La posverdad en los tiempos del Covid
El diccionario de la RAE define “posverdad” como la “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
Distorsión deliberada supone mala fe, engaño, falsedad. Para contrarrestar la posverdad tenemos que estar informados. El problema es que hay tal sobredosis de información que no tenemos tiempo para asumirla. Y digo: recibirla, y autenticarla. No tenemos un “mentirometro” que nos revele el porcentaje de verdad que hay en todo los que nos llega. Ni VAR que nos permita ver una y otra vez la jugada, y aun así, uno dirá que fue penal y otro que no. Cuanto más avanza la ciencia el mortal común -como soy yo- menos entiende. Día tras día disminuye nuestra posibilidad crítica. Y no solo por la decadencia biológica, sino por la velocidad y complejidad de los asuntos que se nos plantean.
Entonces, creemos o no. Le creemos a Trump o a Biden. Al ministro Salinas o a los negacionistas del Covid. Particularmente con el Covid, que ha pasado a ser el gran tema del momento, hay una discusión en las redes sociales, típica de la posverdad. El Covid es un virus de diseño, dicen algunos, creado con la intención maltusianista de disminuir la población mundial. La vacuna producirá esterilidad porque tiene tal o cual componente que la provocará. Los que andan con tapabocas son borregos que se dejan conducir por estos falsos pastores. No quieren que nadie se abrace ni se bese y en cambio, que use barbijo, porque taparse la cara ayuda a borrrar la identidad. Las cifras de muertes por Covid son insignificantes con relación a las muertes por otras causas. No importa de qué mueras, así te pise un auto, irás al ajuste de cuentas del Covid. Es todo una plandemia: únase a nuestra aglomeración en las canteras del Parque Rodó. Covid, amigo, jamás será vencido.
¿Qué quiere que le diga? El único penal fue el que le hicieron a Torres.
Y si tengo que creer, elijo al ministro Salinas. Me cuido del Covid y cuido a los otros.
Gerardo Ramos
Bordaberry y sus varios sombreros
Pedro Bordaberry ve la política como una disputa entre posiciones dicotómicas, como si se tratara de dos equipos de fútbol o de rugby. Hay que ponerse camisetas que se distingan bien, y es necesario un árbitro dispuesto a pitar “fuera de juego” si un jugador queda del lado incorrecto. Esta peligrosa versión Billiken de la política lleva a votar en términos de lealtades y banderas, y no en términos de propuestas e ideas. Si fuera tan simple, saldríamos todos a comprar elegantes tartanes que nos distinguieran unos de otros, y votaríamos según los cuadritos que tiene nuestra camisa.
El hoy empresario futbolístico y exinterventor de AUF dedica su columna del sábado pasado en El País a criticar a Cabildo Abierto por el simple motivo que el Frente Amplio votó su proyecto limitando las áreas forestales a aquellas originalmente destinadas para la actividad. En lugar de aportar argumentos en contra del proyecto, a Bordaberry le molesta que el Frente Amplio lo haya votado, como si eso fuera evidencia de una conspiración infernal por parte de Cabildo Abierto.
Esta actitud es extraña para alguien que se dedica a la actividad política desde hace un cuarto de siglo, y que permanentemente intenta exorcizar errores familiares del pasado con votos de republicanismo. Llama aún más la atención que este llamado a una supuesta “pureza” política venga de alguien que hoy día no se sabe bien desde que estribo nos está hablando. Porque a decir verdad, si uno se cruza hoy día con Bordaberry en una escalera, resulta difícil determina si está subiendo o está bajando. Sería aconsejable que la próxima vez debajo de su firma aclare con que sombrero está escribiendo. Simplemente para no confundir a la ciudadanía.
Juan Rabanelli
La ruptura de la conciencia histórica
Sr. Director,
Junto con manifestarle la alegría por la re-edición del querido diario La Mañana, quiero hacerles llegar un saludo de Feliz Navidad.
La Mañana forma parte de una tradición muy rica que articula la historia de las familias y vuelve a vincularnos con nuestros ancestros, con la conciencia que lo de aquí y ahora, tiene que ver con lo de ayer y tendrá que ver con lo que hoy se está gestando.
Este profundo ejercicio de revalorizar nuestra conciencia histórica, en esta época de la post-postmodernidad, pareciera que se ha perdido o roto el eslabón que nos articulaba con lo que fue y por eso no se tiene relación con lo que vendrá.
La Navidad es una oportunidad para retomar aquella saludable tradición de occidente, de compartir un mismo sentir como creyentes en la fe cristiana, que si bien se ha ido diluyendo y en algunos casos también cortando de generación en generación, todavía se mantiene en la tradición.
La traditio autentica, es la comunicación viva de los contenidos más ricos y genuinos de la vivencia de la fe, que se hace sobre todo desde lo testimonial y que permite de una generación a otra darle continuidad al acto creyente, con pequeños gestos.
Gracias por traernos de nuevo contenidos de las más sanas tradiciones y valores de nuestras familias semana tras semana.
Les hago llegar mi más afectuoso cariño a todo el equipo de La Mañana,
Lina N. Márquez
¿Dura lex est lex?
Llegó el 21 de diciembre, entró el verano y también comenzaron a regir las nuevas disposiciones del gobierno, para afrontar los próximos días de fiestas navideñas, que este año quedarán machucadas por la pandemia que vivimos.
Las medidas regirán hasta el 11 de enero, algunas personas esperaban que tal vez fueran más rígidas, pero en realidad la moderación con que se cumplan, estará a cargo de todos, del pueblo, de la familia, de cada persona. La gente (o ciertos sectores desplazados del poder con ánimo provocador) exige al gobierno medidas duras, pero luego no las cumple o espera que otros las efectúen al pie de la letra. O fabrican novelones de sanguinarios represores como lo que ocurrió en la plaza Líber Seregni.
Cuando finalice la primera mitad del mes de enero ya se podrá saber si las decisiones tomadas por Presidencia tuvieron resultados válidos. Si todos acatamos las exhortaciones y cumplimos con el pedido de no aglomerarse tanto en espacios abiertos como en reuniones familiares, y ni que hablar en nutridas manifestaciones de gimnasia protestataria, pienso que habrá buenos resultados y así comenzarán a bajar los casos, pero el verano es largo y la población está con sed de recuperar su vocación de animal social, vacaciones y paseos incluidos.
Mientras tanto ya se dio la lamentable noticia de la primera familia uruguaya, perro incluido, varada en la frontera, a la que se le suman 60 personas en situación similar.
Jacinto W. Pangallo
Vacunación en la región
Chile es el primer país de la región que comenzará con la vacunación contra Covid-19 esta semana, quizá para cuando salga esta carta ya están vacunando, puesto que tenían la expectativa de comenzar entre el 22 y 23 de diciembre. La vacuna elegida en esta primera instancia fue la de Pfizer-BioNTech.
Argentina también pensaba comenzar la inoculación a finales de diciembre, pero como el gobierno no se ha puesto de acuerdo con la farmacéutica Pfizer-BioNTech con quien tenía un acuerdo en un principio, ya que la empresa pedía “condiciones inaceptables”, comenzará en enero y todo indica que será con la rusa Sputnik V.
Mientras tanto en Brasil han firmado con la empresa china Sinovac la adquisición de 46 millones de dosis de su vacuna, pero no hay fecha prevista de inicio de vacunación.
En Paraguay se prevé contar con la vacuna a partir del segundo trimestre de 2021 y se evalúa entre los fármacos producidos en China, Rusia y Estados Unidos.
Y en Uruguay en una primera instancia se dijo que la vacunación podría comenzar a partir de abril, mayo o junio de 2021, pero con la presión de los países más cercanos de la región que prevén comenzar ya a finales de diciembre y comienzos de enero, ha hecho que el gobierno se proponga conseguir “la mejor vacuna, en el menor tiempo posible”.
Carolina Machado
Cambiar el futuro
Se anuncia a través de los medios la vuelta al ruedo político del Dr. Pedro Bordaberry. Parece una muestra de ello una nota que circula en redes sociales, atribuida al exsenador, referida al pasado como objeto de cambio. La alusión orwelliana la vincula con la actitud del FA sobre la pandemia reinante. Hace notar que el FA critíca al gobierno, cuando siendo gobierno no tomaron previsión alguna contra una pandemia que ya estaba golpeando, y donaban material a China, que a la brevedad faltó cuando el Covid llegó a nuestras playas.
El segundo tema de interés del exlegislador es la aprobación de dos recientes leyes sobre forestación y extranjerización de la tierra con los votos del FA y Cabildo. Señala que el FA llevó la forestación a zonas indebidas con el afán de beneficiar a una empresa extranjera, actuando en forma “ilegal e inconstitucional”. El “FA olvida que ayer aceptaba que empresas extranjeras invirtieran en el país y que fueran titulares de tierras y quiere limitarlas” y que “les aseguró que iban a serlo in eternum”. Considera que ese cambio de actitud ocasionaría un “lindo juicio”.
Pero lo que más parece molestar al Dr. Bordaberry es la coincidencia en el tema entre Cabildo y el FA, lo que califica como “inexplicable”.
Al respecto cabría señalar, que Cabildo nada tuvo que ver con la gestión del FA. Tampoco tuvo que ver con la oposición al FA, porque como fuerza política apareció en estas elecciones.
Si el FA cambia de opinión y coincide con Cabildo en determinado punto, será el FA quien tendrá que explicar sus contradicciones. Aunque no sé si aplica, por algo dicen, que “de los arrepentidos se sirve Dios”.
Deducir de esta situación coyuntural que esto significa “cambiar el pasado”, no parece una consecuencia lógica. Además, el pasado no puede cambiarse. Como dice Borges, es “invulnerable”.
Y aquí, de lo que se trata, es de cambiar el futuro.
Carlos Quintana
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