Todo este aquelarre de los WhatsApp, los mensajes, los pasaportes e ainda mais que se han desatado en los últimos días en nuestra aldea (no quiero ni imaginarme qué pensarían de ello los ucranianos en sus trincheras) tienen un vago origen en la contratación como custodio del presidente de un sujeto que ni es un simple perejil ni es un agente internacional tipo James Bond. Hay que poner las cosas en sus justos términos y no sumarse a las ridiculeces que se escuchan un día sí y otro también. Que hubo responsabilidad “in negligendo” del presidenteno tengo dudas; al fin y al cabo, errar es humano como se sabe, pero esa responsabilidad surge, a mi entender, de dos aspectos a considerar. El primero es que siguió con la práctica del Dr. Vázquez de contratar individuos para su custodia, en vez de confiar en personal militar –los Blandengues– o policial y ya es sabido que ese tipo de personas no son precisamente monjes de contemplación. Y el segundo es la ingenuidad y la falta de confianza con las que asumió la presidencia. Parece no haber advertido que este no era un gobierno más, sino uno que seguía a 15 años de la dictadura de la mano de yeso frentista y que con respecto a la confianza podía y puede confiar en algunos a quienes no parece tenerles muchas simpatías y me refiero a nosotros, los cabildantes. Su gobierno no ha aprobado ninguno de nuestros proyectos y la única ley que vetó provino de Cabildo Abierto.
Una falta de confianza absolutamente injustificada porque debería saber que en Cabildo se podía y se puede confiar desde que no en balde fueron sus votos los que permitieron que asumiera la primera magistratura. Se podía y se puede confiar quizás más aún que en ciertos de sus propios correligionarios, algunos de los cuales siguen con los ojos en el pasado.
¿Y por qué he dicho al comienzo vago origen? Porque me gustaría que alguien me explicara qué tiene que ver el Dr. Lacalle con un cónsul procesado por varios delitos, o un escribano en similar situación o algún ruso que anda por ahí, todo ello desde por lo menos el año 2013, según ha señalado la propia fiscal interviniente en el asunto. Y también señores, basta de disparates y confabulaciones estilo espías de la Guerra Fría que no nos da para eso el cuero. Y basta por favor de que el Dr. Delgado ande repitiendo por todos lados que tienen las manos limpias. Al lado de las de otros son manos casi celestiales. Ha llegado la hora de salir del apichonamiento y de hacer, hacer y más hacer, confiando en quien se tiene que confiar, como es el caso de Cabildo Abierto.
Dr. Esc. César Eduardo Fontana
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