no les concedo ninguna tregua. Hay que usar la cabeza de una vez, no debemos arriesgar, porque tenemos todas las de perder.
Les invito a escuchar y ver el video-canción que les dejo en el código QR, que está más abajo, letra y música que me pertenece y lleva el título “Aguantá un poquito más“.
Más que una canción, es un pedido, es un ruego, que espero no sea necesario que se transforme en una orden.
Si hay criterio y buena voluntad no será necesario. De usted depende.