La lealtad es un concepto que cuando se aplica a relaciones personales refiere a valores como la fidelidad, el honor y la hombría de bien. ¿Pero cuál es el significado de la lealtad en el ámbito político, específicamente referido a una coalición de gobierno? Hace muchos años, el general israelí Ariel Sharon fue preguntado en una entrevista acerca de su supuesta propensión a la insubordinación, a lo que éste respondió que “a veces se llega a una situación en que es necesario pensar en las órdenes que uno recibe. Creo que primero se deben obedecer las órdenes del Estado, del país que uno sirve. Pero luego se presenta el problema de a quien debo ser más leal, ¿a mis tropas o mis superiores? Les puedo decir que muchas veces creo que debemos ser más leales a nuestras tropas que a nuestros superiores”. No en vano Sharon fue uno de los generales más queridos por sus subordinados.
Llevado a la vida política, este concepto nos indica que la lealtad de un partido y sus liderazgos debe ser con sus representados: el pueblo. Cualquier otro arreglo se acerca peligrosamente a “las camarillas” sobre las cuales nos advertía en la década del ´20 el Dr. Luis Alberto de Herrera. Si descuidamos esta lealtad primigenia, este juramento con la ciudadanía, cualquier acuerdo político carecerá de legitimidad alguna.
Desde Westfalia a esta parte, el concepto de acuerdo político es entre quienes se consideran iguales. Unos pueden ser más poderosos militarmente, otros más ricos. Pero lo que une a los países es el reconocimiento de que cada uno de ellos tiene soberanía sobre su territorio. Trasladado al funcionamiento de una coalición, esto significa que cada partido se debe a sus votantes y los principios que se comprometió a respetar, y que solo respetando ese principio básico es que se pueden lograr grandes acuerdos a nivel de partidos. Guai de aquel que piense que los ciudadanos se comportan como aves de corral, por más que su experiencia conviviendo con este tipo de animales lo induzca al error.
En su entrevista de hoy en El Espectador, el economista Eduardo Ache hizo referencia a algunos actores políticos secundarios que permanentemente hacen referencia a una supuesta “deslealtad” por parte de Cabildo Abierto con el socio mayor de la coalición, destacando el rol de su partido como el de “socio más leal”, como si existiera una suerte de torneo para ver quién es el más leal. Frente a esto, el referente económico del partido liderado por Manini Ríos espetó que “no hay mayor deslealtad que la obsecuencia”. El tiempo lo dirá, pero la verdadera lealtad es con una ciudadanía que confió en la coalición de gobierno. Solo respetando ese mandato es que lograremos la genuina lealtad. Todo el resto son artilugios para asegurarse que nada cambia mientras la población es distraída de los verdaderos problemas con sofismas de todo tipo.
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