El día 11 de marzo del corriente, la Directora Departamental de Montevideo del Instituto Nacional del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), Geraldy Correa, envió una circular a los funcionarios del instituto en la que por “decoro”, se “exhorta al uso de vestimenta acorde a la tarea durante el cumplimiento de funciones”. En dicho documento la Dirección que lidera Correa, “aconseja abstenerse del uso de ojotas u otro tipo de calzado inapropiado para la ocasión, así como también el uso de pantalones cortos, de camisetas que contengan inscripciones o imágenes ofensivas, lascivas y/o discriminatorias, entre otras”.
La explicación que da la directora, es que en vista de “los rápidos y profundos cambios socioculturales percibidos en los últimos años a nivel social, que se han visto reflejados en el transcurrir de la moda, generando usos más despojados e informales tanto en los modismos de habla, aspecto personal y la indumentaria, y sin perjuicio de limitar las libertades de los funcionarios del organismo, surge la necesidad de preservar el decoro y la dignidad a fin de salvaguardar la imagen institucional del INAU”.
Desde esta columna, aplaudimos la medida: por valiente, por pertinente, y por razonable.
Consideramos que la medida es valiente, porque es evidente que no se deja llevar ni por las modas, ni por la corrección política, ni por la desidia, ni por las presiones del ambiente. Es muy sano, a nuestro juicio, que algunos funcionarios del Estado trabajen con la mirada puesta en lo que es mejor para el bien común, sin atender al “qué dirán”.
Además, la medida nos parece pertinente, porque la preservación del decoro y la dignidad en la vestimenta, no sólo afectan la imagen institucional del INAU, sino que a nuestro juicio, afectan la mismísma formación en el decoro y la dignidad de los niños y adolescentes bajo el amparo del instituto.
En otras palabras, es muy difícil enseñar a un niño o a un adolescente la importancia de vestir decentemente, si quien procura hacerlo no viste con una mínima corrección. ¿Qué importancia puede tener que los niños o los adolescentes de INAU vistan con discreción, sin llamar la atención, sin extravagancias por exceso o por defecto? Para empezar, el aspecto exterior de una persona, y en particular de un joven, puede incidir en el éxito o el fracaso de una entrevista de trabajo. Y nadie tiene más necesidad de ser exitoso en sus entrevistas de trabajo, que los jóvenes egresados del INAU.
Los niños y los adolescentes de hoy, como los niños y adolescentes del siglo VI antes de Cristo, siguen teniendo como modelos a los adultos que los rodean, a quienes tienen como referentes: sus padres, sus maestros, sus profesores, o en el caso del INAU, sus educadores. Si estos no les enseñan con su ejemplo, modales, y hábitos básicos de convivencia, nadie más les enseñará.
Finalmente, la circular nos parece sumamente razonable
porque no prohíbe ni exige nada. Sólo exhorta y aconseja. Apela a la conciencia
personal de cada funcionario, a su libertad responsable. Desde nuestro punto de
vista –y más allá de lo que permitan o no las normas vigentes- este es el mejor
modo de ejercer la autoridad: invitar, aconsejar, sugerir, exhortar, pedir.
Es cierto que las modas y las costumbres cambian, y que muchas cosas que
antiguamente eran inadmisibles, hoy son moneda corriente. Pero ni todo lo
“antiguo” es malo, ni todo lo “nuevo” es bueno. Prueba de ello es que lo
clásico, incluso en el vestir, nunca pasa de moda. Si se precisan más pruebas,
basta ir a un puesto de comida rápida para darse cuenta de la decadencia de una
sociedad que, tras haber aprendido a comer con cubiertos, ahora hace cola para comer
con las manos.
Por otra parte, es un hecho que con el avance de la civilización, los hombres se empezaron a vestir distinto para distintas ocasiones. Uno no se viste igual para dormir, para ir al supermercado, o para ir a un casamiento. Y eso es necesario enseñarlo y mostrarlo a los niños y a los jóvenes. No basta con enseñarles a comer con cubiertos, con enseñarles a hablar de buen modo, o con enseñarles a bañarse y otras normas de higiene mínimas. También es necesario enseñares urbanidad, y en este sentido, cuál es la vestimenta adecuada para cada ocasión: de una forma visten quienes van a la playa, de otra quienes van a trabajar, y de otra quienes tienen algo que celebrar.
Por los niños y adolescentes al amparo de INAU, esperamos que la exhortación de la Directora Correa tenga el mayor de los éxitos.
Pelayo Cuevas
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